Antiguos aliados de Nicolás Maduro se desmarcan del régimen en vísperas de las elecciones presidenciales de Venezuela

A medida que se aproximan las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela, varios antiguos aliados del dictador Nicolás Maduro han comenzado a distanciarse de su régimen, reflejando una creciente preocupación por la dirección política del país.

Lula da Silva: un cambio notable en la postura

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien anteriormente mostró un fuerte respaldo hacia el régimen chavista, cuestionó a Maduro tras sus recientes amenazas de un posible "baño de sangre" en caso de derrota. Lula advirtió que los procesos democráticos requieren aceptación pacífica de los resultados y subrayó que “quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre”. Este cambio en la postura de Lula marca una notable desviación respecto a su anterior apoyo al gobierno venezolano, cuando él y Hugo Chávez mantenían estrechas relaciones diplomáticas.

Chile: críticas y preocupaciones

Aunque Chile históricamente mantuvo una postura neutral o incluso de simpatía hacia el régimen chavista, el presidente chileno Gabriel Boric criticó duramente a Maduro. Boric señaló que las amenazas de violencia en un proceso electoral eran inaceptables y expresó preocupaciones sobre la transparencia del proceso electoral en Venezuela. Subrayó la necesidad de garantizar elecciones libres y justas, en contraste con la postura más conciliatoria que Chile había adoptado anteriormente.

Honduras: un enfoque de supervisión

La presidente hondureña Xiomara Castro mostró un enfoque más equilibrado, enviando una misión de observadores para asegurar que el proceso electoral sea “libre, justo, independiente y transparente”. Un gesto que parece demostrar el interés de Honduras en que las elecciones venezolanas se realicen bajo estándares internacionales.

Colombia: críticas a la inhabilitación de María Corina Machado

En Colombia, el presidente Gustavo Petro criticó la inhabilitación de María Corina Machado, una medida que calificó de “golpe antidemocrático”. Machado, una destacada opositora del régimen, fue inhabilitada para postularse a la presidencia basándose en acusaciones de irregularidades fiscales y violaciones de la ley electoral, pero muchos críticos argumentan que fue una maniobra para excluirla de la contienda presidencial. Petro comparó esta acción con su propia experiencia de inhabilitación en Colombia y denunció que tales sanciones administrativas violan los derechos políticos fundamentales.

Bolivia: pedido de estabilidad

El presidente boliviano, Luis Arce, ha mostrado una postura más tibia. Aunque respaldó la autodeterminación del pueblo venezolano y rechazó la intervención extranjera, también hizo un llamado a que las elecciones se desarrollen en un ambiente de paz y respeto. A pesar de su apoyo general a Maduro, su actitud refleja una preocupación por la estabilidad del proceso electoral en Venezuela.