World Central Kitchen: Israel no miente, asume la responsabilidad e investiga

Tras la trágica muerte de los siete cooperantes de la organización humanitaria, por un error de las FDI en Gaza, Israel hizo lo que hubiera hecho cualquier país decente, accionar que lo diferencia de sus sanguinarios enemigos.

El grave error cometido por Israel al bombardear un convoy de la organización humanitaria World Central Kitchen (WCK) en Gaza ha generado duras críticas y un pedido de explicaciones al Estado judío en todo el mundo. En el trágico hecho murieron siete cooperantes de la mencionada agrupación (tres británicos, un polaco, un palestino, un australiano y un estadounidense-canadiense).  El Estado judío reconoció el error y abrió una investigación para aclarar lo sucedido.

El primer ministro Benjamín Netanyahu manifestó que “Israel lamenta profundamente el trágico incidente que se cobró la vida de siete trabajadores de ayuda humanitaria. Nuestros corazones están con sus familias y sus países de origen”. Y añadió que el Ejército “está llevando a cabo una investigación rápida y transparente” y se comprometió a publicar los resultados.

“Israel está plenamente comprometido a permitir que la ayuda humanitaria llegue a la población civil de Gaza y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para garantizar que tales tragedias no ocurran en el futuro”, sostuvo.

El contralmirante Daniel Hagari, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), apuntó que se estudiará lo sucedido "al más alto nivel" a través de "un organismo independiente, profesional y experto" y elogió la labor de la organización WCK en el conflicto, destacando que fue una de las primeras en acudir en ayuda de las víctimas del 7 de octubre y recordó que sus miembros trabajan junto al ejército israelí.

El hecho es realmente lamentable y trágico, y tanto las críticas al Gobierno de Israel como las exigencias para que se aclare lo ocurrido son absolutamente válidas. Las autoridades israelíes deben llegar hasta las últimas consecuencias y hacer lo posible para que esto no vuelva a ocurrir.

Israel vs. Hamás: la guerra de la verdad y la civilización contra la mentira y la barbarie

Israel ha cometido un grave error en su guerra contra Hamás y otras organizaciones terroristas en Gaza tras la masacre del 7 de octubre. Los combates no son sencillos, especialmente teniendo en cuenta que los terroristas usan a civiles como escudos humanos para entorpecer los ataques de las FDI.

Este no fue el primer error grave cometido por Israel. Anteriormente, las FDI mataron en Gaza a tres rehenes israelíes al confundirlos con terroristas palestinos.

Israel no ha intentado mentir, tapar o engañar. Inmediatamente después de que se confirmara que en ambos casos se había tratado de errores de las FDI, las autoridades israelíes reconocieron los hechos, pidieron las disculpas pertinentes y lanzaron investigaciones para aclarar lo sucedido. 

Esta actitud de las autoridades israelíes contrasta notablemente con la del grupo terrorista Hamás. La organización islamista palestina no permite la libertad de expresión bajo ningún concepto y maneja toda la información que proviene de Gaza. Sin embargo, a pesar de que se trata de una agrupación antisemita con intenciones genocidas y que además oprime de la peor manera a su propio pueblo, no son pocos los medios de comunicación o infuencers que publican, de manera inmediata, cualquier dato falso o noticia falsa que Hamás brinda, sin chequear ni un segundo la información

Esto ocurrió, por ejemplo, tras el bombardeo al hospital Shifa, en Gaza, cuando no fueron pocos los medios e influencers que informaron a una velocidad meteórica -ergo, sin chequear nada- que se había tratado de un ataque israelí en el que habían muerto 500 personas. No obstante, nada de eso era cierto; en realidad se trató de un error cometido por terroristas palestinos y el número de víctimas y daños fue bastante menor al informado en un principio, razón por la cual algunos medios de comunicación se retractaron, aunque de forma demasiado escueta. A pesar de las acusaciones, Jerusalén decidió no responder de forma inmediata tras el incidente en el hospital para investigar seriamente el asunto. Luego, el Estado judío afirmó que no estuvo involucrado en el hecho y reveló qué fue lo que realmente había sucedido.

Sin embargo, no solo Hamás brinda información falsa, sino también su fiel representante en los medios de comunicación: Al Jazeera, el brazo propagandístico de Qatar. Recientemente, la cadena de noticias árabe decidió retractarse y eliminar una serie de contenidos que acusaban a las Fuerzas de Defensa de Israel de cometer abusos sexuales en el hospital de Shifa, en Gaza. La polémica alcanzó una gran difusión después de que Al Jazeera publicara el testimonio de una mujer que aseguró haber sido testigo de violaciones a mujeres palestinas en el interior del hospital gazatí. El medio qatarí eliminó poco después la publicación sin añadir muchos más detalles.

Los mismos medios e influencers antiisraelíes son los que ponen todas las lupas sobre Israel -olvidando cualquier otro conflicto-, tergiversan la realidad, fabrican y difunden noticias falsas, etcétera. Pero lo que omiten, además, es que es el mismo Estado judío, la única democracia del Medio Oriente, el que tiene sus propias lupas puestas sobre todas sus instituciones e investiga a fondo cualquier situación irregular que suceda en el país, también en las FDI. Y lo hace en un contexto extremadamente complejo, ya que debe estar lidiando permanentemente con vecinos que quieren exterminarlo, lo que genera que sea imposible no cometer errores, aunque pocas veces, es verdad, tan trágicos como los sufridos por los voluntarios de WCK o los rehenes israelíes.

Es realmente extraño observar cómo algunos de estos medios e influencers celebraron o ignoraron el hecho de que las fuerzas rusas torturaron a los terroristas de ISIS-K que cometieron la masacre en la sala de conciertos en Moscú en marzo, pero suelen demonizar a Israel por su forma de tratar a los terroristas palestinos, que es infinitamente más humana que la de Rusia. De hecho, basta con observar el excelente estado físico en el que se encontraban los islamistas liberados por el Estado judío en diversos intercambios de prisioneros a lo largo de la historia, como así también la política implementada por Israel de atender en sus hospitales a los terroristas heridos o incluso a familiares de líderes de agrupaciones que claman por el exterminio del Estado judío y los judíos, y todo pagado por el contribuyente israelí. Ahora bien, no es necesario aclarar qué le sucedería a un ciudadano de Israel si cruzara a Gaza, ¿cierto? 

Eso no es todo. Las tropas de las FDI deben seguir un código de conducta de combate muy estricto que incluye castigos para quienes lo violen. De hecho, ha habido casos muy polémicos relacionados con este asunto. Uno de los más resonantes sucedió cuando hace algunos años un combatiente disparó a un palestino que había intentado perpetrar un ataque terrorista, y luego lo remató cuando el atacante yacía herido en el suelo. El soldado se defendió, con buen criterio, asegurando que el terrorista aún se estaba moviendo, por lo que tenía la posibilidad de generar daño, ya sea tomando un arma escondida para abrir fuego contra los israelíes, o bien activando un explosivo adherido a su cuerpo. Una parte de la sociedad apoyó al combatiente, aunque también fue criticado por su accionar. Un tribunal militar lo halló culpable, por lo que fue encarcelado, a pesar de las protestas de una gran cantidad de ciudadanos. Ya saben, cosas que suceden en la única democracia de la región.

Acabar con Hamás, un paso fundamental hacia la paz en Medio Oriente

La guerra es responsabilidad exclusiva de Hamás. La feroz masacre del 7 de octubre perpetrada por terroristas que no tienen ningún respeto por la vida humana y que claman a diario por el exterminio de un pueblo entero fue la que condujo a la respuesta israelí. Esta organización islamista, un brazo de Irán en la región, ya no puede existir si realmente se quiere avanzar hacia la paz en Medio Oriente, por lo que para acabar con la guerra y evitar que se siga derramando sangre, el mundo debe exigir la liberación de todos los rehenes, la desmilitarización de Gaza y la rendición de Hamás y el resto de los grupos terroristas palestinos.

El bienestar de los civiles en Gaza e Israel no es sólo responsabilidad del Estado judío; la comunidad internacional debe prestar su colaboración para que la guerra se acabe, ayudando a erradicar a Hamás y otros grupos islamistas, con el fin de alejar a Irán de la región. El mundo libre debe entender que esta es la única forma de avanzar hacia la paz, no sólo entre israelíes y palestinos, ya que el terrorismo islámico no es sólo un problema para la estabilidad en Medio Oriente, también es una grave amenaza para Occidente