Biden confirma un giro en la política oficial con Irán al exigir el cese de la represión y apoyar a los manifestantes
La Administración Biden aparca la búsqueda de un acuerdo nuclear con el régimen de los ayatolás tras reconocer Barack Obama su "error" al no apoyar las manifestaciones de 2009.
La Administración Biden ha dado un giro radical a su política con Irán, "aparcando el estancado diálogo nuclear" para apoyar a los manifestantes contra el gobierno iraní. Desde que Barack Obama mostrara su "solidaridad" y reconociera su "error" por guardar silencio ante las protestas en el país cuando era presidente, el mismo Joe Biden, ha exigido al régimen de los ayatolás que cese en la represión y apoyó a quienes perseveran en las protestas.
El pasado 15 de octubre, el presidente Joe Biden sorprendió al confirmar el giro en la política de su Administración. Biden afirmó sentirse "aturdido" por lo que ocurre en el país. "Irán tiene que poner fin a la violencia contra sus propios ciudadanos que simplemente ejercen sus derechos fundamentales. Quiero que sepan que estamos con los ciudadanos, con las valientes mujeres de Irán", señaló, según recoge Just The News.
"Estamos con las valientes mujeres de Irán"
Durante un discurso Irvine Valley Community College, en el que estaba previsto que hablase sobre cómo su política económica estaba "reduciendo los costes para las familias estadounidenses", Biden subrayó que las mujeres iraníes "deberían poder llevar, en nombre de Dios, lo que quieran llevar y nadie debería decirles lo que tienen que llevar".
El acuerdo nuclear no es la prioridad ahora
Con estas declaraciones, Biden confirmaba de manera oficial el cambio que venía percibiéndose en la política de su Gobierno sobre el régimen iraní. Ya el día 12, El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, ya indicó el cambio, al responder a periodistas sobre un acuerdo nuclear con Irán. "Eso no es en lo que nos centramos en este momento. Los iraníes han dejado muy claro que este no es un acuerdo que estén dispuestos a hacer", señaló. En estos momentos, "nos centramos en la notable valentía y el coraje que el pueblo iraní está mostrando en sus manifestaciones pacíficas, en el ejercicio de su derecho universal a la libertad de reunión y a la libertad de expresión. Y nuestra atención se centra ahora mismo en destacar lo que están haciendo y apoyarlos de la manera que podamos", según publicó CNN.
Para reforzar esta línea, pesos pesados de la Administración, como la vicepresidenta Kamala Harris, el secretario de Estado Antony Blinken y el consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan mantuvieron reuniones con activistas iraníes y han mostrado su apoyo a las protestas antigubernamentales.
Con Obama empezó todo
Fuera del Gobierno, fue Obama quien abrió el camino a la corrección del rumbo. Un día antes de las declaraciones de Price, Día Internacional de la Niña, Barack y Michelle Obama hicieron público un comunicado expresando su "solidaridad con las valientes mujeres y niñas iraníes que han inspirado al mundo con sus continuas protestas". En el texto, el expresidente y su esposa destacaron cómo "nos conmueven vuestros actos de protesta y somos testigos de vuestra valentía al enfrentar la brutalidad de un régimen que se resiste a las llamadas al cambio. Estáis transmitiendo un poderoso mensaje de que no se debe tolerar la injusticia".
El texto finalizaba con una llamada a la esperanza: "Seguramente se avecinan días difíciles, y nuestros corazones están con aquellos que han perdido trágicamente a sus seres queridos en Irán. Pero creemos que el futuro finalmente pertenecerá a las mujeres y niñas jóvenes de Irán que están negándote a callar. Nos recordáis que el verdadero poder no proviene de aferrarse al pasado, sino del esfuerzo por construir un futuro mejor".
El "error" una década atrás
Unos días después, el 15 de octubre, el expresidente concedió una larga entrevista a Pod Save America en la que reconoció que su comportamiento en 2009, cuando era presidente y se produjeron revueltas en Irán "fue un error". "En retrospectiva, creo que fue un error", afirmó durante la entrevista. La Administración en esos momentos estaba inmersa en negociaciones para alcanzar un tratado nuclear con el régimen de los ayatolás y permaneció en silencio durante los disturbios y la represión.