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El Barça se impone 3-2 al Real Madrid en una final vibrante de la Copa del Rey

Gracias a un tanto del defensor Jules Koundé a los 116', los blaugranas lograron evitar los penales y coronarse campeones de su primer título de la temporada, manteniendo intacto el sueño del triplete.

El defensor francés Jules Koundé, héroe de la final con un gran gol agónico

El defensor francés Jules Koundé, héroe de la final con un gran gol agónicoAFP

Emmanuel Alejandro Rondón

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El FC Barcelona conquistó su 32º título de la Copa del Rey tras vencer a su máximo rival, el Real Madrid, en una vibrante final llena de tensión, polémica y grandes goles.

En un partido que contó con figuras del calibre de Mbappé, Lamine Yamal, Pedri, Bellingham o Vinicius Jr., el héroe de la noche no fue otro que el defensor francés Jules Koundé, quien, a los 116’, valientemente salió al anticipo interceptando un envío de Luka Modric, clavando después un golazo de media y larga distancia para darle el título a los blaugranas en un agónico final de partido.

Antes de Koundé, Pedri (1-0, 28’) y Ferran Torres (2-2, 84’) habían estampado su propia firma en el marcador para los culés. El Madrid, en cambio, había reaccionado a través de otros dos goleadores franceses: Kylian Mbappé (1-1, 70’); y Aurelien Tchouameni (1-2, 78’).

El marcador y las dos remontadas que hubo por parte de ambos equipos demuestran lo que fue el desarrollo del cotejo: un ida y vuelta callejero donde las escuadras tuvieron momentos de dominio y desconexión, con el Barça intentando amasar con más ritmo y paciencia la pelota, y el Madrid buscando rápidamente los espacios que dejaban los catalanes con su pressing alto.

En el primer tiempo, de hecho, el Madrid apenas logró su cometido. Gracias a unos imponentes Cubarsí, de Jong, Pedri y Yamal, el equipo de Flick dominó a placer, no solo poniéndose por debajo del marcador, sino sometiendo al equipo blanco y pudiéndose llevar una ventaja más considerable al entretiempo.

Fueron, justamente, Cubarsí, Pedri y Yamal quienes fabricaron el primer tanto del partido. Bellingham, quizás uno de los pocos jugadores del Madrid que mostró fuego sagrado los noventa minutos, metió un pase en profundidad para Vini Jr. que se iba mano a mano, sin embargo, un atento e inteligente Cubarsí interceptó el envío dejando al Madrid mal parado. Pedri y Yamal hicieron el resto.

El canario envió un balón largo para Yamal, que aglutinó a tres defensores madridistas a su alrededor y soltó un pase atrás hasta la frontal del área para la llegada de Pedri, quien con la parte interna del pie derecho mandó la pelota al ángulo superior derecho, dejando sin respuesta a Courtois.

El Barça siguió dominando y generando ocasiones, pero Torres, Raphinha y Dani Olmo estuvieron muy imprecisos, desperdiciando muchos ataques culés y dejando al Madrid con vida.

Ya para el segundo tiempo, Ancelotti olfateó por donde estaba perdiendo el partido. Primero, dio entrada a un Mbappé que llegó con lo justo a la final, mandando al banquillo a un descafeinado y dócil Rodrygo. Varios minutos después, mandó al campo a Arda Guler y Luka Modric, dándole mucho más volumen de juego y calidad a la sala de máquinas y robándole por mucho más tiempo la pelota al Barça.

Vinicius, Mbappé, Bellingham y Guler empezaron a jugar y el Madrid automáticamente cambió el rostro. El Barça ya no dominaba las acciones y solamente podía acercarse a Courtois a través de contragolpes, en su mayoría mal terminados por Olmo o Raphinha, que jugó su clásico más flojo de la campaña

Vinicius tuvo hasta tres chances de gol para marcar. Mbappé, mientras tanto, agitaba y esperaba su oportunidad, que llegaría a los 70’, tras enfilar hacia el área culé y ganarse un tiro libre en la frontal.

El arquero Szczęsny, que ya había tenido varias buenas intervenciones, le tocaba ahora armar la barrera, dejándola demasiado hacia su derecha. Él, por su parte, se ubicó en el medio del arco; y Mbappé, que había ingresado enchufado, clavó la pelota por debajo en el palo izquierdo del cancerbero polaco, estampando el 1-1 parcial.

Apenas minutos después, el Madrid lo daría vuelta, con un gran centro de Arda Guler para el cabezazo de Tchouameni, que puso un 1-2 impensado hasta los cambios de Ancelotti. El Madrid estaba oliendo sangre.

El Barcelona, golpeado, no podía reaccionar. Pero luego, empezó a pedirle Yamal, quien casi puso el 2-2 desde su propia zurda, pero Courtois intervino una vez más salvando a su equipo.

Pero el propio arquero belga, igual que su adversario polaco en el otro lado de la cancha, iba a otorgar una ventaja: Yamal, nuevamente, envió la pelota hacia el frente y en profundidad para la diagonal de Torres, que ya se había comido la espalda de Rudiger. Courtois, ante ello, decidió salir buscando un corte lejos. Pero el delantero español llegó primero de sobra, punteó la pelota y luego definió a arco vacío para mandar el juego al alargue.

Ya en tiempo suplementario, el partido fue de infarto, con ambos equipos extenuados y buscando el gol del triunfo antes de los penales. Ahí emergió Koundé, anticipando y clavando un golazo que, probablemente, sea el más importante en toda su carrera futbolística.

De esta manera, el equipo blaugrana, derrotó a su máximo rival, alcanzó el primer título de la temporada y mantuvo intacto el sueño del triplete.

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