La China comunista abre una 'comisaría' en Nueva York
El régimen de Pekín extiende sus redes por el mundo para perseguir a sus ciudadanos.
China estableció varias "estaciones de servicio policial en el extranjero", incluyendo una en la ciudad de Nueva York, según denunció el gupo de vigilancia de los derechos humanos Safe Guard Defenders en un informe que recoge The New York Post.
Se trata de decenas de comisarías repartidas por varios países del mundo, incluido Estados Unidos, desde las que el régimen comunista chino vigila a sus ciudadanos que viven fuera de China. En norteamérica, además de la estación de Nueva York, China cuenta con tres comisarías en Toronto (Canadá). El resto están repartidas por todo el planeta, con una fuerte presencia en Europa. En total, hay más de 50 comisarías en una treinena de países.
Violación del derecho internacional
Safe Guard Defenders denunció que "estas operaciones evitan la cooperación bilateral, la cooperación policial y judicial oficial, violan el Estado de Derecho internacional y pueden violar la integridad territorial de terceros países países implicados en la creación de un mecanismo policial de la policía con métodos ilegales.
El informe, titulado 110 Overseas: Chinese Transnational Policing Gone Wild, señala que estas comisarías se utilizan para ayudar al Partido Comunista Chino "reprimiendo todo tipo de actividades ilegales y delictivas en las que estén implicados chinos en el extranjero". Según el informe, las principales actividades delictivas que vigilan estos satélites del Partido Comunista Chino son el fraude y el fraude en las telecomunicaciones.
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Violaciones de los derechos humanos
El informe señala que desde abril de 2021 hasta julio de 2022 las autoridades chinas afirmaron que 230.000 ciudadanos chinos han sido "persuadidos con éxito para que regresen" a China para enfrentarse a un proceso penal por sus acciones.
Por lo general, entre los métodos utilizados para asegurarse de que un ciudadano regrese a China se encuentran presuntas violaciones de los derechos humanos. Para que el ciudadano chino investigado regrese a su país, las autoridades chinas intimidan y encarcelan a la familia del objetivo. También los propios apoderados del Partido Comunista amenazan al investigado en línea o en persona hasta que lo hacen regresar a China "voluntariamente".
Safe Guard Defenders teme que estas comisarías también sirvan como centros para difundir la propaganda del gobierno chino y monitorear el comportamiento y las opiniones de sus ciudadanos.
“A medida que estas operaciones continúan desarrollándose y se establecen nuevos mecanismos, es evidente que los países que se rigen por los estándares establecidos por los derechos humanos universales y el estado de derecho necesitan con urgencia investigar estas prácticas, mitigar los riesgos y proteger de forma eficaz al creciente número de personas afectadas”, concluye el informe.
*Actualización:
El 17 de abril de 2023, seis meses después, el Departamento de Justicia anunció la detención e imputación de dos ciudadanos de origen chino. Los detenidos están acusado de poner en marcha una comisaría de espionaje en Manhattan, siguiendo las órdenes del Ministerio de Seguridad Pública de la República Popular China. Según el DOJ, la misión de esta comisaría, además de llevar a cabo labores de espionaje, era la de perseguir y acosar a disidentes chinos afincados en Estados Unidos que difundieran mensajes en contra del Gobierno de Pekín. Junto a esta detención, el DOJ anunció también nuevos cargos presentados por el fiscal del distrito Este de Nueva York contra al menos 40 oficiales del Ministerio de Seguridad Pública de China.