El enviado de Trump para misiones especiales Ric Grenell regresa de Venezuela con seis rehenes estadounidenses liberados

Ric Grenell, el enviado del presidente Donald Trump para misiones especiales, confirmó a través de su cuenta en ‘X’ que está regresando a Estados Unidos con seis rehenes estadounidenses liberados tras un viaje exprés a Caracas, la capital de Venezuela, donde el alto funcionario se reunió con el dictador Nicolás Maduro, el canciller venezolano Yván Gil y Jorge Rodríguez, un alto dirigente de la cúpula chavista.

“Nos ponemos en marcha y nos dirigimos a casa con estos 6 ciudadanos estadounidenses”, escribió Grenell en ‘X’, tras pasar más de seis horas en Venezuela, un país hostil con EEUU. “Acababan de hablar con el presidente Donald Trump y no podían dejar de agradecerle”.

En una publicación en sus redes, el presidente Trump felicitó a Grenell y a su equipo por el logro.

“Me acaban de informar que traeremos a seis rehenes de Venezuela a casa. Gracias a Ric Grenell y a todo mi personal. ¡Buen trabajo!”, dijo Trump.

¿Buen gesto o acuerdo?

El viaje de Grenell se produce en un momento donde la Administración Trump aún está definiendo su política exterior con respecto a Venezuela, regida por el dictador Maduro, quien el pasado 10 de enero se juramentó ilegítimamente para un nuevo período de gobierno tras el fraude electoral del pasado 28 de julio, cuando el candidato de la oposición, Edmundo González Urrutia, arrasó en los comicios por un margen de dos a uno consiguiendo 7 millones de votos.

En ese sentido, el viaje de Grenell a Caracas tomó a muchos por sorpresa, desde analistas, expertos y periodistas que cubren la actualidad de Venezuela y, por ende, sus relaciones con Estados Unidos. La noticia también sorprendió a los congresistas y senadores republicanos de la Florida, que hicieron públicas sus peticiones al enviado especial para que la Administración Trump no reconozca ni haga concesiones al dictador socialista, una práctica de apaciguamiento que criticaron a lo largo del mandato del presidente demócrata Joe Biden.

La tiranía de Maduro, consciente de que Trump fue el presidente estadounidense más hostil para con el chavismo en sus más de dos décadas de régimen, celebró con bombos y platillos la llegada de Grenell a Caracas, usando su aparato de propaganda para presumir de la llegada de un alto funcionario de la Casa Blanca con la esperanza de alcanzar acuerdos migratorios y levantamiento de sanciones.

En un comunicado, el Gobierno venezolano dijo que la reunión con Grenell trató de “migración, impacto negativo de las sanciones, ciudadanos estadounidenses incursos en delitos en territorio nacional e integridad del sistema político venezolano”.

Desde el régimen de Maduro, particularmente, se planteó una estrategia de “Agenda Cero”, en busca de un nuevo comienzo para las relaciones bilaterales entre Washington y Caracas.

Sin embargo, la Administración Trump, a través del propio presidente estadounidense, todavía está adoptando un tono crítico para con Maduro.

Mientras Grenell continuaba en Venezuela, Trump fue consultado por el viaje a Caracas de su enviado especial y cuál será su política hacia el régimen de Maduro, cuyos cabecillas están buscados por narcotráfico y están sanciones por el Departamento del Tesoro.

Trump respondió que Maduro es un “dictador” que ha “tratado mal” a Estados Unidos y a los venezolanos y aseguró que no le comprará más petróleo a Caracas, terminando con la política de su predecesor, Joe Biden.

"Tenemos a una tremenda población venezolana, queremos ver que podemos hacer para que la gente regrese a su país a salvo, con libertad, y él está reuniendo con mucha gente diferente, pero estamos a favor del pueblo de Venezuela", dijo Trump. "Venezuela ha tenido muy mala suerte, y me sorprendió mucho que (Joe) Biden estuviera de acuerdo de comprar mucho petróleo de Venezuela, porque Venezuela está prácticamente acabada, y cuando pasó eso, vi que Biden aceptó comprar mucho petróleo de Venezuela, porque Venezuela estaba a punto de acabar con el dictador (Nicolás Maduro), y cuando eso sucedió, lo devolvió a la vida; Biden salió y compró millones de barriles de petróleo".

"No vamos a permitir que esa tontería suceda, vamos a ver qué pasa, no estamos a gusto con Venezuela, no nos gusta cómo tratan a los venezolanos, en absoluto", sentenció el presidente.

Antes de las palabras de Trump, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue consultada sobre si el viaje de Grenell significaba que Washington reconoce a Maduro como el presidente de Venezuela.

“Absolutamente no”, respondió Leavitt.

Asimismo, Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Trump para América Latina, había aclarado más temprano en una llamada con periodista que la misión de Grenell en Venezuela era “muy específica”.

“Lo único que haría en esta llamada es instar al gobierno de Maduro, al régimen de Maduro en Venezuela, a que preste atención al mensaje del enviado especial Ric Grenell y a sus demandas y lo que ponga sobre la mesa, porque en última instancia habrá consecuencias”, dijo el alto funcionario.

Aún no está claro si el retorno de los seis estadounidenses a casa significa solo un buen gesto del régimen de Maduro o implica la firma de un acuerdo que todavía no se hizo público entre Caracas y Washington.

Por el momento, EEUU sigue reconociendo a Edmundo González, el candidato opositor respaldado por la líder María Corina Machado, como el presidente electo de Venezuela.

Desde que Maduro cometió un grotesco fraude el 28 de julio de 2024, la crisis política y la represión en Venezuela se recrudeció, con miles de detenidos arbitrariamente, denuncias de torturas e, incluso, asesinatos extrajudiciales de activistas, políticos opositores y ciudadanos venezolanos.