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Boris Johnson planeó invadir Países Bajos para robar vacunas del covid

El expremier británico sostuvo en su autobiografía que la Unión Europea se había quedado con cinco millones de dosis de AstraZeneca que "legalmente" pertenecían al Reino Unido. 

Boris Johnson, ex primer ministro británicoCordon Press.

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El ex primer ministro británico Boris Johnson relata en su autobiografía que su gabinete consideró lanzar una "invasión acuática" en un almacén holandés para robar vacunas del covid durante la pandemia.

Aunque el libro aún no se encuentra a la venta, el medio local Daily Mail se encuentra publicando capítulos por entregas. En la última, Johnson explica que en marzo de 2021 estaba en su despacho cuando altos mandos militares, "cargados con cientos de años de experiencia operativa colectiva", le explicaron el operativo:    

"Enviaríamos a un equipo en un vuelo comercial a Ámsterdam, mientras que otro equipo aprovecharía el amparo de la oscuridad para cruzar el Canal de la Mancha en costillas (lanchas neumáticas rígidas) y navegar por los canales".

"Luego se [ambos equipos se] reunirían en el objetivo [un almacén en la ciudad de Leiden], entrarían, asegurarían los bienes de los rehenes, se retirarían utilizando un camión articulado y se dirigirían a los puertos del Canal de la Mancha".

A pesar de reconocer que "todo el asunto era una locura", el exmandatario conservador argumentó que la situación en su país era desesperada y que la Unión Europea (UE) se había quedado con cinco millones de vacunas AstraZeneca que eran legalmente eran británicas, porque su Gobierno había ayudado a financiarlas y "la empresa estaba intentando, en vano, exportarlas al Reino Unido". 

Johnson continúa defendiendo su gestión de la pandemia y acusando a la UE de envidiar sus resultados. Peor aún, dice, los mandatarios de la unión ("y sobre todo, sospecho, Macron") no toleraban que el Brexit hubiese ayudado a agilizar el despliegue de vacunas en territorio Británico. 

"Me alegro, por supuesto, de que no nos apoderáramos violentamente de los suministros de la planta Halix, aunque fueran nuestros", reconoce y señala que al final el lote nunca llegó a puertos británicos. 

Uno de los principales inconvenientes era que la operación sería imposible de esconder. Y, como explicó al entonces primer ministro un teniente general, cuando saliese a la luz: "Tendríamos que explicar por qué hemos invadido a un aliado de la OTAN".

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