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¿Qué armas y aeronaves se utilizaron en el ataque de EEUU contra el programa nuclear iraní?

Estados Unidos utilizó siete bombarderos furtivos B-2 en los ataques contra el régimen de los ayatolás, lo que permitió la devastación del programa nuclear iraní. 

Bombardero sigiloso B-2 Spirit

Bombardero sigiloso B-2 SpiritAFP.

Carlos Dominguez
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(AFP) Tras días de incertidumbre sobre una posible intervención, Estados Unidos atacó y destruyó "total y completamente" las instalaciones nucleares de Irán, aseguró el sábado el presidente Donald Trump.

El líder republicano había optado inicialmente por la vía diplomática, con varias rondas de negociaciones entre Washington y Teherán para intentar alcanzar un nuevo acuerdo sobre el programa nuclear iraní.

Sin embargo, en los últimos días había dado señales contradictorias, sopesando una posible intervención de su país en la guerra que emprendió su cercano aliado Israel contra Irán, al tiempo que planteaba la posibilidad de volver a las conversaciones.

¿Qué armas fueron utilizadas para atacar al régimen iraní?

Estados Unidos utilizó siete bombarderos furtivos B-2 en los ataques contra instalaciones nucleares en Irán, declaró este domingo el jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine, sobre la operación "Martillo de Medianoche".

El principal grupo de ataque "compuesto por siete bombarderos B-2 Spirit voló 18 horas desde territorio continental de Estados Unidos hasta Irán, con múltiples reabastecimiento en vuelo", añadió. "Los cazas iraníes no volaron, y parece que los sistemas de misiles tierra-aire iraníes no nos detectaron durante la misión", precisó el general en rueda de prensa.

Según Trump, varios aviones atacaron tres de las principales instalaciones nucleares iraníes: Isfahán, Natanz y Fordow, sobre la que se lanzó una "carga completa de bombas".

El presidente no dio detalles sobre las armas o la munición utilizadas para atacar el programa iraní. Pero dada la configuración subterránea de Fordo, es probable que se lanzaran bombas antibúnker del tipo GBU-57.

Según el ejército estadounidense, estas ojivas de 13 toneladas pueden penetrar hasta 60 metros de profundidad antes de explotar.

Se diferencian en eso de la mayoría de los misiles u otras bombas, que detonan al impactar.

Las pruebas de estas armas comenzaron en 2004 y Boeing ganó en 2009 un contrato para instalarlas en aviones.

B-2 Spirit: aeronaves capaces de transportar bombas antibúnker

Los únicos aviones capaces de transportar GBU-57 (dos por avión) son los bombarderos furtivos estadounidenses B-2 Spirit.

Antes del ataque del domingo, sitios web de seguimiento de vuelos y el diario The New York Times informaron de que varios de estos aviones habían despegado de Estados Unidos en dirección oeste.

Los B-2 Spirit pueden volar 9.600 kilómetros sin repostar combustible y están diseñados para "penetrar las defensas más sofisticadas del enemigo y amenazar sus objetivos más importantes y mejor defendidos", según el ejército estadounidense.

El modelo B-2 se presentó al público por primera vez en 1988, voló al año siguiente y se entregó al ejército en 1993.

Se desplegó contra las fuerzas serbias en la década de 1990, volando sin parar entre Misuri y Kosovo. Luego, durante las guerras de Afganistán e Irak en la década del 2000.

Anatomía de las instalaciones nucleares iraníes

Construida en violación de las resoluciones de Naciones Unidas, la central subterránea de Fordow fue presentada por Teherán como una planta de enriquecimiento de uranio de alto grado con capacidad para albergar unas 3.000 centrifugadoras de ese elemento radiactivo.

​Allí se detectaron a principios de 2023 partículas de uranio enriquecido al 83,7%. Irán alegó entonces "fluctuaciones involuntarias" durante el proceso de enriquecimiento.

​Israel no tiene capacidad para atacar a tanta profundidad: solo los aviones estadounidenses pueden transportar munición lo suficientemente penetrante para hacerlo.

​La planta de Natanz es sin duda la más conocida de las instalaciones nucleares iraníes. Su existencia se reveló en 2002.

​Cuenta con dos edificios, uno subterráneo y otro superficial, con un total de cerca de 70 cascadas de centrifugadoras, es decir, más de 10.000 de estas máquinas utilizadas para enriquecer uranio.

​La instalación de Isfahán es una planta de conversión. Permite producir los gases necesarios para el enriquecimiento.
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