Una nueva "Doctrina Trump" para Oriente Medio
A primera hora de la mañana del domingo 22 de junio de 2025, Estados Unidos y sus fuerzas militares, bajo el valiente liderazgo del presidente estadounidense Donald Trump, llevaron a cabo una operación militar de precisión para destripar la amenaza nuclear de Irán. El día de hoy marca un punto de inflexión histórico y un nuevo amanecer para Oriente Medio.

Presidente Donald Trump
A primera hora de la mañana del domingo 22 de junio de 2025, Estados Unidos y sus fuerzas militares, bajo el valiente liderazgo del presidente estadounidense Donald Trump, llevaron a cabo una operación militar de precisión para destripar la amenaza nuclear de Irán.
En este ataque, la Fuerza Aérea de Estados Unidos lanzó seis bombas búnker para destruir las instalaciones de enriquecimiento de Fordow en las profundidades de las montañas iraníes, mientras que la Marina de Estados Unidos disparó más de 30 misiles Tomahawk para eliminar los emplazamientos nucleares restantes, la infraestructura de misiles y los objetivos de mando de alto valor.
Este devastador golpe de las fuerzas estadounidenses se produjo apenas nueve días después de que comenzara el audaz y atrevido ataque preventivo de Israel contra los emplazamientos nucleares y las plataformas de lanzamiento de misiles balísticos iraníes, eliminando a los cerebros de la campaña genocida de Irán contra Israel.
La "Operación León Naciente" de Israel, lanzada el 13 de junio de 2025, fue rápida, selectiva y logró sus objetivos con un mínimo de víctimas civiles.
Desde el ataque israelí, el régimen iraní, fiel a su costumbre, ha respondido con caos y terror, disparando más de 500 misiles balísticos contra civiles israelíes.
A pesar de las advertencias y los repetidos intentos de negociar un alto el fuego y un acuerdo con Irán, Trump dio la orden de atacar. No fue solo un mensaje de fuerza, fue un mensaje rotundo al terror: La era del apaciguamiento ha terminado.
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Y, sin embargo, incluso después de este golpe devastador, en lugar de responder con moderación o un cese de hostilidades, el régimen tiránico iraní redobló la apuesta - y desató esta mañana una andanada de misiles balísticos contra ciudades israelíes en un intento desesperado de infligir más víctimas civiles.
La respuesta del régimen iraní y las continuas violaciones de los derechos humanos revelan una verdad brutal: El odio de los Guardias Revolucionarios iraníes hacia Israel es mucho mayor que su amor por su propio pueblo.
Este es un estribillo familiar de los fanáticos del terror, aquellos que glorifican el martirio suicida por encima de la santidad de la vida, que buscan la destrucción en lugar del diálogo y que condenan a sus propias poblaciones a la pobreza y la persecución en pos de ambiciones genocidas.
Pero en medio de esta escalada se encuentra una oportunidad única y urgente: Una ventana para remodelar Oriente Medio.
Mientras el mundo se encuentra en una encrucijada, la Administración Trump debe aprovechar este momento para forjar un nuevo orden regional basado en la prosperidad, la responsabilidad y la paz.
A partir del 22 de junio de 2025, puede surgir un nuevo orden regional, uno construido no sobre fantasías, sino sobre hechos, alianzas y claridad moral.
Socios de paz existentes
Antes de embarcarse en nuevas aventuras, es vital que Estados Unidos y otros países estabilicen la región, reforzando los acuerdos de paz existentes entre Israel y sus vecinos inmediatos y con los signatarios de los Acuerdos de Abraham. Estados Unidos debe reforzar y recompensar el éxito de los anteriores esfuerzos de paz con las naciones que han optado por la coexistencia en lugar del conflicto:
- Egipto y Jordania, pioneros de la paz que mantienen desde hace tiempo relaciones con Israel;
- EAU, Bahrein, Sudán y Marruecos, que firmaron los Acuerdos de Abraham y abrieron un nuevo capítulo de normalización y prosperidad.
La política exterior estadounidense debería:
- Mantener la línea de los acuerdos existentes
- Crear mayores incentivos económicos y culturales para profundizar los lazos
- Promover los intercambios interpersonales a través del comercio, la educación y el turismo.
Redunda en interés de Estados Unidos -y de la región- ampliar estos acuerdos a nuevos países, garantizando que la paz no sea la excepción, sino la expectativa.
Arabia Saudí
En el centro del futuro de la región se encuentra Arabia Saudí debería apoyar y abrazar la audaz Visión 2030 del príncipe heredero Mohammed bin Salman, en particular su objetivo de convertir el reino en un puente regional que conecte África, Europa y Asia.
Como ha dicho MBS, "Queremos vivir una vida normal. Una vida en la que nuestra religión se traduzca en tolerancia... y coexistir con el mundo y contribuir al mundo".
Arabia Saudí está a punto de convertirse en un faro de liderazgo islámico positivo y con aspiraciones en todo el mundo. Pronto llegará el momento de que Estados Unidos defienda la normalización y la asociación saudí-israelí -en tecnología, defensa y comercio- y posicione a Arabia Saudí como impulsor clave de la reforma palestina y piedra angular del liderazgo regional.
Irán
El régimen iraní ha sido completamente desenmascarado y neutralizado. Su programa nuclear ha sido aniquilado, su infraestructura de misiles está en ruinas y su cúpula terrorista ha sido decapitada.
Ahora es el momento de empoderar al pueblo iraní para que reclame su nación a los mulás. La política estadounidense debería:
- Amplificar la disidencia interna y la resistencia civil;
- Aislar diplomáticamente al régimen mediante sanciones paralizantes;
- Vincular cualquier ayuda posterior al régimen a la reforma democrática y la reintegración regional.
El pueblo iraní merece libertad, prosperidad y paz, no una guerra interminable dirigida por clérigos corruptos y fanáticos.
Qatar
No más pases libres. No se puede seguir permitiendo que Qatar esté a caballo entre dos mundos. Se promociona a sí mismo como un actor moderno, abierto y global -organiza la Copa del Mundo, marca a la FIFA, financia universidades de élite y proyecta poder blando- mientras financia a Hamás, difunde el antisemitismo e incuba la ideología yihadista.
Estados Unidos y sus aliados deben trazar una línea firme:
- No más financiación del terrorismo;
- No más doble juego;
- No más propaganda antisemita enmascarada como "libertad de expresión".
Las naciones occidentales deben exigir una renuncia al yihadismo y al antisemitismo y el fin total de la financiación de las redes extremistas.
Hasta entonces, Qatar debe ser tratado como un Estado paria: vetado de los eventos culturales mundiales y despojado de su legitimidad como actor diplomático. El mundo debe rechazar el dinero manchado de petróleo y empapado de odio.
Autoridad Palestina y Gaza
Israel no tenía ni tiene ningún deseo de ocupar o gobernar Gaza. Nos retiramos en 2005. Pero el camino hacia la paz está bloqueado por Hamás y sus patrocinadores iraníes y qataríes.
La paz sólo llegará cuando
- Hamás sea desmantelado;
- Se devuelvan los 50 rehenes israelíes restantes;
- Se desmilitarice Gaza
- Se instale un nuevo liderazgo palestino;
- Y se revise el plan de estudios palestino para eliminar el antisemitismo virulento y sustituirlo por la historia árabe y la coexistencia pacífica.
Si puede surgir un nuevo liderazgo, Estados Unidos debería considerar la posibilidad de encabezar un "Plan Salman", una audaz iniciativa de reconstrucción liderada por Arabia Saudí y Egipto, siguiendo el modelo del Plan Marshall, para invertir en escuelas, hospitales, infraestructuras, sociedad civil, industria y gobernanza en Gaza.
Pero si el liderazgo palestino vuelve a fracasar, Estados Unidos debe apoyar la colocación de Gaza bajo un protectorado internacional temporal, dirigido por socios árabes visionarios comprometidos con la paz y el progreso.
El pueblo palestino merece líderes que elijan la esperanza frente al odio, y la soberanía frente al sabotaje.
Dos futuros. Una elección.
En un nuevo Oriente Próximo, hay mucho más en juego que petróleo, fronteras y misiles. El futuro gira en torno a dos órdenes mundiales en pugna:
- Uno basado en la libertad, la prosperidad, el respeto mutuo y la integración regional;
- El otro construido sobre el terror, el martirio, la tiranía religiosa y la guerra eterna.
El presidente Trump tiene ahora una oportunidad histórica para remodelar Oriente Próximo, no mediante negociaciones interminables o eslóganes vacíos, como ofrecen Emmanuel Macron en Francia y Keir Starmer en el Reino Unido, sino mediante la fuerza, la visión y la claridad moral.
La ventana está abierta. El mundo libre debe elegir. La paz es posible - pero solo si tenemos el coraje de exigírsela a nuestros líderes.