Javier Milei, contra la democracia

Los argentinos deben tener paciencia, ya que Milei sólo puede apoyarse en ellos, no en todos esos supuestos representantes del pueblo. Este Gobierno es la última esperanza para Argentina

El presidente argentino volvió a sufrir un revés luego de que el Senado rechazara el megadecreto para desregular el país. Sin embargo, para que efectivamente se rechace el paquete de medidas que apuntan a remover la asfixiante burocracia estatal, debería ser también rechazado por la Cámara de Diputados.

Como era de esperar, el libertario apuntó contra los senadores que votaron en contra del decreto, que no sólo fueron peronistas de diversas corrientes, sino también algunos radicales.

"Que la clase política decida de qué lado de la historia quiere quedar", expresó el mandatario. Y agregó que se trata de un intento de socavar el llamado Pacto de Mayo, un acuerdo que Javier Milei busca alcanzar con los gobernadores de las provincias y el alcalde de la ciudad de Buenos Aires con el fin de que en Argentina reine la libertad económica, en lugar del socialismo que ha destruido la economía del país y lo ha aislado del mundo.

Milei sabía que el camino para enderezar la economía no iba a ser un paseo por el bosque ya que, si bien es presidente, su partido no cuenta con ningún gobernador, ni alcalde, ni mayoría en ninguna Cámara. Y todo en medio de un tan duro como necesario ajuste que está implementando para arreglar las cuentas del país con el fin de volver a crecer. Por lo tanto, si no fuera por el respaldo de los ciudadanos, seguramente ya habría caído.

Al presidente, un completo outsider, le exigen tener “cintura política”, alcanzar consensos. Es decir, tiene que ingresar al barro espeso, contaminado y engorroso de la democracia argentina para poder implementar su plan.

¿Pero quiénes integran esta democracia que tanto piden respetar? ¿Con quiénes le piden que alcance consensos? Pues con los mismos que han pisoteado la Constitución, las formas, la división de poderes, etc; los que iban por todo sin respetar absolutamente nada de lo que hoy piden lloriqueando que se tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones. Sin embargo, si alguna de las medidas es efectivamente inconstitucional, no es algo que deba decidir un legislador, pues para ello está la Corte Suprema, ¿no?

Javier Milei tiene que pelear contra todos esos que componen esta democracia, atravesar por todo ese pantano intransitable que representa la burocracia argentina y que muchos necesitan que siga, aunque eso signifique hiperinflación, miseria, desempleo, delincuencia, etc, ya que podríamos decir que el eslogan ideal para el socialismo sería ‘cuanto peor, mejor’. De ese modo tienen la excusa perfecta para intervenir en la economía y en las vidas de todos, con el fin de mantener el poder y los negocios de la política. Es decir, quieren un país de militantes, no de trabajadores; un país de funcionarios que “amen” a los pobres, no que los saquen de la pobreza; un país donde el resentimiento sea más importante que la autosuperación; que las restricciones sean más importantes que la libertad; que la delincuencia sea justificada y el éxito demonizado.

En el Gobierno ahora hay un hombre honesto, que comete errores, que sus formas son, por momentos, cuestionables, pero que sinceramente quiere arreglar el país, que es un gran economista que pudo predecir con un impresionante éxito todos los desastres que se avecinaban en Argentina en las administraciones anteriores. Que tiene la valentía suficiente para enfrentar a los dinosaurios intervencionistas que buscan repetir el fracaso poniendo a la democracia o a la Constitución como excusa cuando les conviene, a pesar de que la mayoría de los supuestos representantes del pueblo son los mismos que le obstaculizan el camino al presidente para llevar adelante los cambios que la mayoría de los argentinos votó. ¿De qué democracia hablan?

Javier Milei, con sus errores y aciertos, está del lado del mundo libre a nivel global; está limpiando de militantes despilfarradores al Estado; está reduciendo el gasto y frenando la emisión; está intentando derogar leyes que han sido rotundos fracasos, al tiempo que es atacado de forma despiadada por parte de la prensa, de políticos opositores que en realidad son golpistas, de artistas y militantes izquierdistas que sólo buscan seguir parasitando, etc.

Los argentinos deben entender que si la mejora en sus bolsillos demora más tiempo de lo deseado, se debe a que los dinosaurios que componen esta democracia son los que están embarrando el campo de juego para que no se pueda avanzar y se tenga que volver atrás.

Los argentinos deben tener paciencia, ya que Milei sólo puede apoyarse en ellos, no en todos esos supuestos representantes del pueblo. La solución puede demorarse, pero no dejen que fracase. Este Gobierno es la última esperanza para Argentina. No pierdan semejante oportunidad, que puede presentarse sólo una vez en la historia.