¿Cómo un libertario logró ganar la presidencia de Argentina?

Los medios le dieron espacio a Milei porque era el loco que les daba audiencia, nunca imaginaron que podría convertirse en presidente.

Javier Milei ha logrado algo que para muchos era impensable, que un libertario llegara a ser presidente. Pero el asunto parece aún más increíble cuando nos referimos a Argentina, un país peronista. Un país con unas ideas de izquierda fuertemente incrustadas en una sociedad que durante décadas ha vivido hundida en la extrema regulación estatal.

Como sucede siempre que tiene lugar un hecho histórico, diferentes factores, que tenían poca probabilidad de ocurrir, se encuentran y tiene lugar lo inesperado. Milei ha logrado el triunfo más contundente de la historia democrática de Argentina, sacando casi 12 puntos por encima de su contrincante, el oficialista Sergio Massa. Y lo ha logrado habiendo ingresado a la política tan solo un par de años atrás.

Un carácter indomable

Por supuesto que el primer factor en el que hay que fijarse para explicar el triunfo de un libertario radical, porque Milei es de los que hablan de "dinamitar el banco central", es en su carácter. No se equivocan los que comparan al argentino con el expresidente Donald Trump, Milei es de esas personas que creen de verdad que lo imposible se puede lograr, y que soportan todos los ataques y las persecuciones sin doblarse.

Milei comenzó a tener notoriedad a nivel nacional porque los medios lo invitaban a sus programas básicamente para burlarse del loco que se salía de control y decía cosas "extremas". Les daba audiencia con su explosivo carácter y sus clases de economía en las que estallaba en insultos contra los socialistas, pero esos periodistas nunca imaginaron que Milei iba a ser tomado en serio y se convertiría en el presidente.

Ese carácter indomable le permitió al economista hablar de sus ideas libertarias sin complejos y con tanta efusividad que era capaz de emocionar a cientos hablando de la inflación. Que la inflación es un fenómeno monetario y por lo tanto hay que dolarizar y acabar el banco central, que los impuestos son robo, y que los políticos son unos ladrones, son solo algunas de las ideas que Milei repitió tanto, y con tanta confianza, que millones de argentinos pasaron de verlas como ideas extremas a reconocerlas como verdades.

Es cierto que su carácter a veces lo ha metido en problemas y ha hecho que muchos critiquen su falta de cordialidad algunas veces, pero es justamente ese carácter lo que ha logrado que millones se fijen en él y que despierte pasiones tan grandes como las que despierta el peronismo. Es también ese carácter el que le ha permitido ir contra el mundo, porque antes de que fuera respetado, muchos se burlaban y lo veían como un loco, pero él logró sobrepasar eso y mostrar la firmeza de sus ideas. Sin su carácter nada de esto habría sido posible.

Una Argentina que ya no da más

Milei ha logrado un triunfo que tiene detalles que sorprenden y hacen aún más memorable su victoria. Una de esas particularidades es el apoyo que logró en los sectores de escasos recursos. Lo de Milei no es un triunfo de las élites educadas que entienden de capitalismo, sino que en buena medida se explica por la suma del apoyo de quienes aunque no son de derecha, y mucho menos liberales, se dan cuenta de que Argentina ya no da más, que no les alcanza para llegar a fin de mes, y que ya durante décadas votaron a los que prometieron sacarlos de la pobreza con ayudas estatales, pero el asunto va siempre a peor.

Según un reciente estudio, en Argentina el 87 % de las familias siente “angustia” porque no tiene los recursos para comprar los alimentos suficientes. El país suramericano tiene al 40 % de su población viviendo en la pobreza. La inflación anual es de 143 %. Con estas cifras, y tras décadas de políticas izquierdistas, muchos decidieron apostarle al cambio. El libertario ganó en villas y asentamientos importantes, donde la población está harta de la corrupción y de esperar que el kirchnerismo les tire migajas. Además, el candidato Sergio Massa era el ministro de Economía, por lo tanto uno de los principales culpables de la tragedia económica que vive el país.

Una centroderecha dividida

La centroderecha tradicional, o la derecha tibia, estaba agrupada en Juntos por el Cambio, pero parte de la coalición decidió traicionar a su candidata Patricia Bullrich, que quedó tercera en las elecciones de octubre. Ese hecho terminó beneficiando a Milei, que no solo logró pasar a la segunda vuelta, sino que consiguió el apoyo tanto de una Bullrich herida por la traición de su propia coalición, como del expresidente Mauricio Macri. Milei, para la segunda vuelta, logró sumar casi todos los votos que tuvo Bullrich en la primera elección.

No solo el apoyo que públicamente dieron Bullrich y el expresidente Macri fueron fundamentales, sino toda la estructura del PRO, el partido de Macri -que hacía parte de la coalición de Juntos por el Cambio- fue de enorme importancia  para garantizar unas elecciones limpias y en las que todo funcionara en orden. También el PRO será esencial para dar apoyo a un Milei sin ninguna estructura política. En el congreso harán coalición con el equipo del libertario y seguramente grandes figuras del equipo del gobierno de Macri tomarán puestos en el gobierno de un Milei que no tiene ni la experiencia, ni toda la gente necesaria para lo que viene.