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Tras 145 años, la petrolera Chevron abandona California huyendo de las asfixiantes regulaciones y se mudará a Texas

Se trata de la segunda compañía petrolera más grande de Estados Unidos. Su sede mundial ahora estará en Houston, la capital de la industria energética del país.

La petrolera Chevron

Los precios de la gasolina se ven en una estación de servicio ChevronRobyn Beck / AFP

La histórica Chevron, uno de los pocos gigantes de la industria petrolera que todavía se aferraba a mantenerse en California, ya anunció que dejará atrás toda su historia en el Golden State para dirigirse a Texas en una mudanza que no sorprende a los expertos.

Sin embargo, a pesar de la lógica detrás del movimiento, siendo California un estado cada vez más enfocado en las energías renovables y, por ende, un infierno burocrático para las petroleras, la mudanza de esta histórica empresa sigue siendo un golpe simbólico. Chevron, en definitiva, fue una de las grandes compañías que, a principios del siglo, convirtió a California en uno de los mayores productores de petróleo del mundo, llegando a producir hasta una quinta parte del total del crudo.

No es una exageración cuando se dice que petrolera nació, creció e hizo vida por completo en California desde que su predecesora, la icónica Star Oil, fuera adquirida por Pacific Coast Oil Company en 1879. Con el tiempo, Pacific fue adquirido por Standard Oil dando nacimiento a Chevron, tras la ratificación de Ley antimonopolio Sherman en 1911.

Así reseña Los Angeles Times la mudanza de Chevron a Texas: “Con el anuncio el viernes de que trasladaba su sede de California a Texas, Chevron Corp. se convirtió quizá en uno de los últimos dinosaurios en deslizarse hacia el pozo de alquitrán, un símbolo de la monumental transición de California de un estado de fabricación y producción al valiente nuevo mundo de los servicios”.

Por supuesto, la salida de Chevron deja en evidencia en lo que se ha convertido California: un estado que dejó atrás la industria manufacturera para abrazar sin reparo el desarrollo tecnológico, con Silicon Valley siendo la cara de este cambio de era.

De acuerdo con Los Angeles Times, si bien California sigue siendo el séptimo mayor productor de petróleo en toda la unión, su producción del crudo disminuyó notablemente desde mediados de los ochenta. Actualmente, de hecho, apenas representa el 2 % del total de Estados Unidos, según los números más recientes publicados por la Administración de Información Energética de Estados Unidos.

Esta situación no es casualidad. California, durante las últimas décadas, apostó por las costosas energías renovables para reemplazar los combustibles fósiles, abrazando por completo la industria del vehículo eléctrico y dándole la espalda o incluso invitando a salir a las empresas de la clase de Chevron, que son bienvenidas en Texas.

De hecho, The Wall Street Journal reseñó que la salida de Chevron gráfica como se “agrió” el clima empresarial para las compañías petroleras en el Golden State.

En su comunicado, Chevron afirmó que la mudanza, entre otras razones, les permitiría "compartir sede con otros altos directivos y posibilitar una mejor colaboración y compromiso con ejecutivos, empleados y socios comerciales". Sin embargo, el WSJ recuerda que la razón detrás de la decisión es evidente, considerando las propias palabras del director ejecutivo de la petrolera, Mike Wirth, quien afirmó que la empresa quiere trasladar a sus empleados a un “hub” y, además, reconoció que la compañía no está de acuerdo con la políticas regulatorias californianas.

“Creemos que California tiene una serie de políticas que aumentan los costos, que perjudican a los consumidores, que desalientan la inversión y, en última instancia, creemos que eso no es bueno para la economía de California ni para los consumidores”, afirmó Wirth, según declaraciones recogidas por el WSJ.

Además, como punto no menor, se debe recordar que California también tiene una tasa de impuesto sobre la renta corporativa estatal del 8,8 %, una carga impositiva que Texas no tiene.

La salida de Chevron, en definitiva, no sorprende y se produce apenas semanas después de que el multimillonario Elon Musk dijera que X y SpaceX trasladarían su sede a Austin, Texas.

También llega un año después de que su principal rival, Exxon Mobil, trasladara su sede de Irving, Texas, a Spring, un área en el condado de Harris al norte de Houston.

Otras grandes empresas del país, como Hewlett Packard Enterprise, Oracle y la propia Tesla de Musk, también huyeron de California; un estado que está viendo como sus ciudadanos y empresas abandonan su zona de confort hacia diferentes partes del país en busca de mejores climas fiscales, empresariales y sociales. Todo esto a pesar del buen clima, las playas y la propia historia de California y sus principales ciudades. 

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