Israel: el Tribunal Supremo elimina la exención de servicio militar para los ultraortodoxos
Se trata de una decisión histórica, ya que los judíos jaredíes siempre han estado al margen de las fuerzas armadas desde la fundación del Estado de Israel.
El Tribunal Supremo de Israel ratificó este martes la eliminación de la exención para los judíos ultraortodoxos de pasar por el servicio militar obligatorio. Desde su fundación como Estado en 1947, los jaredíes solo han participado en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de manera residual. Por este motivo, la decisión de la Justicia supone un cambio histórico en la sociedad israelí.
La exención del servicio militar para los ultraortodoxos se daba por motivos religiosos. Los jaredíes siguen una interpretación de la Torá por la cual no podían adherir a las fuerzas armadas del Estado de Israel. Estas quedaron desde sus comienzos en manos de los judíos seculares, conservadores, religiosos y en menor medida de ortodoxos.
La participación de los ultraortodoxos de manera generalizada fue el centro de un intenso debate en la Knesset y en el seno del Gobierno de coalición liderado por el partido Likud de Benjamín Netanyahu. Hasta ahora, tan solo había un puñado de unidades no mixtas y religiosas en las FDI, las cuales están conformadas exclusivamente por hombres judíos ultraortodoxos.
El momento en el que se produce este cambio fundamental es importante. Israel llevará pronto un año en guerra en la Franja de Gaza. El Gobierno tenía prevista extender la duración del servicio militar obligatorio para seguir gozando del capital humano que requiere su operación en la Franja. Sin embargo, esta reforma no concluyó. Ahora, la llegada de la ultraortodoxos a las FDI servirán para mantener el ritmo que el Gobierno de Netanyahu pretende llevar en sus operaciones militares.
Pese a estar en diálogos para llegar a un alto el fuego con el grupo terrorista Hamás, el Gobierno de Netanyahu ha repetido en distintas ocasiones que una hipotética tregua y acuerdo de rehenes no detendrá sus operaciones en Gaza, que, según asegura el Ejecutivo, tienen como objetivo final la destrucción del grupo terrorista Hamás.
Añadido al frente de Gaza, Israel mantiene la alerta máxima en su frontera norte, que comparte con el Líbano. Desde el inicio de la guerra en Gaza, el grupo chiita islamista Hezbolá ha lanzado ataques con cohetes, obligando a las autoridades a evacuar la región. Desde entonces hay cerca de 70.000 desplazados que esperan volver a sus hogares en el norte. La situación no parece, pese a todo, desescalar según avanzaron los meses de la guerra. Durante el mes de junio, Hezbolá lanzó su mayor ataque combinado de cohetes y drones contra Israel tras la muerte de uno de sus comandantes en un ataque de las FDI contra el sur del Líbano.
Formar a los jaredíes para la guerra
La nueva medida podría tardar en dar sus frutos. Las FDI tiene que llevar a cabo un proceso de reclutamiento de los jóvenes ultraortodoxos que podría ser más complejo que con la población secular o religiosa. Tras esto, los nuevos reclutas tienen que pasar por una fase de formación mínima y obligatoria que dura varios meses. Algunos datos aportados durante el debate en torno a la eliminación de la exención apuntaron además a la dificultad para formar a los ultraortodoxos en la doctrina y disciplina militar.
En el mes de junio, la diputada de Yisrael Beiteinu, una escisión del Likud, Sharon Nir, recalcó que de los más de 4.000 judíos ultraortodoxos que se habían presentado voluntarios a las FDI después de los ataques del 7 de Octubre, 3.300 candidaturas fueron rechazadas.
Según Nir, los aspirantes de entre 26 y los 50 años intentaron presentarse voluntarios a través de la denominada vía Shlav Bet, en la que las personas mayores reciben dos semanas de formación básica antes de ser enviadas a servir en funciones no relacionadas con el combate.
"Las IDF, que están hambrientas de mano de obra, examinaron seriamente los números y descubrieron que sólo 1.300 de ellos eran relevantes para Shlav Bet", aseguró. "El resto resultaron no ser aptos", y muchos sufrían problemas físicos y psicológicos que impedían su alistamiento.