Un grupo de padres de UC Berkeley contrata a una empresa de seguridad privada para proteger a sus hijos

Un grupo de padres de UC Berkeley contrató a una empresa de seguridad privada para proteger a sus hijos. Durante 17 días, varios trabajadores de SafeBears patrullaron por las noches los recintos de la universidad, un servicio por el que los progenitores de varios estudiantes pagaron un total de 42.000 dólares.

En concreto, seis empleados de SafeBears acudieron entre el 6 y el 23 de marzo al campus vistiendo unos uniformes de color amarillo brillante pero sin portar armas y patrullaron entre las 6 de la tarde y las 3 de la madrugada. Lo hicieron por la preocupación de un grupo de padres por la seguridad de sus hijos tras detectarse un aumento de la delincuencia en el campus.

Un servicio que, explicó a Los Angeles Times el fundador de SafeBears, Sagar Jethani, pusieron en marcha a petición expresa de los padres como programa piloto que podría implantarse oficialmente más adelante: "Hubo algunas solicitudes de servicios, escoltas o indicaciones. Pero en realidad, el servicio número uno que brindaron estos tipos fue simplemente su presencia física como disuasivo del crimen", aseguró Jethani.

Berkeley, en contra de contratar a una empresa de seguridad externa

Sin embargo, la universidad no está de acuerdo con los padres. A pesar de que no han realizado ninguna acción para incrementar la seguridad en el campus, tampoco parecen dispuestos a dejar que los trabajadores de SafeBears patrullen en las inmediaciones de seguridad. Según aseguraron mediante un comunicado el programa "plantea una serie de preocupaciones, incluida la capacitación y la experiencia de las personas contratadas por dichas empresas".

Además, alegaron que cualquier medida adicional de seguridad debía coordinarse con el Departamento de Policía de la Universidad de California, independientemente de tratarse de una iniciativa privada. Algo que no realizaron: "Se requiere un enfoque holístico de la seguridad del campus y es el enfoque más eficaz".

Junto con esto, los funcionarios universitarios recomendaron a los padres que, en lugar de contratar servicios privados, aumentasen sus donaciones a la universidad para que fueran ellos quienes, con mayores fondos, pudieran mejorar la seguridad del recinto: