La dictadura iraní ejecuta a Jamshid Sharmahd, un opositor que residía en Estados Unidos
El régimen de los ayatolás había acusado al periodista iraní-alemán, a quien secuestró en Dubái en 2020, de terrorismo. Washington condenó la decisión, afirmando que fue sometido a un juicio injusto. Alemania expulsó a dos diplomáticos iraníes y advirtió que habrá “serias consecuencias”.
Irán ejecutó por acusaciones de terrorismo a Jamshid Sharmahd (69), un periodista iraní-alemán que residía en Estados Unidos, donde lideraba una pequeña organización opositora al régimen de los ayatolás, llamada Tondar, que está compuesta por iraníes exiliados que viven en California.
Sharmahd, quien se encontraba encarcelado en Irán desde el año 2020 tras haber sido secuestrado por agentes iraníes en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, había negado las acusaciones, y su familia había afirmado que solo era el portavoz de la organización.
De hecho, Gazelle, hija de Sharmahd, había afirmado en reiteradas ocasiones que su padre debía afrontar un juicio falso debido a sus críticas al régimen islamista.
Las acusaciones de la dictadura iraní contra Sharmahd
El régimen iraní acusó a Sharmahd por una explosión en una mezquita en la ciudad de Shiraz, en 2008, que causó la muerte de 14 personas y dejó 200 heridos.
Además, las autoridades islamistas señalaron al periodista como el responsable de la planificación de otros atentados bajo las órdenes de Israel y Estados Unidos, como así también de haber revelado a algunos medios de comunicación información confidencial sobre instalaciones de misiles de la Guardia Revolucionaria.
En 2022, la dictadura islámica condenó a muerte al periodista por corrupción en la Tierra, lo que generó un gran repudio a nivel mundial.
Estados Unidos y Alemania condenaron a la dictadura iraní
Estados Unidos condenó la ejecución, alegando que Sarhmahd no había recibido un juicio justo.
Vedant Patel, portavoz adjunto principal del Departamento de Estado de Estados Unidos manifestó que el periodista fue sometido a un “procedimiento que ha sido ampliamente criticado como un juicio simulado”.
Alemania, por su parte, expulsó a dos diplomáticos iraníes en protesta por la ejecución.
Annalena Baerbock, ministra de Relaciones Exteriores del país europeo, condenó el “asesinato” y calificó al Gobierno iraní de ser un “régimen inhumano” que “usa la muerte como arma”. Y advirtió que habrá “serias consecuencias”.