El arresto de un hombre vinculado a ISIS en Brasil incrementa los temores de la invasión yihadista en Latinoamérica

Un hombre fue arrestado la semana pasada en su casa del Estado de San Pablo, Brasil, bajo sospecha de haber mantenido contactos con la organización terrorista Estado Islámico (ISIS) y de reclutar a jóvenes para ese grupo, informó el periódico argentino Infobae.

En la casa del sospechoso, llamado Thiago José Silva Barboza de Paula (44), ubicada en la ciudad de San Carlos, se hallaron armas falsas, productos químicos para fabricar explosivos y un machete.

El sospechoso participaba de un grupo online llamado Comando 860, señaló Infobae, que tuvo acceso a una investigación del centro de análisis Atlántico Intelligence Group. En dicho grupo se compartía propaganda de ISIS, como así también manuales de guerrilla y fabricación de explosivos. 

El Comando 860 utilizaba el servidor TechHaven para las comunicaciones entre sus miembros y la difusión de material propagandístico del ISIS.  

Salafi860, el seudónimo del director del grupo, suele compartir manuales y propaganda yihadista para sus miembros. En las publicaciones suele llamar, entre otras cosas, a asesinar "infieles" y felicita a aquellos que llevan a cabo atentados terroristas, que Salafi806 considera “operaciones de martirio”. 

Según Atlántico Intelligence Group, Salafi860 intercambió símbolos latinoamericanos con el logotipo de ISIS con una persona que se hace llamar Abu Bakar Al Uruguay. En una de estas imágenes aparece un mapa de Brasil cubierto con la bandera de ISIS. 

Se está investigando si Abu Bakar Al Uruguay es un adolescente detenido en territorio uruguayo por haber efectuado amenazas en TechHaven para perpetrar un atentado terrorista. 

Silva Barboza de Paula enfrenta cargos bajo la ley antiterrorista 13.260, promulgada en Brasil en marzo de 2016, donde se tipifica como terrorismo la promoción o integración a organizaciones terroristas, por lo que podría tener que pagar una multa y podría recibir entre cinco y ocho años de prisión.

No es un hecho aislado

Este no es el primer caso de este tipo que sucede en Brasil. A mediados de 2024, Fábio Samuel Da Costa Oliveira (20), también conocido por su seudónimo Mahmoud al Brazili, de Barbacena, Minas Gerais, fue condenado a siete años de prisión por terrorismo y corrupción de menores. 

Da Costa Oliveira había sido arrestado en junio de 2023 en el aeropuerto internacional de San Pablo-Guarulhos, cuando intentaba viajar a Turquía para unirse a ISIS. 

En la plataforma encriptada pCloud, el joven dijo, entre otras cosas, que tenía intenciones de perpetrar un atentado en la embajada de Israel en Brasil. 

Preocupa la creciente radicalización entre los jóvenes

Infobae señaló que, según expertos, la radicalización de jóvenes, incluso de menores de edad, es una tendencia que preocupa en América Latina. 

Los expertos señalan además que la pobreza y la falta de escolarización podrían estar relacionados con la radicalización de los jóvenes, facilitada en gran medida por predicadores extranjeros. 

Además, se estima que tras la caída del régimen de Bashar al-Asad en Siria, los yihadistas extranjeros podrían ir a ese país para unirse a las filas de diversos grupos islamistas radicales, tal como ocurrió durante el establecimiento de un califato en partes de Siria e Irak por parte de ISIS en 2014. 

¿Aumenta la presencia de ISIS-K en la región?

De acuerdo con declaraciones realizadas por fuentes relacionadas con la investigación, crece la preocupación en Latinoamérica por la amenaza de Estado Islámico del Gran Jorasán (ISIS-K), una rama de ISIS que está principalmente activa en Asia Meridional y Central, ya que recientemente fue detenido un presunto miembro tayiko del grupo terrorista en Costa Rica.  

Brasil, según revelaron fuentes de la investigación a Infobae, también está alertado desde hace tiempo sobre la posibilidad de que yihadistas de ISIS-K transiten por el país, en particular por personas provenientes de Tayikistán. 

El financiamiento a Hezbolá desde Brasil

Además, desde hace muchos años, Brasil es usado por elementos islamistas radicalizados para financiar al grupo terrorista libanés Hezbolá. De hecho, Infobae mencionó un caso preocupante ocurrido en octubre pasado en Mato Grosso, en la frontera con Bolivia, cuando las fuerzas de seguridad brasileñas incautaron 500 ladrillos de cocaína y en cada uno de ellos estaba escrito en árabe “23”. A día de hoy se desconoce a quién iba destinado el cargamento, pero podría formar parte del entramado de financiamiento para Hezbolá u otro grupo terrorista.