Crecen las tensiones entre Venezuela y Brasil: Maduro llama a consultas a su embajador luego de que Lula lo excluyera de los BRICS
El régimen venezolano argumentó que la medida brasileña responde a una estrategia de "odio, exclusión e intolerancia", alineada con los intereses "del imperialismo norteamericano".
La crisis diplomática entre Venezuela y Brasil se intensificó este miércoles cuando el dictador venezolano Nicolás Maduro llamó a consultas a su embajador en Brasilia, Manuel Vadell, en respuesta al veto que impidió la entrada de Venezuela al bloque BRICS durante la reciente cumbre en Kazán, Rusia.
En un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano, el régimen de Maduro acusó a Brasil de adoptar una "política de bloqueo" que, según afirmó, contradice la aprobación de los demás miembros del grupo. “Se informa a la comunidad nacional e internacional que, siguiendo instrucciones del presidente Nicolás Maduro Moros, se ha decidido convocar a consultas, de manera inmediata, al embajador Manuel Vadell”, señala el comunicado.
El régimen venezolano argumentó que la medida brasileña responde a una estrategia de "odio, exclusión e intolerancia", supuestamente alineada con los intereses "del imperialismo norteamericano" que buscan aislar a Venezuela en el ámbito internacional.
Además, Caracas condenó lo que calificó como un "comportamiento irracional" por parte de los diplomáticos brasileños y rechazó enérgicamente las reiteradas declaraciones injerencistas y groseras", de funcionarios del Gobierno de Brasil, haciendo especial mención al ex canciller Celso Amorim, asesor de política exterior del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El veto de Brasil no solo bloqueó el ingreso de Venezuela al bloque de economías emergentes, sino que también excluyó a Maduro de la foto oficial del evento, un gesto que fue percibido como un golpe diplomático significativo para el líder chavista.
Fundamentos del veto brasileño
La decisión brasileña se fundamentó en la falta de transparencia por parte del régimen venezolano en relación con las elecciones presidenciales del 28 de julio. Amorim señaló que la negativa del régimen venezolano a presentar las actas oficiales de las elecciones y a permitir un escrutinio independiente minó las bases de la confianza bilateral. "La cuestión con Venezuela no tiene que ver con democracia, sino con una ruptura de confianza", aseguró el diplomático, subrayando que el país sudamericano incumplió acuerdos previos.
Maduro espera el apoyo de Lula
A pesar del creciente malestar, Maduro manifestó su confianza en que el presidente Lula da Silva, con quien ha mantenido una histórica relación política, se pronunciará en favor de Venezuela. En su programa de televisión, el dictador sugirió que Lula aún no estaba plenamente informado sobre la situación y expresó su deseo de que, eventualmente, el mandatario brasileño tome una posición favorable. Sin embargo, hasta el momento, no ha habido declaraciones oficiales desde Brasilia.
Respuesta de la Asamblea Nacional venezolana
Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela (controlada por el régimen), también se pronunció sobre el conflicto diplomático y adelantó que propondrá declarar a Celso Amorim como persona non grata. Rodríguez acusó al asesor brasileño de ser un "instrumento" del Gobierno estadounidense, en particular del asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, lo que en su opinión estaría vinculado a los intereses de Washington en la región.
Deterioro de las relaciones diplomáticas
La relación entre Venezuela y Brasil ha atravesado un progresivo deterioro, especialmente desde las elecciones presidenciales venezolanas de julio, que han sido objeto de fuertes críticas por la falta de transparencia. Fuentes cercanas al Gobierno de Lula, citadas por medios locales, aseguran que el presidente brasileño estaría considerando un "enfriamiento" de las relaciones diplomáticas con Venezuela, lo que incluiría el cese del reconocimiento de Maduro como jefe de Estado a partir del 10 de enero, cuando comienza su nuevo mandato.
Este episodio no solo marca un nuevo capítulo en las tensiones entre ambos países, sino que subraya el creciente aislamiento internacional del régimen dictatorial de Maduro, en su intento por mantenerse en el poder.