En un espectacular y multitudinario acto, la Fuerza Aérea presentó en sociedad el B21 Raider, el nuevo bombardero furtivo insignia del Ejército estadounidense. El avión es el primero de la llamada sexta generación que ve la luz y supone un enorme salto cualitativo respecto a los aparatos actuales. Cada vehículo tendrá un coste de 700 millones de dólares.

Según destacó la Fuerza Aérea, este aparato, junto con el B-52, "formará la columna vertebral de la futura fuerza de bombarderos" del Ejército del Aire. Como explicaron durante la presentación, "el B-21 Raider será un bombardero furtivo de doble capacidad de penetración, capaz de transportar municiones convencionales y nucleares". Se espera que entre en funcionamiento en 2027 y el Departamento de Defensa se ha comprometido a adquirir, al menos, 100 unidades.

"Disuadir la agresión"

Para el secretario de Defensa, Lloyd H. Austin III, "es un testimonio de lo mejor de la vibrante y diversa base industrial de Estados Unidos. Es este tipo de avance el que nos hace grandes y este tipo de avance no se produce sin más. Requiere inversión. Requiere cooperación. Y requiere compañerismo". Durante el acto de presentación, Austin destacó que la apuesta por este avión "prueba del compromiso a largo plazo del Departamento con la creación de capacidades avanzadas que fortifiquen la capacidad de Estados Unidos para disuadir la agresión, hoy y en el futuro.

Homenaje a los 'Doolittle Raiders'

El Departamento de Defensa emitió un comunicado en el que explica que "se espera que el B-21 Raider sirva dentro de una familia más amplia de sistemas para el ataque convencional de largo alcance, incluyendo la inteligencia, la vigilancia y el reconocimiento; el ataque electrónico; la comunicación; y otras capacidades. Tiene capacidad nuclear y está diseñado para albergar operaciones tripuladas o no tripuladas. Además, podrá emplear una amplia combinación de municiones de ataque directo y de ataque a distancia".

El nombre seleccionado tampoco es casual. Así, la nota oficial señala que "la designación "B-21", según la Fuerza Aérea, se eligió porque el avión es el primer bombardero nuevo del siglo XXI, mientras que el nombre "Raider" se eligió para representar a los Doolittle Raiders, que realizaron un ataque sorpresa durante la Segunda Guerra Mundial".

"Elemento disuasorio"

Desde Northrop Grumman, los creadores del B21, destacaron que gracias a sus características, este avión será "un elemento disuasorio visible y flexible diseñado para que la Fuerza Aérea de Estados Unidos pueda cumplir sus misiones más complejas". La empresa subrayó que el bombardero "se beneficia de más de tres décadas de tecnología de ataque y sigilo".

Según los ingenieros, "además de sus avanzadas capacidades de ataque de precisión de largo alcance que permitirán a los Comandantes de Combate la capacidad de mantener cualquier objetivo, en cualquier parte del mundo en riesgo, también ha sido diseñado como el componente principal de una familia más amplia de sistemas que proporcionarán capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, ataque electrónico y redes multidominio".