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Los demócratas ya no quieren ser vistos con el presidente Biden

Congresistas y senadores ya no invitan al mandatario a sus actos de campaña, tampoco quieren ir a los medios a defenderlo, están intentando que sus carreras no se vean afectadas por el desastre desatado tras el debate presidencial.

El presidente Joe Biden el 4 de julio en el jardín sur de la Casa Blanca en Washington, DC. Foto de Mandel Ngan / AFP

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¿Dónde están los demócratas? Esta es la pregunta que se hacen muchos por estos días, y es que aunque se multiplican los reportajes sobre la supuesta presión dentro del Partido Demócrata para que el presidente Biden se retire de la carrera presidencial, hasta el momento solo tres congresistas han pedido abiertamente al presidente que se haga a un lado, el resto de representantes y senadores parece estar evitando cualquier intercambio con los medios e incluso con el presidente Biden.

Según un reportaje de Reuters, 25 representantes demócratas se estarían preparando para enviar una carta al presidente, pidiéndole que se retire de la carrera presidencial dado su dudoso estado de salud mental. Mientras tanto, el Washington Post ha publicado un artículo asegurando que el senador Mark Warner está intentando reunir un grupo de senadores para pedir a Biden su retiro. Diversos medios han asegurado que hay pánico en el partido y que la presión es cada vez mayor.

Según diferentes reportajes, son Jill Biden y Hunter Biden los principales miembros de la familia que están manteniendo al presidente Biden en la carrera. De otro lado, un reportaje de Político aseguró que tanto Jill, como otros miembros de la familia, han culpado a algunos de los asesores top del presidente por el mal desempeño en el debate, asegurando que debieron prepararlo para estar en una posición de ataque y no solo para defender sus cuatro años en la Casa Blanca.

También ha salido a la luz que Hunter Biden, quien ha sido investigado por diversos comités de la Cámara de Representantes por presuntamente estar involucrado un esquema de corrupción, no quiere que el presidente se retire e incluso ha estado participando en algunas reuniones oficiales de su padre, lo cual habría causado asombro entre varios de los asesores de la Casa Blanca. Mientras tanto, a Jill Biden también la hemos visto tomar un papel protagónico de cara al público y en la campaña de su esposo. La vimos ayudándolo a bajar las escaleras el día del desastroso debate presidencial; es ella quien últimamente está abriendo los rallies del presidente, y el fin de semana fue la portada de la revista Vogue.

Pero mientras que la familia presidencial toma un papel cada vez más relevante y según algunos medios son quienes no dejan que el presidente se haga a un lado, los legisladores demócratas parecen escondidos. Es como si solo la familia y los empleados más cercanos del presidente quisieran dar la cara. Este viernes el presidente ha realizado un rally en Madison, Wisconsin, y la senadora Tammy Baldwin decidió no asistir. Al respecto, el director de comunicaciones de su campaña dijo lo siguiente: "Tammy Baldwin está organizando su propia carrera para el pueblo de Wisconsin".

El miércoles pasado, 13 gobernadores demócratas se reunieron con el presidente en la Casa Blanca. Aunque la idea era mostrar el apoyo que mantiene Biden y seguramente dar un parte de tranquilidad, después de la reunión solamente tres de los gobernadores que asistieron decidieron hablar con los medios. Vimos a Tim Walz gobernador de Minnesota; a Kathy Hochul de Nueva York y al gobernador de Maryland, Wes Moore dando su apoyo al presidente ante la prensa, el resto de gobernantes prefirió evitar las preguntas de los periodistas.

Aunque cada día salen nuevos reportajes que aseguran que la presión dentro del Partido crece para que el presidente le de paso a otro candidato, la realidad es que hasta el momento solo tres congresistas demócratas han pedido públicamente al presidente que desista de seguir en la campaña: el congresista por Texas Lloyd Doggett, el representante por Arizona Raúl Grijalva y Seth Moulton de Massachusetts. Pero que el resto de representantes y senadores no le haya pedido al presidente que se retire, no quiere decir que lo apoyen. La verdad es que la mayoría de los demócratas parece simplemente querer huir de la situación.

Decenas de congresistas y senadores tienen en riesgo sus sillas en las elecciones de noviembre y lo que queda claro con el pasar de los días es que no quieren ser vistos cerca al presidente, ni defendiendo una candidatura que para la mayoría de los americanos no tiene sentido, más del 70 % de los americanos cree que Biden no tiene las habilidades mentales para servir como presidente.

El presidente ya no es invitado a los actos de campaña de los demócratas que están en la boleta de noviembre, los candidatos incluso lo dejan solo cuando va a sus estados, y casi ningún demócrata quiere salir en los medios para hablar de la situación. Los demócratas le están huyendo a Biden, intentando que la situación del presidente les cause el menor daño posible a sus carreras.

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