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Trump planea quebrar la economía iraní con una agresiva política de máxima presión

La estrategia incluiría una serie de sanciones estrictas, especialmente dirigidas al sector petrolero de Irán, que constituye una de las principales fuentes de ingresos del país.

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trumpimages/Xinhua / Cordon Press

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El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tiene como objetivo hacer que Irán a detenga su programa nuclear y corte el financiamiento a grupos militantes en la región. Según fuentes cercanas al equipo de transición, la nueva administración planea revivir la política de "máxima presión", que caracterizó el primer mandato de Trump, con la intención de asfixiar económicamente a Teherán y forzarlo a negociar.

La estrategia incluiría una serie de sanciones estrictas, especialmente dirigidas al sector petrolero iraní, que constituye una de las principales fuentes de ingresos del país. "Está decidido a restablecer una estrategia de máxima presión para llevar a Irán a la bancarrota lo antes posible", afirmó experto en seguridad nacional Trump. Esta medida impactaría gravemente la economía iraní, que ya se encuentra debilitada debido a las sanciones impuestas en años anteriores y la crisis económica interna.

Cambio en la política exterior de Estados Unidos

El enfoque de Trump representa un giro en la política exterior respecto a la administración saliente, que buscó revivir el acuerdo nuclear de 2015 para aliviar las tensiones con Irán. La postura del presidente electo, sin embargo, apunta a un endurecimiento y a un aislamiento internacional de Teherán, intensificando las medidas económicas y políticas para limitar su capacidad de enriquecer uranio.

En su campaña, Trump señaló su deseo de alcanzar un nuevo acuerdo con Irán, pero bajo condiciones más estrictas. "Tenemos que llegar a un acuerdo, porque las consecuencias son imposibles, comentó en septiembre. Sin embargo, los analistas ven esta posibilidad como remota, dado el deterioro de las relaciones bilaterales tras el ataque ordenado por Trump en 2020 que resultó en la muerte del comandante iraní Qassem Soleimani.

Preparativos para nuevas sanciones

El equipo de transición ya está elaborando órdenes ejecutivas que podrían entrar en vigor el primer día de mandato. Estas incluirían sanciones secundarias para limitar las exportaciones de crudo iraní, especialmente las dirigidas a China, uno de los principales compradores del petróleo de Irán. “Podrían reducir las exportaciones petroleras de Irán a unos pocos cientos de miles de barriles por día ", advirtió Bob McNally, ex asesor energético de la administración George W. Bush.

Mike Waltz, asesor de seguridad nacional del presidente electo, ha sido una voz crítica en el Congreso respecto a las exportaciones de crudo iraní y ha promovido leyes para imponer sanciones a quienes compren petróleo del país persa. 

Reacción de Irán ante la amenaza de nuevas sanciones

El régimen iraní, liderado por el presidente reformista Masoud Pezeshkian, ha manifestado su intención de retomar el diálogo con Occidente, pero ha rechazado las tácticas de intimidación. Abbas Araghchi, ministro de Asuntos Exteriores iraní, instó a Trump a evitar repetir la política de máxima presión. “Intentar aplicar la ‘Máxima Presión 2.0’ sólo resultará en la ‘Máxima Derrota 2.0’”, advirtió en la red social X, haciendo referencia a los avances nucleares de Irán desde el fin del acuerdo nuclear.

Teherán ha sugerido su disposición a negociar, pero bajo condiciones que según ellos respeten sus derechos. “Estamos dispuestos a negociar en función de nuestro interés nacional y nuestros derechos inalienables, pero NO estamos preparados para negociar bajo presión e intimidación”, afirmó Araghchi tras su reunión con Rafael Grossi, jefe del organismo de control nuclear de la ONU en Teherán.

Escenario incierto para las negociaciones

Aunque ambas partes parecen dispuestas al diálogo, la posibilidad de alcanzar un acuerdo es incierta. Los expertos creen que la desconfianza mutua y los intereses opuestos dificultarán el progreso. “Es difícil imaginar un acuerdo nuclear o regional que sea aceptable tanto para el primer ministro de Israel como para el líder supremo de Irán”, comentó Karim Sadjadpour, miembro del Carnegie Endowment for International Peace.

En medio de este contexto, informes recientes sugieren que Trump podría estar considerando una vía diplomática. Una reunión entre Elon Musk y el embajador iraní ante la ONU ha generado especulaciones sobre un posible acercamiento para reducir las tensiones. Sin embargo, la misión iraní no ha comentado sobre el encuentro, y la campaña de Trump tampoco ha emitido declaraciones al respecto.

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