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Los demócratas necesitarán al menos otra derrota para reconocer su error y volver a la normalidad

En vez de hacer una evaluación tras la estruendosa derrota en las elecciones de noviembre, el partido ha decidido redoblar su apuesta, ahora incluso hablan de una "crisis constitucional".

La fiscal general de NY Letitia James junto al senador Chuck Schumer

La fiscal general de NY Letitia James junto al senador Chuck SchumerAnthony Behar/Sipa USA / Cordon Press

Una encuesta publicada esta semana por CBS muestra el gran apoyo que está teniendo el presidente Donald Trump tras sus tres primeras y muy movidas semanas. 70 % de los encuestados dicen que está cumpliendo sus promesas de campaña. 53 % dice que aprueba el trabajo del mandatario, esto significa que Trump tiene en este momento la popularidad más alta que haya tenido en su historia política. Mientras tanto, los demócratas en vez de recapacitar sobre sus posturas extremas, aumentan progresivamente el ataque al presidente y aseguran que estamos en una “crisis constitucional".

En medio de todo el escándalo que está teniendo lugar por las revelaciones sobre el despilfarro que el Gobierno y sus instituciones han llevado a cabo con el dinero de los contribuyentes, algunos líderes demócratas se atreven a gritar que Elon Musk se quiere quedar con el dinero de los americanos. La realidad es que, evidentemente, lo que ocurre es completamente lo contrario. Esta Administración, sobre todo Musk, se ha empeñado en revisar el gasto estatal y quiere lograr el recorte más amplio de la historia, con el objetivo de devolver a los americanos su dinero.

Pero ¿qué pasa con la élite demócrata? ¿Acaso no ven que la mayoría de las políticas de Trump están siendo muy populares? Lastimosamente los demócratas en vez de hacer una evaluación tras la estruendosa derrota de noviembre, han decidido redoblar su apuesta. Pudieran aprovechar este momento para presentar nuevas propuestas, que se alejen del extremismo de izquierda que llevó a Kamala Harris a hablar incluso de control de precios, y que aborden los problemas que una y otra vez quedaban registrados en las encuestas como los más preocupantes para los americanos. Contrario a eso, el relato ahora es que Trump efectivamente está acabando con la democracia y que estamos en una "crisis constitucional".

El asunto es incluso más preocupante cuando se tiene en cuenta que esto no se trata simplemente de que sean tercos o malos perdedores, el Partido Demócrata ha sido capturado por la izquierda más extrema. Tal vez el único senador demócrata que es capaz en este momento de aceptar públicamente los errores es John Fetterman, el resto parece atrapado en una deriva neurótica que cada día va a peor.

El liderazgo del Partido Demócrata está en un callejón sin salida. Las encuestas muestran que la mayoría de los americanos apoyan las políticas de Trump, que ellos tildan de extrema derecha, pero ellos han abrazado las ideas de la extrema izquierda y no parecen dispuestos a cambiar de opinión aunque sigan perdiendo votos y popularidad. 

La historia de los Estados Unidos ha mostrado en muchas ocasiones que los partidos pueden recuperarse de crisis difíciles, y seguramente los demócratas lo harán, lo que no está claro es cuánto tiempo les tomará recapacitar y volver a un rango de propuestas que estén dentro de la normalidad. Parece que todavía necesitarán otra derrota para recapacitar.

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