ANÁLISIS
Falleció Brigitte Bardot, el mito eterno del cine francés, a los 91 años
Actriz icónica, musa de directores y fotógrafos, cantante ocasional y activista incansable por los derechos de los animales, Bardot fue mucho más que una estrella: fue un símbolo de libertad.

(Archivo) La actriz francesa Brigitte Bardot
Brigitte Bardot, una de las figuras más luminosas y contradictorias del siglo XX, falleció a los 91 años, cerrando definitivamente el capítulo de una vida que marcó al cine, la moda y la cultura popular mucho más allá de la pantalla. La noticia fue confirmada este domingo por la fundación que llevaba su nombre, sin precisar el lugar ni la fecha exacta de su muerte.
Actriz icónica, musa de directores y fotógrafos, cantante ocasional y activista incansable por los derechos de los animales, Bardot fue mucho más que una estrella: fue un símbolo de libertad. Protagonista de clásicos como Y Dios creó a la mujer y El desprecio, participó en cerca de cincuenta películas y redefinió la imagen femenina en la Francia de los años cincuenta y sesenta, rompiendo moldes morales, estéticos y sociales.
Su estilo -simple, sensual, natural- dejó una huella imborrable. Con él construyó también la leyenda de Saint-Tropez, transformando al pequeño puerto mediterráneo en un emblema del glamour internacional, y extendió su magnetismo hasta lugares tan lejanos como Búzios, en Brasil.
"La Fundación Brigitte Bardot anuncia con inmensa tristeza el fallecimiento de su fundadora y presidenta", señaló el comunicado oficial difundido a la prensa, destacó la AFP quien dio la exclusiva. Con ella se va una mujer que nunca dejó de ser fiel a sí misma, incluso cuando sus palabras incomodaban.
La Marilyn francesa
Antes de las polémicas, estuvo el mito. "BB" fue para millones la encarnación de una mujer emancipada, ajena a las convenciones y dueña de su deseo. Cantada en sambas brasileñas, fotografiada sin descanso por los paparazzi y comparada una y otra vez con Marilyn Monroe, Bardot asumió la fascinación global sin querer imitar a nadie.
Aunque ambas se conocieron en 1956, Bardot eligió otro destino. En un gesto tan radical como coherente con su carácter, abandonó el cine a mediados de los años setenta, antes de cumplir los 40, dejando atrás una carrera fulgurante y escenas que ya forman parte de la historia del séptimo arte.
De la fama al silencio
Nacida en 1934 en una familia burguesa, Brigitte Bardot soñó primero con la danza y el modelaje. Su salto al estrellato llegó junto a Roger Vadim, su primer esposo, quien la dirigió en Y Dios creó a la mujer. El éxito fue inmediato y arrollador.
Su vida personal, marcada por matrimonios, amores intensos y una relación dolorosa con la maternidad, fue expuesta sin piedad por la prensa. Pero con el tiempo, Bardot eligió el retiro y el silencio.
La causa animal, su último gran combate
En su segunda vida, lejos de los focos, Bardot encontró una causa que le dio sentido: la defensa de los animales. Desde un gesto aparentemente pequeño -rescatar una cabra durante un rodaje- hasta campañas internacionales contra la caza de focas, la tauromaquia o el maltrato animal, su compromiso fue absoluto.
Instalada entre La Madrague y La Garrigue, en el sur de Francia, vivió rodeada de animales y naturaleza, gestionando la fundación que creó en 1986. En una de sus últimas entrevistas confesó que anhelaba la paz y que llevaba una vida sencilla, "como una granjera", sin teléfono móvil ni ordenador.
Brigitte Bardot se fue como vivió: libre, indomable y profundamente fiel a sus convicciones. Con su muerte, el cine despide a un mito; el mundo, a una mujer que nunca aceptó ser solo una leyenda.