La obsesión del FBI por Aretha Franklin: fue espiada durante 40 años
Desde 1967 hasta 2007, la agencia recopiló información sobre la cantante mediante llamadas telefónicas falsas, vigilancia e infiltraciones, según 'Rolling Stone'.
El FBI espió a la cantante Aretha Franklin durante 40 años, según revela un archivo al que tuvo acceso Rolling Stone. La agencia federal consideraba a la Reina del Soul "sospechosa" por su activismo en favor de los derechos civiles y políticos y de la comunidad afroamericana.
El documento recientemente desclasificado, de 270 páginas, recoge las investigaciones del FBI sobre el vínculo que la artista tenía con otras figuras de la lucha civil como Angela Davis y Martin Luther King Jr. La investigación fue difundida por la periodista Jen Dize, que solicitó el acceso a estos documentos tras la muerte de Aretha Franklin en 2018.
La 'Reina del Soul', una obsesión de cuatro décadas para el FBI
De este modo, Aretha Franklin se convirtió en una obsesión para el FBI. Sus direcciones, números de teléfono y actividades personales fueron rastreados por la agencia federal durante décadas. Los documentos incluyen la existencia de amenazas contra la estrella. Por ejemplo, en 1979, cuatro meses después de que el padre de Franklin fuera tiroteado en Detroit, recibió una amenaza de muerte contra ella y su familia.
Según Rolling Stone, en el informe aparecen de forma recurrente expresiones como "violencia racial", "extremistas negros", "procomunistas", “odio a Estados Unidos” o “radicales”. Aunque el FBI no se pronunció sobre el contenido de este artículo, lo cierto es que Aretha Franklin no es la primera artista espiada por la agencia federal por supuestas actividades peligrosas. En agosto, el último miembro superviviente de The Monkees, Micky Dolenz, demandó al FBI por un supuesto "expediente secreto" que cree que la agencia tiene sobre él y sus antiguos compañeros de la banda musical que alcanzó su apogeo en los años 60. En este sentido, son numerosos los artistas monitorizados por el FBI, bien por ser potenciales víctimas de un delito o bien por ser sospechosos por sus actividades sociales o políticas. La lista abarca nombres como Whitney Houston, Marvin Gaye, John Denver o Jimmy Hendrix.
Lo sorprendente en este caso es la duración de estos seguimientos. Nada menos que cuarenta años gastó la agencia espiando a Aretha Franklin sin descubrir nada que vinculara a la Reina del Soul con actividades extremistas o radicales. Kecalf Franklin, hijo de la artista, señaló en declaraciones a Rolling Stone:
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