El régimen de Nicolás Maduro rompe relaciones con siete países de la región como retaliación a que rechazaron el fraude electoral en Venezuela

En un movimiento que intensifica la tensión internacional, el régimen de Nicolás Maduro anunció la retirada de todo su personal diplomático de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay. Esta medida se toma en respuesta a las críticas y cuestionamientos internacionales sobre el proceso electoral del 28 de julio en Venezuela, en el cual Maduro fue proclamado supuesto ganador de un nuevo mandato presidencial.

El comunicado, emitido por el canciller Yván Gil, descalifica a los gobiernos que han puesto en duda la legitimidad de los resultados, tildándolos de “injerencistas” y de ser parte de una agenda ideológica que, según el régimen, está subordinada a intereses externos y al denominado “fascismo internacional”. El texto acusa a estos países de intentar reeditar el fallido Grupo de Lima, una coalición que anteriormente había criticado al régimen venezolano.

En el texto, el régimen también exige la retirada inmediata de los representantes diplomáticos de estos países y se reserva el derecho de tomar medidas legales y políticas para defender lo que considera su derecho a la autodeterminación. Asimismo, advierte que enfrentará cualquier acción que, según ellos, busque desestabilizar el país y desconocer la voluntad del pueblo venezolano, que, según el gobierno, se ha manifestado claramente en las elecciones.

“El Gobierno Bolivariano enfrentará todas las acciones que atenten contra el clima de paz y la convivencia que tantos esfuerzos han demandado del pueblo venezolano, por lo cual somos contrarios a todos los pronunciamientos injerencistas y de asedio con los que, en forma reiterada, se intenta desconocer la voluntad del Pueblo Venezolano”, culmina el comunicado.

Rechazo internacional a la autoproclamación de Maduro

A excepción de regímenes comunistas como China y Cuba, que han expresado su apoyo a Maduro, muchos países han exigido la publicación de las actas electorales y un recuento verificado de los votos de las últimas elecciones.

Incluso presidentes de izquierda en países vecinos, como Gabriel Boric de Chile, han rechazado los resultados, señalando serias dudas sobre la transparencia del proceso electoral y sugiriendo que el fraude ha sido tan significativo que compromete la legitimidad del gobierno de Maduro.