Mamíferos que respiran por el ano y gusanos borrachos, las estrellas de los Ig Nobel 2024
Los Premios Ig Nobel, creados en 1991, surgieron para honrar lo imaginativo e inusual en la ciencia. Este año, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) fue sede de la 34ª edición, la ceremonia plagada de humor, se llevó a cabo para homenajear descubrimientos científicos inusuales.
En una ceremonia plagada de humor y ciencia, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) fue sede de la 34ª edición de los premios Ig Nobel, galardones que celebran descubrimientos científicos inusuales. Este año, uno de los premios más comentados fue otorgado a un equipo de científicos japoneses que revelaron que algunos mamíferos, como las ratas y los cerdos, pueden respirar a través del ano. Este sorprendente hallazgo, basado en estudios con estos animales, ha impulsado la realización de ensayos clínicos para explorar su potencial en el tratamiento de fallos respiratorios humanos.
Los Premios Ig Nobel fueron fundados por la revista de humor científico “Annals of Improbable Research” en 1991, para honrar lo imaginativo e inusual en la ciencia. Marc Abrahams, maestro de ceremonias y editor de la revista describió a estos galardones con una humorada: "Si no has ganado un premio Ig Nobel esta noche, y especialmente si lo has ganado, mejor suerte el año que viene".
Entre los galardonados se encuentra el trabajo del difunto psicólogo y profesor de Harvard estadounidense BF Skinner, que en 1960, propuso utilizar palomas vivas para ayudar a guiar los misiles aire-tierra, en una época en la que no existían sistemas de guía de misiles. El plan era colocar palomas dentro de un misil llamado “Peli-can”, que estaría entrenado para seguir objetivos terrestres y marítimos.
Mundo
Dinamarca anuncia el primer impuesto mundial que gravará las flatulencias de vacas, ovejas y cerdos
Rosana Rábago Sainz
Una de las investigaciones más llamativas fue la de la Universidad Médica y Dental de Tokio que descubrió que los cerdos y los roedores tienen la capacidad de respirar por el ano. El equipo científico se inspiró en las adaptaciones los bagres, los pepinos de mar y las arañas tejedoras de orbes, que pueden recibir oxígeno a través de su trasero para sobrevivir en situaciones donde no hay mucho disponible. El oxígeno se distribuye a través de la pared intestinal, compensando la falta de oxígeno en el cuerpo. Los investigadores frotaron el revestimiento del recto para provocar inflamación y aumentar el flujo sanguíneo, mejorando así la eficacia del suministro de oxígeno.
Los investigadores esperan poder utilizar algún día una prueba similar en humanos: “El recto tiene una malla de vasos sanguíneos finos justo debajo de la superficie de su revestimiento, lo que significa que los medicamentos administrados a través del ano se absorben fácilmente en el torrente sanguíneo”, explicó el autor Ryo Okabe en una declaración, “Esto nos hizo preguntarnos si el oxígeno también podría llegar al torrente sanguíneo de la misma manera. Utilizamos modelos experimentales de insuficiencia respiratoria en ratones, cerdos y ratas para probar dos métodos: administrar oxígeno al recto en forma de gas e infundir un líquido rico en oxígeno por la misma vía”.
Otra de las investigaciones asombrosas fue la de la Universidad de Ámsterdam del 2022, en la cual los investigadores querían descubrir cómo las partículas, conocidas como “materia activa”, podían moverse por sí solas. Para ello, utilizaron gusanos Tubifex, a los que emborracharon con etanol para que representaran este tipo de partículas. Los investigadores lograron clasificar los gusanos según su nivel de actividad en una estructura similar a un laberinto y, por primera vez, clasificar la materia activa.
Otra investigación insólita fue la que surgió a partir de la pregunta ¿Puede nadar una trucha muerta? Eso fue lo que se preguntó el Dr. James Liao de Harvard. Para ello, utilizó una trucha arcoíris muerto, le insertó electrodos de alambre en los músculos y construyó modelos informáticos de los movimientos. Descubrió que los peces en aguas agitadas se dejan llevar por la corriente más que nadar. "Tiene mucho sentido", dijo Liao a Harvard Magazine. "Si estás en medio de una tormenta de viento y estás detrás de un árbol, no sientes tanto el viento".