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93 días y sumando

 EL TIEMPO QUE LLEVA KAMALA HARRIS SIN COMPARECER EN UNA CONFERENCIA DE PRENSA

El argumento por la victoria total en un Oriente Medio patas arriba

El riesgo geopolítico de la guerra es elevado y binario: la libertad y el individualismo o el control estatal y el colectivismo esclavista. Israel se siente, con razón, libre de actuar.

Guerra en Israel: Soldadas del ejército israelí se abrazan mientras visitan un monumento en memoria de las víctimas asesinadas o secuestradas en el festival de música Supernova

Soldadas israelíes en un memorial del 7-OMenahem Kahana/AFP.

Hace un año, en forma de armados terroristas de Hamás, la muerte arribó en las alas de la mañana al festival de música Supernova, en el sur de Israel. Allí fueron asesinadas 364 personas, de las 1.200 que murieron aquel terrible 7 de Octubre.

En el acto conmemorativo celebrado en Londres el 6 de octubre de 2024, todos esos rostros, en su inmensa mayoría jóvenes, se proyectaron en una gran pantalla. De pie, bajo una fría llovizna inglesa, tardamos más de una hora en verlos a todos, mientras recordábamos que el destino de esas sonrisas había sido la más absoluta depravación. Violaciones, torturas y mutilaciones -tanto a vivos como a muertos-, estos crímenes fueron cometidos por aproximadamente 3.000 árabes de Gaza, la mayoría de los cuales, aunque no todos, eran terroristas de Hamás.

Más de 240 habitantes de Israel, entre ellos niños y un bebé, fueron secuestrados y escondidos en túneles de Gaza, donde permanecen los que aún no han muerto. Muchas de las atrocidades fueron grabadas por celulares, cámaras de coches y cámaras corporales de terroristas. Fueron tales las mutilaciones que ni un solo cadáver de niña o mujer estaba en condiciones de ser mostrado a su familia antes del entierro.

Hay un inolvidable mensaje de texto a mamá y papá de un joven que, usando el móvil de una israelí asesinada, se jacta del número de judíos que acaba de asesinar. El 7 de Octubre fue un pogromo, un acto de sed de sangre impulsado por una anhelo genocida, y la peor masacre diaria de judíos desde el Holocausto. Con un sombrío eco de cuando los judíos eran corderos camino al matadero, el Sábado Negro fue también el octogésimo aniversario de la revuelta del Sonderkommando de Auschwitz. Los esclavos judíos encargados de sacar los cadáveres de las cámaras de gas y quemarlos en los crematorios de Auschwitz-Birkenau intentaron, con explosivos que les pasaban de contrabando las prisioneras, hacer estallar la maquinaria genocida.

"Pocos días después de las atrocidades del 7-O, la brújula moral mundial había dado un giro de 180 grados".

La legendaria profesionalidad de los servicios de inteligencia de Israel sufrió su peor golpe desde la mala interpretación en 1973 de los movimientos de Egipto, al comienzo de la Guerra del Yom Kippur. En parte, el fallo se debió a una aparente predisposición de los oficiales a creer que entendían -e incluso se entendían con- Hamás y, por otra parte, a desestimar las advertencias de jóvenes soldadas-vigilantes (tatzpitanitot) de las fuerzas encargadas de vigilar la frontera con Gaza. Desde mayo y durante esa mañana fatal, las tatzpitanitot habían estado reportando lo que veían ante sus ojos: Hamás ensayaba un ataque transfronterizo. Pero no les hicieron caso. Quince fueron asesinadas en su centro de observación en el kibutz Nahal Oz, como recordaron sus retratos en la pantalla conmemorativa de Londres.

Ahora sabemos cuánta razón tenían las jóvenes observadoras. En enero de 2023, soldados de las FDI habían incautado un ordenador del centro de mando de Hamás en Jan Yunis después de que los líderes terroristas hubieran huido. Contenía actas de las reuniones de planificación del atentado. Estas no se hicieron públicas hasta el 13 de octubre de 2024. The New York Times ha verificado los documentos con fuentes de y relacionadas con Hamás, y las fuerzas israelíes también han confirmado el informe. Hamás, muestran estos documentos, tramó por primera vez el atentado en otoño de 2022 y que en julio de 2023 hizo denodados esfuerzos para implicar a Irán y Hezbolá en una acción coordinada. Aunque se mostraron partidarios, ambos dijeron que aún no estaban preparados, por lo que Hamás decidió actuar en solitario, después de haberse "hecho el muerto" durante dos años porque, según las actas, "hay que mantener al enemigo convencido de que Hamás quiere la calma." Aquello parece haber engañado a los servicios de inteligencia israelíes.

Israel pierde la narrativa global

Pocos días después de las atrocidades, la brújula moral internacional había girado 180 grados. Empezando significativamente en Londres, y mucho antes de que las FDI se hubieran preparado para entrar en la Franja, protestas callejeras en ciudades occidentales y periodistas de los principales medios de comunicación presentaban a Hamás como víctima y a Israel como el violento agresor, acusado desde el primer día de ser indiferente a las vidas de los civiles y de poseer intenciones genocidas. Esta acusación fue la mayor mentira del último año. Una fuente fidedigna informó de que los organizadores antiisraelíes solicitaron a la Policía Metropolitana de Londres permiso para celebrar manifestaciones callejeras el mismo día de las masacres y secuestros de Hamás que dieron inicio a la guerra.

Las marchas comenzaron el fin de semana siguiente. El mundo se había vuelto del revés. Incluso cuando Israel empezó a desmantelar a Hamás, y más tarde a Hezbolá, con operaciones militares de extraordinario ingenio, logrando un récord de preservación de civiles en zonas de combate -donde además los terroristas los usaban, activamente, como escudos humanos, incumpliendo todas las Convenciones de Ginebra-. Sin embargo, Israel perdió el control de la narrativa global.

Vivimos en un mundo patas arriba. El conocimiento objetivo ha sido sustituido por la "experiencia vivida". Si uno se encuentra entre los "perfecti" del culto moderno (el estatus más alto dentro de la herejía cátara del siglo XIII), su virtud inherente le confiere privilegios y exenciones especiales que no están disponibles para las personas menos perfectas. Por definición, no pueden hacer el mal. Se pierde cualquier respeto por la historia. Como en la antigua Unión Soviética, pero ya no en forma de broma: el futuro es seguro, sólo el pasado siempre cambia.

El anacronismo -mezclar irresponsablemente personas, acontecimientos, objetos, conceptos y costumbres de diferentes épocas, que es la esencia de la visión woke del mundo- está de moda, la proyección obligatoria de valores modernos sobre el pasado es popular entre los santurrones del nuevo credo. El sentido común se hace trizas y se vuelve inútil, sobre todo en los afilados arrecifes de las ideologías "críticas" e "interseccionales". De formas nuevas e inoportunas, esta transformación dificulta la claridad en cuestiones controvertidas. Esclarecer es, a pesar de todo, mi propósito actual. Y hacerlo con uno de los asuntos más polémicos, donde las opiniones están más allá de la reconciliación: el tema de Israel frente a sus enemigos regionales y mundiales. Por ende, el razonamiento moral claro y los hechos demostrables son nuestro único recurso. Tenemos un año entero de pruebas a nuestro servicio.

"El Ejército más moral del mundo"

"La guerra es crueldad y no se puede refinar", observó el general William Tecumseh Sherman, intelectual militar de la Guerra Civil estadounidense. En las guerras, inevitablemente morirán civiles: inocentes civiles, mujeres, niños. El plan operativo de cualquier misión de cualquier ejército occidental moderno contiene un cálculo de riesgo/beneficio que sustenta la decisión del mando sobre qué nivel de daños colaterales es aceptable. Cuanto mayor sea la importancia del éxito de la misión, mayor será el nivel de colaterales que se aceptará como proporcionado. Como cualquier fuerza militar civilizada que valora la vida, las FDI hacen tales evaluaciones del "mal menor" y, desde el pogromo del 7 de Octubre, en su guerra de autodefensa, no sólo las palabras de Israel sino también sus operaciones tácticas muestran que la minimización de la pérdida de vidas ha sido una de sus preocupaciones primordiales.

Esta intención se ha visto en el uso que sus tropas hacen de su magnífica inteligencia de campo. En un grado sin parangón, las FDI advierten rutinariamente a los civiles para que abandonen las zonas objetivo antes de los ataques. Esto se hace a través de mensajes de texto, llamadas telefónicas, miles de octavillas y mediante un "toque en el tejado" -un asalto aéreo de "dos toques" en el que el primer impacto consiste en el lanzamiento de una bomba inofensiva sobre el tejado de un edificio para advertir a los ocupantes de que huyan de un ataque inminente, seguido poco después por el ataque propiamente dicho-.

Es demostrableque ningún otro ejército moderno ha llegado nunca a los extremos de las FDI para tratar de preservar a los civiles en una guerra urbana; como consecuencia de ese hecho, no existen pruebas -no puede haber pruebas- de intención genocida.

Por el contrario, los grupos terroristas peones de Irán Hamás ("El Movimiento de Resistencia Islámica") y Hezbolá ("El Partido de Dios"), a pesar de ser suníes y chiíes respectivamente, tienen en común creencias político-religiosas básicas, así como el objetivo de erradicar a Israel del mapa y, en el caso de la carta original de Hamás, asesinar a todos los judíos. Estas creencias se derivan de la celebración de la muerte y el martirio común a la Hermandad Musulmana cuyo texto político-religioso central son los Signposts de Sayyid Qutb, y a una interpretación fundamentalista salafista del Islam. El motto de los Hermanos Musulmanes es:

"Alá es nuestro objetivo; el Profeta es nuestro líder; el Corán es nuestra ley; la Yihad es nuestro camino; morir en el camino de Alá es nuestra mayor esperanza".

Cuando dicen "vosotros amáis la vida, nosotros amamos la muerte", Ayaan Hirsi Ali nos aconseja que entendamos que lo dicen en serio, por ellos mismos y por todos los demás.

"La amenaza no es sólo para los judíos, sino para el orden mundial y Occidente".

El haz ideológico hace que estos movimientos no tengan rival en cuanto al grado, como cuestión de elección expresada materialmente en sus disposiciones de combate, de uso de ataques suicidas e infraestructura militar (hechos sobre el terreno), y estén dispuestos a sacrificar la vida de sus propios civiles convirtiéndolos en escudos humanos. En consecuencia, los grupos proxy de Irán ocultan sus túneles de ataque, puestos de mando y depósitos de armas en Gaza y Líbano bajo edificios residenciales, escuelas, hospitales y mezquitas, en una burla expresa de las Convenciones de Ginebra sobre la conducción de la guerra (en particular la IV Convención de Ginebra y el Protocolo Adicional 1 de 1977).

Los complejos de túneles que, en el caso de Gaza, superan la longitud del metro de Londres, no se construyeron para proteger a los civiles en tiempo de conflicto, sino sólo para proteger a los terroristas de Hamás, como dijo Moussa Abu Marzouk, un alto cargo de la oficina política de Hamás, que admite:

"Construimos los túneles porque no tenemos otra forma de protegernos de morir en los ataques aéreos. Luchamos desde el interior de los túneles...".

No por elección, estas son las circunstancias en las que las FDI se han visto obligadas a luchar.

Es particularmente indecoroso, por lo tanto, tratar como lo hacen los enemigos de Israel rutinariamente, de empañar las acciones de las FDI con cargos de genocidio o crímenes de guerra, como el teatro macabro del caso de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU el 29 de diciembre de 2023. Tanto más cuanto que, desde el 7 de Octubre de 2023, las acciones de las FDI sobre el terreno en Gaza, Cisjordania y Líbano muestran el mejor historial de todas las fuerzas armadas modernas en cuanto a disparos discriminatorios, incluso en combate contra terroristas que utilizan deliberadamente a civiles como escudos humanos.

Aunque dificultado por los problemas con los datos de Hamás, la media de la "proporción de muertos" (KR: número de civiles muertos por terrorista) que las FDI han alcanzado puede calcularse de forma conservadora entre 1,1:1 y 1,68:1. (Detalles sobre los cálculos de la proporción de muertos por terrorista). (Al final de este artículo se ofrecen detalles sobre los cálculos en los que se basan estos ratios KR). Basándose en estos datos, el ex comandante de infantería del ejército británico, el coronel Richard Kemp, CBE, ha denominado a las FDI "El ejército más moral del mundo".

Mientras que el historial de las FDI en Gaza ha sido, por un gran margen, mejor que el de cualquier otro ejército moderno, la fase inicial de la eliminación de Hezbolá en Líbano ha ahorrado aún más  vidas civiles, lo que se refleja en menores daños colaterales a medida que la operación aire/tierra de las FDI destruye metódicamente el enorme arsenal de cohetes y misiles que Irán ha suministrado.

Los ataques de las FDI contra los dirigentes y cuadros de Hezbolá, del 17 al 28 de septiembre, pueden considerarse como la fase inicial de una campaña que ahora se denomina "Operación Flechas del Norte".

La fase inicial culminó el 27 de septiembre con la destrucción del cuartel general subterráneo de Hezbolá en el distrito de Dahieh de Beirut. Como en el caso de Hamás en Gaza, el cuartel general de Hezbolá había sido protegido -en total contravención de las Convenciones de Ginebra- por los edificios civiles situados encima. Fue destruido por más de 80 bombas, incluidas municiones especializadas de penetración terrestre.

Operaciones estratégicas de Israel

Como parte de la guerra psicológica y de información continua, la Fuerza Aérea de Israel (FAI) difundió a la prensa detalles considerables sobre cómo, con la Dirección de Inteligencia Militar, se engranaron las dimensiones política, militar y operativa de esta misión, muy especialmente la finta de engaño del viaje del primer ministro Benjamin Netanyahu a la ONU en Nueva York, que mantuvo la "estabilidad del objetivo", una forma abreviada de garantizar que el "objetivo principal", Hassan Sayyed Nasrallah, ex secretario general de Hezbolá, no se moviera del punto de mira mientras los aviones estaban en el aire y se lanzaba la artillería.

El momento final del ataque se coordinó con el discurso de Netanyahu en la Asamblea General de la ONU, posiblemente lo último que vio el "objetivo principal". Nasrallah fue asesinado, junto con muchos de sus subordinados, durante una reunión de dirigentes conocida como el Consejo de la Yihad. También murió el general Abbas Nilforoushan, jefe adjunto de operaciones del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. Existen informes de que había sido enviado expresamente por el Líder Supremo iraní Ayatolá Ali Jamenei para instar a Nasralá a huir de Líbano.

La eliminación de Nasralá, planeada desde hacía mucho tiempo, fue la etapa final de la eliminación metódica de casi todos sus principales comandantes de sector y especialistas, que había comenzado con la eliminación de su número dos, Fuad Shukr, el 30 de julio. Hubo daños colaterales pero, sin duda, por el alto valor del objetivo principal, las evaluaciones de riesgo de la misión lo habrían considerado justificado.

Los ataques selectivos contra los altos mandos de Hezbolá fueron acompañados de ataques de precisión sobre lanzaderas de misiles y depósitos de armas de Hezbolá. Desde 2006, con ataques generales iraníes y, algunos informes sugieren, el apoyo de la construcción norcoreana, Hezbolá construyó búnkeres y túneles subterráneos ramificados para proteger a sus terroristas, misiles y drones, y para desplazarlos. Se trata de objetivos difíciles: a diferencia del "Metro de Gaza" de Hamás, estos túneles se encuentran en terrenos más duros, incluso rocosos. Sin embargo, sin que se haya informado de víctimas colaterales, más de 1.300 objetivos fueron alcanzados durante los días 23 y 24 de septiembre, superando la escala del ataque preventivo de 100 aviones del 25 de agosto contra las bases de lanzamiento de misiles de Hezbolá. En retrospectiva, puede deducirse que, junto con la eliminación de Shukr, estos fueron los primeros movimientos del plan de campaña para eliminar a Hezbolá.

Los ataques antimisiles y contra infraestructuras, que continúan, son preventivos. Neutralizar la amenaza disuasoria de Hezbolá deja expuestos tanto a Irán como a lo que queda de Hamás. Se trata de una condición previa necesaria para lo que venga después. Esta primera fase también ha sido sumamente psicológica, ya que ha servido para destripar la jerarquía de mando de Hezbolá. En ambas misiones -destrucción selectiva de la cadena de mando y de la infraestructura armamentística (lanzaderas y misiles)- la FAI está llevando a cabo sus misiones más arduas hasta la fecha, que están llevando el uso táctico del poder aéreo a nuevos niveles de precisión desconocidos. La prensa militar informa de que Israel dispone de cartografía LiDar (cartografía láser tridimensional) de todas las características militarmente significativas del Líbano. Los ciberguerreros de las FDI han pirateado todos los sistemas enemigos importantes, incluida la torre de control del aeropuerto de Beirut, a través de la cual un avión del IRGC con reabastecimiento para Hezbolá fue advertido por la IAF de que diera media vuelta o sería destruido.

El primer ataque de las Flechas del Norte los días 17 y 18 de septiembre fue una operación de doble toque a través de las comunicaciones militares. Un ataque de doble toque significa poner dos balas en el objetivo para asegurar la muerte. El primer toque del martes por la tarde fue con miles de localizadores explosivos, llevados exclusivamente por operativos clave de Hezbolá. Por definición, estas personas no eran civiles, sino combatientes -y terroristas proscritos para colmo- o no se les habría dado un localizador.

Los dirigentes de Hezbolá desconfiaban del uso de teléfonos inteligentes. Nasralá había advertido en términos gráficos que los israelíes estaban al acecho en esos teléfonos (como probablemente era el caso). "El teléfono que tienes en tus manos, en las de tu mujer y en las de tus hijos es el agente... Entiérralo. Mételo en una caja de hierro y ciérralo", dijo Nasrallah a sus partidarios en febrero. Por ello, en 2022 se encargó tecnología de buscapersonas de generación anterior. En algún punto de la cadena de suministro, los localizadores se convirtieron en minibombas personales. En consecuencia, al autoseleccionar a sus propios cuadros como objetivos, los terroristas enemigos de Israel contribuyeron a reducir los daños colaterales a civiles.

Una operación como la de sabotear buscapersonas fue algo que nunca antes se había intentado con una seguridad operativa tan completa y unos objetivos tan ingeniosamente discriminados. Ya ha sido elogiada como una de las penetraciones más exitosas de una agencia de espionaje en la historia de la inteligencia.

El ataque se llevó a cabo en dos partes. En primer lugar, a las 15.30 hora local se activaron localizadores programados para explotar cuando el usuario pulsara dos botones simultáneamente para leer un mensaje codificado. La intención era herir las manos y la cara para incapacitar al usuario para luchar. Menos de un minuto después se detonaron a distancia otros miles de localizadores. Estos causaron otro tipo de lesiones, especialmente en la ingle y el abdomen. (Los buscapersonas suelen llevarse en el bolsillo del pantalón o en el cinturón).

"La escalada será, irónicamente, el camino más humano -que salva vidas- hacia la paz a través de la victoria".

Al día siguiente se llevó a cabo el segundo toque. Esta vez fue a través de walkie-talkies explosivos, también previamente armados (y pinchados para permitir que se oyeran las conversaciones) desde 2015, lo que revela lo cuidadosamente que se había planeado esa fase de la operación.

Después de esto, el miedo a que cualquier forma de comunicador electrónico pudiera ser mortal y a que otros dispositivos eléctricos también pudieran ser convertidos en armas -lo fueran o no- debió de ser generalizado. Privados de medios electrónicos de comunicación, los líderes de Hezbolá se vieron obligados a reunirse en persona, objetivos fijos en el tiempo y en el espacio. Los días 17 y 18 de septiembre, el enemigo se identificó a sí mismo, la cadena de mando se rompió simultáneamente a muchos niveles y entre los heridos se produjeron algunos con un mensaje subliminal: se trata del mejor ejemplo de cómo utilizar el miedo para "fijar" a un enemigo de la forma que más vidas se ahorre, cumpliendo los criterios del ius in bello ("medios justos") de la teoría de la Guerra Justa.

Aunque Israel no ha asumido formalmente la responsabilidad del ataque con buscapersonas, pero asumiendo, como hacen la mayoría de los observadores, que estas dos escuchas fueron fases de un plan de operaciones israelí unificado, el modo cambió de pequeña a mayor escala, para identificar con precisión a individuos y pequeñas reuniones; Pero primero, aparentemente como un acto de guerra psicológica ("psyops"), aviones de la IAF lanzaron bengalas y ejecutaron estampidos sónicos sobre Beirut durante el discurso público de Nasrallah sobre los ataques con buscapersonas (que resultó ser su último discurso transmitido) quizás para reforzar la narrativa del control israelí sobre los medios y el calendario.

Luego, el 20 de septiembre, en un certero ataque con cazabombarderos contra un edificio del bastión chií "Central de Hezbolá" en el distrito de Dahieh, al sur de Beirut, Ibrahim AqilIbrahim Aqil, junto con uno de sus subordinados de mayor rango, Ahmed Wahbi, y gran parte de la cúpula de mando de la Fuerza Radwan -un informe habla de veinte, otro de dieciséis- fue asesinado mientras se encontraba allí reunido en una habitación. La elección del objetivo se hizo claramente a sabiendas de su importancia "psicológica" adicional para desconcertar al resto de los altos mandos de Hezbolá.

Aqil, menos conocido que otras figuras, fue en muchos sentidos una pérdida crucial para el alto mando de Nasralá. Miembro del Consejo de la Yihad y veterano comandante de operaciones terroristas, en 2019 Estados Unidos lo había designado terrorista global y había puesto una recompensa de 7 millones de dólares por su participación en el atentado con camión bomba contra la embajada estadounidense en Beirut el 18 de abril de 1983. Entre las 63 personas asesinadas había ocho oficiales de la CIA, lo que supuso la mayor pérdida de vidas en la historia de la agencia. Seis meses más tarde, 241 marines estadounidenses fueron asesinados por un segundo atentado suicida contra el cuartel de la Infantería de Marina en Beirut, seguido casi instantáneamente por otra bomba que asesinó a 58 paracaidistas franceses y seis civiles libaneses. Los servicios de inteligencia estadounidenses señalaron a Aqil como responsable de ambos atentados.

De importancia similar a la eliminación del comandante de la Fuerza Radwan fue la decisión de decapitar al resto de la propia unidad. Radwan es (o era) la unidad de operaciones especiales de Hezbolá y, según se informa, se encontraba en medio de la planificación de secuestros de civiles y masacres en el norte de Israel similares, pero a mayor escala, que la invasión del sur de Israel por Hamás el 7 de Octubre. El mensaje de ambas acciones a través del "anillo de fuego" de Irán para rodear Israel no debe haber pasado desapercibido para nadie entre los enemigos de Israel. El ataque fue tan preciso que, si bien el piso inferior ocupado por los terroristas fue vaporizado, el edificio situado encima no se derrumbó inmediatamente.

Aqil, que había sido ascendido para asumir las funciones de Fuad Shukr, eliminado en el anterior ataque selectivo de la IAF en julio, había durado apenas siete semanas en su nuevo cargo. Shukr había sido el comandante militar de más alto rango de Nasralá, cuyas atribuciones abarcaban tanto las operaciones especiales como las fuerzas de misiles.

Las eliminaciones selectivas de la cadena de mando por parte de la IAF se reanudaron el 23 de septiembre con un intento de matar a Ali Karaki, el tercero al mando de Hezbolá y, en ese momento, el último miembro vivo que quedaba del triunvirato de principales asesores militares del jefe de Hezbolá, Nasralá. La IAF ha revelado ahora que, debido a la insuficiente munición comprometida, Karaki escapó aquel día; pero sólo sobrevivió otros cuatro días. Murió junto con Nasralá el 27 de septiembre. El uso de más de 80 bombas demostró que el error del 23 de septiembre no se repitió.

En la tarde del 24 de septiembre, le tocó el turno al jefe de la fuerza de cohetes de Hezbolá, Ibrahim Muhammad Qabisi, cuya muerte se confirmó junto con la de varios de sus comandantes subordinados. A su desaparición siguió, el 26 de septiembre, la del comandante de la fuerza de drones de Hezbolá, Mohammed Srur, en un tipo de ataque similar y en un lugar cercano al que había sido eliminado Aqil. Su eliminación inutilizó aún más las estructuras de mando aéreo y de misiles de Hezbolá, ya dañadas por la eliminación de Shukr. Al día siguiente Nasrallah fue asesinado. El comandante del distrito sur, Nabil Kaouk, posible sucesor de Nasrallah, murió en otro ataque el 28 de septiembre. La campaña continúa.

La necesidad de una victoria total

El mensaje tanto a Hezbolá como a los ayatolás iraníes es bastante claro. La penetración de la inteligencia israelí en sus enemigos es de tal calidad y alcance que los dirigentes de Teherán, así como sus apoderados, deben asumir que su vulnerabilidad personal a la eliminación es ilimitada y que las FDI van a matar y seguir matando a los dirigentes de Hezbolá tan rápido como puedan ser reemplazados.

La explosión de una cama en la casa de huéspedes de Teherán, que mató al jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniyah, el 31 de julio, hizo ver a los dirigentes iraníes en su propio suelo, con su huésped, en una instalación segura, que Israel debe tener agentes entre ellos. Haniyeh fue asesinado el día de la toma de posesión del iraní Masoud Pezeshkian. De hecho, posteriormente el ex presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, afirmó el 30 de septiembre en una entrevista que hasta 2021, el jefe de la unidad de contrainteligencia iraní encargada de descubrir a los agentes del Mossad era él mismo un activo del Mossad. Hay informes de que el Líder Supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, se precipitó a esconderse, como era de esperar, tras el asesinato de Nasrallah.

A medida que las acciones de Israel despliegan su estrategia, otra de las verdades paradójicas de la guerra puede estar demostrándose ante nuestros ojos. La más famosa fue expresada por Sun Tzu en la máxima de que la excelencia suprema consiste en romper la resistencia del enemigo sin luchar: en derrotar al enemigo mediante un miedo tan cuidadosamente elaborado y envolvente que puede conducir a una inacción literalmente petrificada. Hoy en día esto se describe a menudo como "guerra gris". Abarca la guerra de la información, la guerra electrónica y formas asimétricas de ataque como las "dobles escuchas", diseñadas para convertir en armas la inteligencia de campo y las operaciones psicológicas. También puede abarcar otras formas de guerra, como la económica, pero se trata de un instrumento romo comparado con el estilete de los ataques con buscapersonas y walkie-talkie.

Además, ante la naturaleza de Irán y sus apoderados, que han invertido en vastos sistemas de túneles subterráneos que, por su naturaleza, pueden ser costosos y engorrosos de destruir físicamente, el medio más rentable de autodefensa es decapitar repetidamente sus organizaciones. En otras palabras, la escalada será, irónicamente, el camino más humano -que salvará vidas- hacia la paz a través de la victoria.

Hay otra razón por la que el modo israelí de hacer la guerra ha evolucionado hasta su forma actual. Las palabras de la primer ministro israelí Golda Meir en 1973 siguen vigentes:

"Dicen que debemos estar muertos. Y nosotros decimos que queremos estar vivos. Entre la vida y la muerte, no conozco ningún compromiso".

Nasralá había observado en una ocasión que era conveniente que tantos judíos vivieran en Israel porque así se reduciría el esfuerzo de exterminarlos en todo el mundo. Explícitamente, y en descendencia directa, el antisemitismo nazi perdura a través de un linaje ideológico que va desde Hassan al-Banna y Sayyid Qutb, fundadores de los Hermanos Musulmanes, hasta el Gran Muftí de Jerusalén, Hajj Amin al Husseini, partidario de los nazis durante la guerra, y de ahí a través de la implicación del propio Muftí en el rechazo de una oferta de dos Estados en 1948, para enmarcar la causa palestina (su secretario escribió la carta de la Organización para la Liberación de Palestina). Estos hechos históricos no se discuten.

Cuando el enemigo de uno no tiene otro objetivo bélico que el genocidio, y lo ha dicho sistemáticamente durante 90 años, lo más probable es que la probabilidad de una vía diplomática hacia la paz sea nula. Después de seis rechazos de tierras ofrecidas para la paz desde 1922, ahora no hay ninguna perspectiva de diplomacia, de este lado, que la victoria total de Israel, y la derrota total de los terroristas. "Asaltado por la realidad" se observa ahora, en los cambios significativos en el equilibrio de la opinión israelí desde el 7 de Octubre, y en la comprensión de que, independientemente de lo que la gente pueda pensar de él, Netanyahu es el líder de guerra indispensable para los tiempos actuales. El historiador Andrew Roberts le ha llamado "El Churchill de Oriente Medio".

En general, la clase administrativa occidental -cuya visión del mundo se enmarca en la suposición de que con suficientes reuniones en lugares cordiales ("diplomacia") se pueden alcanzar acuerdos que zanjen las diferencias- sigue sin alcanzar un nivel suficiente de apreciación geopolítica e histórica comparada. Esta débil comprensión intelectual sólo contribuye significativamente al riesgo de una tercera guerra mundial.

"Fue un grave error estratégico del ayatolá haber renovado los ataques directos contra Israel, porque este acto de guerra da a Israel pleno derecho a tomar las represalias que considere oportunas."

Hay que subrayar la necesidad de una estrategia de victoria total. Durante décadas, Irán y sus apoderados han intentado, como dijo el ex presidente iraní Mahmud Ahmadineyad borrar a Israel del mapa. Los enemigos de Israel siguen intentándolo. Ghazi Hamad, alto cargo de Hamás, advirtió hace un año que Hamás repetiría el ataque del 7 de Octubre, una y otra vez, hasta aniquilar a Israel.

La situación de Israel es más precaria que en cualquier otro momento desde su victoria en la guerra del Yom Kippur de 1973, a pesar de todos los extraordinarios logros militares del año pasado, porque Israel puede haber fracasado, hasta la fecha, en convencer a eje chií de que la existencia de Israel está fuera de toda duda. La disuasión que fue incuestionable durante 50 años después de 1973 es ahora discutible.

Basta con volver la vista al sermón -el primero en cinco años- que pronunció Jamenei, fusil en ristre, en la Gran Mezquita del Imán Jomeini, en pleno centro de Teherán, el 4 de octubre de 2024, para comprenderlo. Se produjo cuatro días después de que Irán lanzara 180 misiles balísticos contra Israel. La mayoría de ellos fueron interceptados por las defensas aéreas de Israel y algunos por buques de la marina estadounidense. El USS Cole, que fue atacado con éxito en el puerto yemení de Adén el 12 de octubre de 2000 por operativos de Al Qaeda, estaba en la línea de fuego. La Marina estadounidense bromeó diciendo que se trataba de la venganza del buque. Varios de los misiles iraníes impactaron directamente en Israel, incluidos algunos en la base aérea de Nevatim de la IAF en el desierto del Negev. Ningún país dejaría sin respuesta un ataque semejante, ni intactos los medios para repetirlo.

El sermón de Jamenei fue explícito. Según él, la invasión de Hamás y las masacres del 7 de Octubre de 2023 fueron "lógicas y legales". Irán, declaró, no daría marcha atrás e "Israel ahora no durará mucho".

Sin embargo, seguramente fue un grave error estratégico del ayatolá haber renovado los ataques directos contra Israel, porque este acto de guerra da a Israel el pleno derecho a tomar represalias como considere oportuno. Ese es el derecho inherente de cualquier Estado soberano. Está inscrito en el artículo 51 de la Carta de la ONU. Un ataque de este tipo representa una reafirmación de la negativa de Irán a aceptar el derecho de Israel a existir en absoluto, junto con una clara intención genocida. Esto significa que Israel tiene licencia para defenderse por todos los medios necesarios.

Unas semanas cruciales

Con la alta probabilidad de que, si se permitiera a Irán adquirir armas nucleares, las utilizaría contra Israel, evitar la Tercera Guerra Mundial depende ahora de que Israel elimine esa amenaza. Una vez más, el presidente Joe Biden no debe ser obedecido. Productos de la mentalidad occidental, como se ha mencionado, fue la desastrosa ingenuidad del presidente Barack Obama y de Biden al tratar de negociar sobre el programa nuclear de Irán (el Plan de Acción Integral Conjunto de 2015) -  ilegítimamente, y sin mandato, para colmo- que permitió al régimen de Irán tomar a EE.UU. por tonto y, al hacerlo, adquirir un flujo de divisas vital -y tiempo- que permitió a la teocracia iraní reanudar y acelerar su camino hacia las armas nucleares.

Entramos ahora en unas semanas cruciales en la historia mundial, entre el aniversario del 7 de Octubre y las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre, durante las cuales, tras haber roto el "anillo de fuego" de Irán, Israel tiene libertad de acción efectiva. Insólitamente, estas elecciones serán realmente las más trascendentales en términos de política exterior desde que la campaña de reelección de Jimmy Carter se viera frustrada por el fracaso de la Operación Garra de Águila, el intento del 24 de abril de 1980 de rescatar a 53 miembros del personal de la embajada estadounidense retenidos como rehenes en Teherán por la recién instaurada teocracia del ayatolá Ruholá Jomeini, que había regresado del exilio el año anterior y había tomado el poder tras el derrocamiento del Sha.

Si Donald Trump gana y para entonces el régimen de Irán no ha sido ya derrocado, pronto lo será, y se reanudará el camino hacia los Acuerdos de Abraham. El yerno y principal asesor de Trump, Jared Kushner, expuso su pensamiento al respecto en términos claros en un post en X, el 29 de septiembre:

"El 27 de septiembre es el día más importante en Oriente Medio desde la ruptura de los Acuerdos de Abraham.... esto es significativo porque Irán está ahora totalmente expuesto. La razón por la que sus instalaciones nucleares no han sido destruidas, a pesar de sus débiles sistemas de defensa antiaérea, es porque Hezbolá ha sido un arma cargada apuntando a Israel. Irán pasó los últimos cuarenta años construyendo esta capacidad como su elemento de disuasión... sus tontos esfuerzos por asesinar al presidente Trump y hackear su campaña apestan a desesperación y están endureciendo una gran coalición en su contra.... Irán se tambalea... inseguro e inseguro de cuán profundamente ha sido penetrada su propia inteligencia. No aprovechar al máximo esta oportunidad para neutralizar la amenaza es irresponsable."

La última frase es el remate.

El ex consejero de Seguridad Nacional de EEUU John Bolton llega a la misma conclusión geoestratégica. Culpa del fracaso en neutralizar a los Houthis de Yemen a los militares estadounidenses y británicos y a la incompetencia política, e igualmente del fracaso estadounidense en neutralizar a las milicias chiíes en Irak y Siria. Es inequívoco en que el epicentro está en los ayatolás de Teherán:

"Detrás de las tropas de asalto terroristas se encuentra el programa de armas nucleares de Irán. Este es el anillo de fuego dirigido ahora contra Israel, pero fácilmente convertible en un anillo de fuego alrededor de las monarquías productoras de petróleo de la Península Arábiga. Comprenden que su evaluación estratégica es esencialmente idéntica a la de Israel..."

"El próximo movimiento de Israel es en nombre de todos los que en el mundo rechazan el terrorismo de Irán, o de cualquier otra fuente..... Sólo podemos desear lo mejor a Jerusalén, esperando que anime al pueblo de Irán a tomar su destino en sus manos.... Haga lo que haga Israel ahora, el único resultado duradero para Irán es el derrocamiento de la revolución islámica de 1979".

Sin embargo, si nos encontramos efectivamente con un cuarto mandato de Obama, cuando su gente dote de personal a una administración Harris como hicieron con la de Biden, el mundo será un lugar mucho menos seguro. Aunque la vicepresidente Kamala Harris ha pronunciado cálidas pero vagas palabras de compromiso con Israel, las palabras vagas no manchan las chirivías. La gente de Obama ha demostrado que está firmemente encerrada en una burbuja de prejuicios rodeada de relativismo moral y parece creer que el propósito de la guerra es llegar a una negociación y hacer un trato en lugar de lograr la rendición incondicional de un enemigo cuya maldad era manifiesta como lo fue para una generación más lúcida en mayo de 1945. Recordemos que, en el veneno de su antisemitismo, los enemigos de Israel, Hamás, Hezbolá, los Houthis y la Yihad Islámica, son, en el mundo actual, los sucesores más explícitos y directos de los nazis.

La amenaza no es sólo para los judíos, sino para el orden mundial y Occidente. Las apuestas geopolíticas son altas y básicas: entre la libertad y el individualismo, y el control estatal y el colectivismo esclavista. Debido a la amenaza mortal tanto para el Estado de Israel como para la civilización occidental, Israel se siente legitimado. Esta pequeña nación tiene tanto el mandato moral como el derecho legal internacional consuetudinario (que es muy anterior al experimento de los papeles redactados por la ONU) para estarlo. Al igual que la de Ucrania, la victoria de Israel es importante para todo el mundo libre.

En la actualidad, el mundo se divide desigualmente entre los que entienden esto y la mayoría que no lo entiende, o que simplemente no quiere admitirlo.

Apéndice sobre el cálculo de la proporción de muertos en Gaza en 2023-4

1,1:1 se calculó por primera vez en los datos de febrero de 2024, cuando Hamás había reclamado 30.000 víctimas mortales entre mujeres y niños y las FDI informaron de 13.000 terroristas eliminados. Esto da un KR de 2,3:1. Pero, según el análisis estadístico realizado por Abraham Wyner, profesor de Estadística y Ciencia de Datos de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, hay buenas razones para no creer las cifras de Hamás y cuando se aplican las correcciones, el FDI KR ratio es mejor que 1.1:1.

Para septiembre de 2024, se presentaron nuevas cifras, por lo que es necesario aplicar un conjunto similar de ajustes. En primer lugar, se toman las propias cifras de civiles muertos de la Autoridad Sanitaria de Hamás (41.500). Hamás no da cifras de sus propias bajas en combate. Esta cifra de "todos los civiles" tiene que ajustarse de tres maneras: por las muertes por causas naturales (500 al mes = 6.000), ajustada además por los disparos fallidos de cohetes de Hamás que caen y matan a gazatíes (aproximadamente 1/3 de todos los disparos) y, en tercer lugar, por un número desconocido pero real de muertes de gazatíes por ejecución por parte de Hamás. Esto arroja una cifra probable de muertes por efecto de la guerra a lo largo del año en torno a las 30.000-35.000 personas. La cifra acumulada más reciente obtenida verbalmente de la oficina de información militar de las FDI a finales de septiembre de 2024 era de 19.000. Tomando una cifra inclinada hacia el punto medio (32.000) eso da un KR de 1,68:1. Estos ratios son comparables a los de las Fuerzas de Coalición en Irak y Afganistán tras el 11-S, que alcanzaron ratios de bajas de alrededor de 3:1. La cifra de la ONU para todas las guerras desde 1945 es de 9:1. Esto no puede ser una ciencia exacta pero, según se detalla, podemos llegar a un rango defendible que tiende de forma realista hacia 1,1:1.

© Gatestone Institute

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