El Estado judío no es sólo un oasis de libertad en medio de un desierto de opresión y tiranía, es también el obstáculo más importante que deben enfrentar los enemigos del mundo libre.

No son pocas las personas que acusan a Israel de ser, prácticamente, el principal mal del mundo. Estas duras críticas llegan, en la mayoría de los casos, desde la izquierda del mapa ideológico.

La masacre del 7 de octubre ha marcado un antes y un después en el mundo. Después de este trágico evento, muchas caretas se han caído y muchos han quedado más al descubierto que nunca. La izquierda, tan hipócrita como siempre, suele decir que se opone al racismo, aunque justifican o niegan las atrocidades cometidas por Hamás debido a que las víctimas eran judías, o bien vivían en el Estado judío.

Millones de personas, especialmente progresistas e islamistas, han salido y continúan saliendo a las calles en Occidente para protestar contra el "genocidio", la "ocupación" y la "opresión" de Israel contra los 'pobres' palestinos. Suelen gritar violentas consignas contra israelíes y judíos, incluso llamando al genocido contra ellos. Gritan mucho, gritan fuerte, gritan todo lo que no gritaron contra las masacres perpetradas por islamistas contra judíos, contra cristianos o contra sus propios ‘hermanos’ musulmanes en diversas partes del mundo. A nadie le importa, ya que 'no Jews, no news'.

La izquierda, que tanto se llena la boca hablando de tolerancia, apunta contra el único país de la región donde la gente es libre de profesar la fe que quiera, tener la inclinación sexual que sea, elegir a sus representantes y expresar lo que le plazca, sin distinción de raza, religión ni sexo, mientras se alían a los que no ven la hora de cortarles la cabeza a los mismos 'hiper infieles' izquierdistas.

¿Y si Israel es destruido?

Pero permitamos que la izquierda, los islamistas y otros extremistas se salgan con la suya. Imaginemos un hipotético escenario en el que el objetivo de los enemigos de Israel se cumple, y el Estado judío ha sido destruido. Sus habitantes fueron todos exterminados por Hamás, Fatah, los hutíes y otras milicias proiraníes. Sí, es poco probable, lo sé, pero tratemos de imaginarlo. Es todo. Se cumplió el sueño de gente como Ilhan Omar o Rashida Tlaib; el 'sionista ocupante' ha sido derrotado.

En las redes sociales empiezan a aparecer videos de diversas facciones terroristas palestinas levantando las cabezas cortadas de ciudadanos israelíes, se observan extremidades por las calles, sinagogas e iglesias incendiadas, bebés quemados, mujeres siendo abusadas sexualmente. Millones de palestinos recorren las calles de Tel Aviv, Haifa, Eilat, Jerusalén, destruyendo todo a su paso, en tanto que los poblados pequeños son arrasados en breves periodos de tiempo. Se escuchan gritos y disparos por doquier. 

En la red social 'X', los trending topics son 'Israel', 'Palestine', 'Jews', '#ByeZionists', 'Islam', entre otros relacionados con el asunto.

Los medios de comunicación de diversas partes del mundo transmiten algunas de las imágenes, aunque borroneando las cabezas degolladas, los cuerpos mutilados y los charcos de sangre. Varios corresponsales de medios occidentales han sido asesinados por terroristas palestinos. Otras imágenes que van apareciendo en la televisión muestran a libaneses, jordanos, sirios y egipcios cruzando a Israel desde las diversas fronteras al grito de "Allahu akbar"

Las calles de diversos países europeos comienzan a poblarse de manifestantes de izquierda e islamistas. Londres, París, Bruselas, Ámsterdam, Madrid, Berlín, Frankfurt, Estocolmo, Copenhague, Malmo, entre otras, están plagadas de manifestantes. En los medios de comunicación y en videos en las redes sociales se observan banderas palestinas por doquier y algunas LGBT. Paulatinamente comienzan a haber corridas y destrozos. Las fuerzas de seguridad se ven desbordadas y comienzan a haber informes de muertos en Londres, Estocolmo y París. "Según trascendidos, comenta un periodista británico de la BBC, 'se trataría de mujeres, mujeres trans, y miembros de una organización LGBTQ+. Muchos de ellos fueron arrojados desde las terrazas de algunos edificios'".

Todo es confusión. La cantidad de muertos empieza a aumentar, pero nadie ha podido identificar a ninguno de los asesinos. Ya casi no se observan banderas LGBT y a las banderas palestinas empiezan a sumarse las de ISIS, Hamás, Hezbolá, entre otras organizaciones terroristas islámicas.

En las redes sociales, las mujeres denuncian abusos sexuales en las calles y muchas otras afirman, entre lágrimas, que no saldrán de sus viviendas.

Las sedes de Gobierno comienzan a ser rodeadas por turbas de islamistas violentos que intentan saltar las rejas o derribar las vallas. Las fuerzas de seguridad se ven desbordadas y empiezan a abrir fuego contra los manifestantes, que les arrojan piedras, bombas molotov e incluso realizan disparos de armas de fuego.

Los manifestantes también comienzan a salir a las calles en Estados Unidos, pero esta vez sin los activistas progresistas que habían estado viendo lo que estaba sucediendo en Europa. El Gobierno estadounidense decide decretar un toque de queda, y más allá de algunos destrozos y decenas de detenciones, por ahora la situación no ha pasado a mayores. Sin embargo, las amenazas de varios islamistas siguen acumulándose en ‘X’. “La bandera de la yihad será izada en la Casa Blanca. Allahu akbar", reza una de las publicaciones en la red social.

Elon Musk publica imágenes de un grupo de islamistas golpeando a un policía en Londres, acompañado de un mensaje que reza: "Las advertencias fueron debidamente dadas en su momento. Ahora es demasiado tarde".

Diversos líderes religiosos musulmanes de Europa, Australia, Estados Unidos y Canadá, entre otros países, llaman a seguir el ejemplo de las organizaciones terroristas de Medio Oriente. "Así como hemos derrotado a los sionistas, llegó el momento de exterminar a sus aliados. Estamos dentro de las líneas del enemigo. ¡Es nuestra oportunidad! ¡Allahu akbar!", dice un imán en un video difundido ampliamente en la red social 'X'. 

Mientras tanto, en Medio Oriente, Hamás y Fatah dejan los festejos de lado y comienzan a combatir por el control del territorio. Los medios de comunicación ya empiezan a comentar que se trata de una brutal guerra civil. El presidente de Irán envía tropas a la zona para combatir junto a los terroristas de Hamás, en tanto que Arabia Saudita envía soldados para respaldar a las fuerzas de Fatah. 

En Siria, los rebeldes se envalentonan por las altas tensiones en la región y atacan con más fuerza a las fuerzas de Bashar Al-Assad, que responden con bombardeos, y los muertos se cuentan de a cientos por día. 

En el Líbano se registran combates entre Hezbolá y las fuerzas gubernamentales, mientras otros grupos armados comienzan a ingresar al conflicto y miles de ciudadanos piden ayuda por las redes sociales.

En Jordania y Egipto miles de manifestantes salen a las calles para causar destrozos y son violentamente reprimidos por la policía.

Una semana después de la desaparición de Israel, la guerra entre ambos bandos palestinos continúa, y comienzan a presentarse reclamos territoriales por parte de Siria, Jordania, Líbano y Egipto, por lo que las tensiones siguen escalando en la región y la guerra podría alcanzar niveles impensados.

Mientras tanto, organizaciones islámicas de Francia, España, Alemania, Gran Bretaña, Suecia, Noruega, Bélgica, Italia y Países Bajos emiten una declaración conjunta exigiendo "autonomía absoluta" sobre ciertas regiones de esos países "o bien atenerse a las consecuencias y seguir el camino de los sionistas". 

Los medios de comunicación de Europa siguen informando sobre homosexuales arrojados desde los tejados, mujeres violadas y apuñaladas por vestirse de forma ‘provocativa’, saqueos e incendios en tiendas judías, sinagogas e iglesias, entre otros lugares del Viejo Continente.

El Consejo de Seguridad de la ONU llama a una reunión de urgencia, y emite una declaración pidiendo "calmar las tensiones" y "no caer en la islamofobia". El papa envía un mensaje similar desde el Vaticano. En un video transmitido en directo desde la Santa Sede, el pontífice afirma, entre otras cosas, que "las armas son cargadas por el diablo. Dios quiere la fraternidad entre los humanos para que seamos merecedores de su creación".

Los progresistas deben abrir los ojos antes de que sea tarde, incluso para ellos

Todo este relato es, desde ya, producto de mi imaginación. Tal vez sea una locura. un delirio o ambas cosas. Uno puede creer que pueden suceder este tipo de acontecimientos en el futuro o no; aunque algunos de ellos ya están pasando, lamentablemente. Sin embargo, los progresistas prefieren taparse los ojos y los oídos ante la realidad, pero mantener su boca destapada para gritar todo tipo de frases armadas que memorizan y repiten como loros para evitar hacer el ‘duro esfuerzo’ de pensar. 

Sin importar si su odio está basado en la ignorancia o forma parte de su intento de imponer su agenda política, es necesario que entiendan algunas duras verdades.

Israel no es el principal problema del mundo, es parte de la solución. El progresismo y los islamistas son el mayor peligro que enfrenta la humanidad en la actualidad.

A pesar de que ignoren la infinidad de masacres y verdaderos genocidios que ocurren a nivel global, no significa que no sucedan. Sé que solo les interesa protestar cuando Israel se defiende, pero deben saber que el mundo es más grande.

Sus aliados islamistas los detestan; quieren cortarles la cabeza o arrojarlos desde un tejado en cuanto les dejen de servir para alcanzar sus oscuros objetivos.

Si bien exclaman "Desde el río al mar, Palestina será libre", una frase que llama al genocidio de los israelíes, sepan que si el Estado judío es removido del mapa, las armas que ahora apuntan especialmente contra Israel, comenzarán a dispersarse por el mundo, especialmente contra ustedes.

La gran mayoría de los árabes que viven en Israel no quieren ser gobernados por un grupo terrorista como Hamás. No obstante, ustedes son libres de hacerlo cuando deseen. Vayan y prueben.

El conflicto no es territorial. Si así lo creen, pecan de ingenuos, o bien es lo que se ven obligados a decir para seguir avanzando con su destructiva agenda política. Si fuera un problema de territorio, ya se habría solucionado hace décadas, y los judíos que viven fuera del Estado judío no tendrían por qué sufrir ataques. Se trata de una guerra religiosa e ideológica, que está concentrada especialmente en Israel, pero que se expande lentamente por el mundo. 

Los islamistas intentan imponer su ideología por la fuerza, pero no están apresurados; lo hacen paulatinamente, victimizándose y usando a los progresistas de aliados temporales en el camino. Lo hacen de ese modo ya que saben que una rana saltaría de la olla si se la introdujera en agua hirviendo; la idea es calentarla de a poco, debido a que de esta manera la rana se muere sin darse cuenta.

Israel no es solo un oasis de libertad en medio de un desierto de opresión y tiranía, es también el obstáculo más importante que deben enfrentar los enemigos del mundo libre que buscan someternos con la espada yihadista.