Dos semanas después de las elecciones la izquierda aún no logra aceptar la realidad
Los más extremos no son capaces de soportar que la mayoría de los americanos quiere bajos impuestos, baja regulación y frenar la inmigración ilegal.
Es cierto que los dos partidos han sufrido grandes derrotas a lo largo de su historia, y como es debido, siempre se han recuperado, pero esta derrota está siendo particularmente dolorosa y dañina para el Partido Demócrata. No solo se trata de que su candidata perdió en casi todos los grupos poblacionales y no ganó ni uno solo de los estados bisagra, sino de que la derrota fue contra Donald Trump, a quien los más extremos demócratas han tildado de nazi, racista, misógino y todos los insultos que a alguien se le puedan ocurrir.
El hecho de que la victoria de Trump fuera tan aplastante debería hacer pensar a los izquierdistas que tal vez el republicano no es un dictador malvado y que ellos estuvieron, en alguna medida importante, equivocados. Pero el odio que poseen algunos contra Trump es tan radical y ciego que en vez de hacer una autoreflexión, su conclusión de las elecciones es aún más disparatada que la teoría que han tenido durante años: ya no es solo Trump el que quiere acabar con la democracia, sino la mitad de los americanos.
La disonancia cognitiva ha llegado al punto de tildar a los hispanos de racistas por no votar por Kamala Harris. Vimos esta semana a Sunny Hostin de The View, decir que los hispanos son sexistas y misóginos. Vimos a Joe Scarborough decir que los hispanos no votaron por Kamala porque son racistas y misóginos. ¿Qué sentido tiene insultar a los votantes que se están yendo del Partido? Es mucho más inteligente realmente escuchar a los hispanos y tratar de ganar de nuevo sus votos.
El representante demócrata Eric Swalwell dijo en una entrevista que su partido perdió las elecciones porque eran "muy amables y muy modestos". Yo no diría que llamar "basura" a los votantes de Trump, como lo hizo el presidente Joe Biden, sea precisamente una muestra de amabilidad. Y modestia es lo que menos hemos visto entre los demócratas en los últimos meses. No fueron capaces de reconocer que el país iba por mal camino y que necesitaban cambiar sus políticas, y hoy no solo es que no aceptan que se equivocaron sino que además insultan a quienes no votaron por ellos ¡Eso es todo lo contrario a humildad!
En necesario que los líderes decentes e inteligentes del Partido Demócrata tomen las riendas y frenen el avance de la izquierda radical. Perdieron porque decidieron hablar día y noche de una agenda trans que realmente es un asunto del 1 % de la población, en vez de honestamente escuchar las preocupaciones de los americanos y buscar soluciones.
Muchos periodistas, que en realidad son activistas, simplemente no soportan que la mitad del país votó por bajar impuestos, eliminar regulaciones, cerrar la frontera y frenar la agenda LGBTI. Ellos seguirán haciendo pataletas en sus programas y presentando la elección de Trump como un apocalipsis, mientras tanto su audiencia seguirá cayendo. El nivel de confianza de los americanos en los medios está en niveles históricamente bajos porque muchos periodistas se han vuelto tan insensibles que mientras los americanos luchan para llevar comida a sus mesas ellos, desde sus vidas privilegiadas, los insultan por haber votado al candidato que ofrecía bajar la inflación y no a la demócrata que ofrecía carcajadas y frases motivacionales.
Han pasado dos semanas desde las elecciones. Es hora de que los demócratas que realmente quieren un mejor país, frenen las pataletas y hagan la reflexión necesaria.