Israel saldrá fortalecido
El pueblo de Israel está más unido que nunca, el progresismo pacifista en el Estado judío está reducido a mínimos históricos y los palestinos están en camino a un aislamiento casi absoluto.

Bandera de Israel
El conflicto palestino-israelí no es territorial. Repitamos. El conflicto palestino-israelí no es territorial. Esto es lo que debe entender el mundo.
Los palestinos, que nacieron y hoy existen como nación solo como una excusa en un intento para exterminar a los judíos, no están interesados en tierras. Si fuera un conflicto territorial se habría solucionado hace décadas. Repitamos. Si fuera un conflicto territorial, se habría solucionado hace décadas.
Egipto entendió que Israel estaba allí para quedarse y decidió firmar la paz, a cambio de la devolución de la península del Sinaí, a finales de la década del 70, en tanto que Jordania también comprendió el asunto e hizo lo propio a mediados de los 90.
De no haber sido por la influencia iraní en el Líbano y Siria, seguramente se habría alcanzado la paz con esos países también.
Los palestinos han rechazado una y otra vez propuestas de paz y tener su propio Estado, incluso en 2008, cuando el entonces primer ministro israelí Ehud Olmert ofreció entregar al presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abás casi el 100% del territorio que supuestamente reclamaban.
El asunto aquí no está relacionado con el suelo, sino con la deshumanización de una parte a la otra. Si todos los atentados terroristas, los más crueles asesinatos, los continuos llamados a exterminar a los judíos por parte los palestinos a lo largo de la historia y el 7 de Octubre no han sido suficientes, tal vez lo demuestre el caso de la familia Bibas, que fue secuestrada durante la masacre de 2023. Terroristas palestinos asesinaron a la madre y a los niños en cautiverio, en tanto que el padre fue intercambiado recientemente por terroristas encarcelados en Israel como parte del acuerdo de alto el fuego. ¿Qué ser humano puede tener dos pequeños delante suyo y tomar la decisión de asesinarlos a sangre fría sino aquel que los deshumaniza? Es realmente inhumano, valga la redundancia.
Todo parte de un lavado de cerebro al que los palestinos son sometidos desde que son niños muy pequeños. Es un adoctrinamiento del que también es responsable la ONU, que incita a los infantes en el odio antisemita a través de sus mal llamadas escuelas de la UNRWA.
Las encuestas en Gaza y la Ribera Occidental tras el 7 de Octubre demuestran que la sociedad palestina está absolutamente podrida. No está interesada en progresar, trabajar para construir una sociedad mejor, sino solamente en exterminar a los judíos. La gran mayoría apoya a Hamás y la masacre de 2023.
Dor Shachar, un palestino que nació en Gaza pero huyó a Israel y se convirtió al judaísmo durante su juventud, dijo en declaraciones para VOZ que el 99% de los gazatíes apoyan el terrorismo. No sorprende.
El 7 de Octubre, cabe señalar, los terroristas palestinos (también los civiles que entraron a secuestrar, asesinar, incendiar y violar) mataron a árabes, a extranjeros y a todos aquellos judíos progresistas que se desvivían por ayudar a los pobres palestinos, incluso mataron a algunos que vivían en la frontera con Gaza para llevar a los gazatíes enfermos a hospitales israelíes. Es realmente incomprensible el hecho de que aún existan progresistas en Israel y gente que aspira a la paz con los palestinos. Cada vez menos, son un puñado, pero aún están allí.
Mientras tanto, Israel sigue siendo una potencia mundial militar, económica y tecnológica. A lo largo de su historia, mientras combatían a sus enemigos que buscaban destruirlos, los israelíes siguieron produciendo, y hoy en día todo el mundo disfruta de sus avances en salud, agricultura, cibernética, etc. Esa es la diferencia sustancial: una educación basada en la adoración de la muerte, incluso de sus propios hijos y la destrucción vs. una educación basada en la valoración de la vida y en la superación personal para hacerla más larga y de calidad para todos.
Israel superará las adversidades ‘hablando en árabe’
A pesar de todo, Israel saldrá fortalecido porque empezó a hablar en árabe, una expresión habitualmente usada por el reconocido activista árabe-israelí Yoseph Haddad, cuyo significado está relacionado con la forma en que uno debe hacerse respetar en Medio Oriente, ergo a través de la fuerza.
Hamás y Hezbolá dejaron de marcar el ritmo de los combates e Israel hizo lo que debió hacer hace muchos años: taparse los oídos ante los lloriqueos hipócritas de la ONU y muchos en la comunidad internacional, aplastar a los grupos terroristas y mandar al infierno a sus líderes.
De hecho, todos los acuerdos de paz firmados por Israel, tanto con Egipto y Jordania, como los más recientes con Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos y Sudán, pudieron firmarse debido a las victorias militares que los israelíes han tenido.
Por lo tanto, el conflicto hace tiempo que dejó de ser árabe-israelí, ya que muchos países árabes se hartaron de los palestinos, que comienzan guerras, las pierden y luego lloriquean victimizándose y exigen que se detenga el inexistente “genocidio”, al tiempo que siguen reclamando más millones para repetir la historia.
Si bien hay un largo camino por recorrer, cada vez hay más árabes y musulmanes no árabes que apoyan a Israel en su guerra contra el terrorismo. Algunos tienen las agallas para decirlo públicamente, sobre todo aquellos que residen en Occidente; mientras que otros prefieren callarlo o expresarlo ocultando su identidad.
Además, si bien hay muchos charlatanes por ahí levantando banderas palestinas, lo cierto es que pocas tareas son más complejas actualmente que conseguir a alguien que acepte refugiados gazatíes. Les dan todo su apoyo, siempre que mantengan sus cuerpos lejos del lugar donde residen.
Por otra parte, aquellos que están preocupados por las barbaridades que se expresan contra Israel y los judíos en las redes sociales, no deben alarmarse tanto, lo cierto es que esos comentarios no reflejan la realidad en el terreno. Las mayorías silenciosas también hablan. Y las encuestas muestran que en Estados Unidos, por ejemplo, el apoyo a Israel en su guerra contra las bestias inhumanas es abrumador. Los gritos de odio antisemita se manifiestan con mayor vehemencia y frecuencia justamente porque saben que están perdiendo.
Si observamos el mapa geopolítico tras el 7 de Octubre, también podemos ver que Israel se está fortaleciendo.
Por un lado, tenemos a Gaza, que quedó justificadamente destruida y Hamás está desorientado, muy dañado y sin líderes, a quienes Israel ya mandó al infierno.
En la Ribera Occidental, si bien el terrorismo persiste, aparentemente su liderazgo entiende que no quiere terminar como Hamás y los gazatíes.
También tenemos al Líbano, donde Hezbolá perdió todo su liderazgo y está profundamente herido. Además, Estados Unidos está presionando al Gobierno libanés para que el grupo terrorista deje de influir en la política del país de los cedros.
En cuanto a Siria, las recientes imágenes que muestran las torturas y asesinatos, principalmente de cristianos y musulmanes alauitas, perpetrados por terroristas del régimen liderado por el yihadista Abu Mohamad al-Golani, son estremecedoras. Israel ha condenado estos ataques y se mantiene alerta con bombardeos esporádicos ya que teme que estas atrocidades también se cometan contra los drusos en el sur de Siria, a sabiendas de que también hay una importante población drusa en el norte del Estado judío. Y, también, por supuesto, para cuidar su frontera. No obstante, tras la caída de Asad, Irán ha perdido influencia en la región y también la facilidad de enviar armas a sus aliados terroristas que atacaban a Israel con frecuencia.
También cabe destacar que los yihadistas han visto lo que les espera en caso de atreverse a atacar el Estado judío.
Lo cierto es que se trata de una realidad extremadamente compleja y uno ya ni siquiera sabe cuál es el mal menor en Siria.
En todo este contexto, seguramente también llegará el acuerdo de normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita, que probablemente derive en un efecto dominó que lleve a que más países árabes y musulmanes se unan al camino de la paz, aislando aún más a los palestinos, que deberán elegir en algún momento abandonar el rumbo de la violencia y el infantilismo para hacerse responsables de una buena vez, o bien seguir sufriendo las consecuencias. Todo lo que les pasa es por su culpa.
El hecho de que Trump esté en el poder, más allá de sus aciertos y errores, es importante para la paz en la región y para el fortalecimiento de Israel, ya que el presidente estadounidense sabe hablar en árabe y ha hecho duras advertencias a Hamás y a los palestinos para que liberen a los rehenes o sufrir las consecuencias. Tal vez la idea de reubicar a los gazatíes y establecer una Riviera en Gaza no sea una mala idea. Pocas ideas son peores que mantener a Hamás o grupos similares en el poder.
Quizá los israelíes deberían repoblar Gaza, y no solo en pequeñas comunidades que eran constantemente atacadas por terroristas palestinos antes de que Israel sacara a sus ciudadanos de allí por la fuerza en 2005, sino todo el enclave. Convertirían ese infierno en un paraíso en un abrir y cerrar de ojos.
El pueblo de Israel está más unido que nunca, el progresismo pacifista en el Estado judío seguramente está reducido a mínimos históricos y los palestinos están en camino a un aislamiento casi absoluto.
Después de la guerra Israel saldrá fortalecido, pero nunca debe dejar de estar alerta y hablar en árabe cuando sea necesario.