Adoptar la disuasión: el menguante apoyo de EEUU a Ucrania, Israel y Filipinas es una amenaza para el mundo libre
La desatención estadounidense a cuestiones de seguridad vitales, desde el menguante apoyo a Ucrania e Israel hasta su negativa a reconocer la amenaza que supone el programa nuclear iraní, está infligiendo un grave daño al estatus de Estados Unidos como superpotencia mundial.
Independientemente de que el presidente estadounidense Joe Biden siga o no en el cargo, su reciente debate con el ex presidente Donald J. Trump ha puesto de manifiesto la catástrofe mundial que han provocado las políticas estadounidenses bajo la actual administración.
La negligencia estadounidense en cuestiones de seguridad vitales, desde el menguante apoyo a Ucrania e Israel hasta su negativa a reconocer la amenaza que supone el programa nuclear iraní, está infligiendo un grave daño al estatus de Estados Unidos como superpotencia mundial.
Podría decirse que los ejemplos más contundentes del cada vez más débil control de Estados Unidos en cuestiones clave de política exterior fueron las recientes decisiones de Biden de ralentizar las entregas de armas a Israel y no mostrar suficiente solidaridad con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
En un movimiento que será interpretado por Estados hostiles como Rusia, China e Irán como una señal de la menguante influencia de Estados Unidos, Biden optó por no asistir a una conferencia de dos días celebrada en Suiza para debatir la guerra en Ucrania.
Uno de los principales objetivos de la conferencia, titulada Cumbre de Alto Nivel por la Paz en Ucrania, era animar a un gran número de países a declarar su apoyo a la soberanía de Ucrania. La decisión de Biden de ausentarse de la conferencia se interpretará en Moscú y en otros lugares como que el apoyo occidental a Ucrania está en declive.
Como declaraba el comunicado final de la cumbre, su propósito era "mejorar un diálogo de alto nivel sobre las vías hacia una paz global, justa y duradera para Ucrania".
Dadas las constantes declaraciones de Biden de que su Administración apoya plenamente los esfuerzos ucranianos para resistir la agresión rusa, la presencia del presidente estadounidense se consideró vital para garantizar que la cumbre lograra un resultado positivo.
La importancia de la participación personal de Biden en la cumbre fue puesta de manifiesto por Zelenski de antemano, cuando hizo un llamamiento personal al presidente estadounidense en el sentido de que cualquier ausencia por su parte enviaría un mensaje contundente al presidente ruso, Vladímir Putin, de que Washington no se tomaba en serio ayudar a Ucrania a lograr la victoria.
El líder ucraniano dijo que la ausencia de Biden no sólo "sería aplaudida por Putin, aplaudida personalmente por Putin... sería una ovación de pie".
Con Biden manteniendo las distancias, quizá no sorprendiera que la cumbre, a la que asistieron delegaciones en representación de 92 naciones de todo el mundo, se quedara muy corta a la hora de dar a Zelenski la inequívoca declaración de apoyo que buscaba.
Varios países, entre ellos Brasil, India y Arabia Saudí, se negaron a firmar el borrador original de la declaración por temor a que el comunicado pareciera culpar a Rusia de haber provocado el conflicto. Por ello, sólo 80 de los países asistentes a la cumbre en el resort suizo de Bürgenstock firmaron la declaración final.
La declaración final manifestaba el apoyo a la Carta de la ONU y afirmaba que "el respeto a la integridad territorial y a la soberanía... puede servir y servirá de base para lograr una paz global, justa y duradera en Ucrania".
"Creemos que alcanzar la paz requiere la implicación y el diálogo entre todas las partes", añadía.
Aun así, la declaración final era una especie de compromiso. Aunque mencionaba la "guerra en curso de la Federación Rusa contra Ucrania", también se centraba en otras cuestiones, como la protección de los civiles y la seguridad de los corredores de cereales, en lugar de establecer los próximos pasos para la paz.
En ausencia de Biden, la cumbre lamentablemente fracasó a la hora de producir el tipo de exigencia inflexible que Zelenski había pedido, exigiendo que Rusia retirara sus fuerzas de todo el territorio ucraniano ocupado -incluida Crimea- como condición previa básica para iniciar conversaciones de paz. Zelenski también ha pedido la formación de un tribunal internacional para juzgar al Gobierno de Putin por crímenes de guerra.
Aún más grave ha sido la persistente negativa de Estados Unidos, tanto en el Gobierno de Obama como en el de Biden, a reconocer la amenaza que supone el programa nuclear iraní, así como la amenaza más amplia que Irán representa para la seguridad de Oriente Próximo, lo que ha dado lugar a que Irán esté ahora en condiciones de enriquecer uranio hasta convertirlo en armamento prácticamente a petición..
La última estimación de los progresos realizados por Irán en el desarrollo de material para armas nucleares, elaborada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), concluye que el programa nuclear iraní ha alcanzado un punto en el que Irán podría ser capaz de enriquecer uranio suficiente para cinco armas nucleares en un plazo de tres semanas.
La alarmante política de no confrontación de Estados Unidos hacia los mulás -incluso pidiendo a Europa que no censure a Irán por su creciente programa de armas nucleares- ha sido un pilar tanto de la administración Biden como de la de Obama. Su aliento a Irán para que adquiera bombas nucleares ha llevado a los mulás y a sus apoderados a expandir sus actividades malignas por toda la región. La impotencia de Biden ha invitado efectivamente a Hezbolá, la milicia respaldada por Irán que controla la mayor parte de Líbano, a intensificar sus ataques contra Israel con el objetivo de abrir un nuevo frente en la frontera norte de Israel - del mismo modo que Estados Unidos rendición del grupo terrorista afgano, los talibanes, junto con asegurar al presidente ruso Vladímir Putin que un "menor incursión" sería aceptable, sin duda animó a Rusia a invadir Ucrania.
La negativa de la Administración Biden a enfrentarse directamente a Irán por su conducta también ha provocado que Irán intente estrechar sus lazos con el movimiento terrorista Al-Shabaab, con base en Somalia. Establecer un punto de apoyo en Somalia o Sudán permitiría a Irán, que también respalda a los rebeldes Hutíes en Yemen, paralizar el transporte marítimo que pasa por la vital ruta comercial del Mar Rojo, así como poder atacar a Israel desde el sur.
Otra zona en la que la incompetente gestión de Washington de cuestiones clave de seguridad es el Pacífico, donde la aparente aversión estadounidense a molestar a la dictadura comunista encabezada por el presidente chino Xi Jinping ha provocado recientemente un aumento de la agresiva conducta militar china hacia Filipinas como parte de los esfuerzos de Pekín por ampliar su control sobre el mar de la China Meridional.
En el incidente más reciente, los guardacostas chinos se apoderaron de dos barcos filipinos que se encontraban en misión de reabastecimiento en un puesto de avanzada en el banco de arena de Second Thomas Shoal, en las islas Spratly, hiriendo de gravedad a varios miembros de la Armada, según funcionarios filipinos. El banco de arena es reclamado tanto por Manila como por Pekín, y ha sido escenario de varios enfrentamientos en los últimos meses, que muchos funcionarios regionales creen que podrían haberse evitado si la Administración Biden hubiera adoptado un enfoque más firme ante los actos de agresión chinos.
La persistente indecisión de Washington respecto a China, así como respecto a otras cuestiones vitales para la seguridad mundial como Ucrania, Irán, y el hecho de no respaldar totalmente a Israel, que lucha no sólo por su propia existencia sino por proteger la libertad en Occidente frente a autocracias agresivas, sin duda animará a Putin y a otros regímenes dictatoriales de Pekín y Teherán a pensar que Estados Unidos no presentará un serio desafío a sus esfuerzos por ampliar su influencia mundial.
Si la actual administración permite que los terroristas y agresores ganen, ¿qué mensaje envía eso a todos los terroristas y agresores?.
La única manera de que EEUU recupere su posición global como líder del mundo libre, después de haber probado todo lo demás, es adoptar finalmente la disuasión: advertir a cada adversario de EEUU que si provoca a Washington, la respuesta para cada uno de ellos y sus regímenes será un coste que no desean contemplar.