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 EL TIEMPO QUE LLEVA KAMALA HARRIS SIN COMPARECER EN UNA CONFERENCIA DE PRENSA

Los demócratas necesitan muertos

El Partido Demócrata sigue hace veinte años la máxima de que todo vale con tal de deslegitimar al oponente. Esta vez, el enemigo es Trump. Pero para ganar las elecciones entienden que tienen que hacer lo propio con el presidente Biden.

Joe Biden y Donald TrumpAFP

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Los demócratas americanos, por muy duro que suene, necesitan dos muertos de cara a las elecciones presidenciales de noviembre: Trump y Biden. Cierto, lo quieren de manera muy distinta. A Trump hay que eliminarle políticamente y a Biden hay que confiarlo a la providencia. Pero está claro que para ganar en estas elecciones ni Trump ni Biden tienen que estar de cuerpo presente.

Caldeando el clima político

Hace unas pocos días almorzaba con un importante congresista republicano, chairman de un comité en la Cámara Baja quien me manifestaba su preocupación de que se intentará acabar con la vida de Donald Trump. Según él, los demócratas saben que cuanto han intentado políticamente les resulta inútil y que todas las encuestas avanzan el hundimiento de Joe Biden y el triunfo de Trump.

En su momento me pareció, sinceramente, una exageración. Pero yo estaba equivocado a tenor de lo que hemos vivido ayer. Con toda probabilidad nadie en el partido demócrata puede defender el asesinato, aunque sea de un poderosos adversario político como Trump, pero no es menos cierto que han permitido desde el 2006 un discurso en el que todo vale con tal de deslegitimar al oponente.

Se han aplaudido demasiadas veces los actos indecentes de celebrities como Robert De Niro, quien simulaba ante las cámaras escupir en la cara al expresidente justo a las puertas del juzgado donde se dirimía el caso de la actriz porno (para adultos siguiendo los cánones de corrección política actual) Stormy Daniels contra Trump, o de la cantante Mandonna, quien en un concierto declaró ante su público el deseo de ponerle una bomba. La lista es demasiado larga para reproducirla aquí, de Johnny Depp a a Marylin Manson, pasando por Moby y el desfigurado Rourke.

Y si a actores y cantantes se les condona sus deseos asesinos como meras gracietas, en realidad éstas son el producto de un clima político alimentado por el miedo al retorno de Trump y que permite que lo que en día fueron prestigiosos semanarios como The Times, lleve en portada burdas caricaturas fusionando la cara del expresidente con la Adolf Hitler, por ejemplo.

Es es clima que trasciende la polarización y que da alas a los elementos más perturbadores que siempre acompañan a la izquierda, sea de donde sea.

El auge de Trump... ¿el ocaso de Biden?

Este intento de poner fin a la carrera presidencial y a la vida de Donald Trump se produce a horas del arranque de la convención del Partido Republicano en Milwaukee, donde se debería nominar oficialmente a Trump como su candidato presidencial.

Me puedo imaginar que este atentado, al igual que todo lo que se ha intentado para embarrar la figura del expresidente, fracasará electoralmente, porque el efecto será una nueva y mayor ola de simpatía hacia su persona y candidatura. Una especie de tsunami que se lleva por delante las opciones de Joe Biden.

Y eso me lleva al otro punto: la desaparición de Biden como candidato. Parece evidente que desde el primer debate entre candidatos de hace unos días, los demócratas han entrado en pánico y han abierto la veda a todo tipo de rumores, declaraciones y peticiones para que Biden reconsidere presentarse y deje paso a otro candidato con mayores opciones. No hay televisión, radio o periódico vinculado a los demócratas que no esté machacando con eso.

Pero parece que el tío Joe, amparado en su ambiciosa esposa, no está por la labor. Así que la posibilidad de reemplazarlo se está dividiendo en dos campos: los que prefieren conspirar y sacarse un nuevo candidato o candidata de la chistera durante la convención a finales de agosto (¿Michelle Obama?) y quienes rezan para que sea la providencia quien se encargue de resolverles el problema, llevándoselo a su seno de manera natural.

Sea como fuere, hay una sola cosa clara: los demócratas harían cualquier cosa por quitarse de en medio a los dos candidatos. Pero con el suyo parecen más piadosos.

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