La primera victoria de Zelenski y Trump
Más allá de la retórica, la creación de un fondo común para invertir en el país con lo que se obtenga de la extracción futura de recursos parece una noticia excelente para Ucrania.

Donald Trump y Volodimir Zelenski en 2024
Después de varios cruces de acusaciones que alcanzaron su cénit con el post en Truth Social donde Trump llamó dictador a Zelenski, los dos presidentes han de firmar este viernes en Washington el famoso acuerdo sobre los recursos naturales ucranianos.
Según la versión final del acuerdo, Ucrania contribuirá con la mitad de los ingresos que genere la explotación de los recursos naturales que todavía no extrae a un fondo de inversiones común dominado por EE.UU. que debe servir para fomentar las inversiones en Ucrania.
El acuerdo no incluye las condiciones más onerosas propuestas en los primeros borradores con EE.UU. Una de las condiciones que quedan fuera es la cifra de 500.000 millones de dólares con la que Ucrania debía contribuir al fondo según versiones anteriores del documento.
Ucrania también ha conseguido que entre los ingresos que ha de aportar al fondo no se incluyan los recursos que ya explota. Las empresas públicas ucranianas más rentables podrán de esta forma seguir aportando los beneficios que ya obtienen al presupuesto ucraniano.
Kiev no ha logrado sin embargo incluir en el acuerdo el compromiso de EE.UU. de seguir ofreciéndole apoyo militar o garantías de seguridad.
Más allá de la retórica, la creación de un fondo común para invertir en el país con lo que se obtenga de la extracción futura de recursos parece una noticia excelente para Ucrania.
Si EE.UU. gana con la extracción de recursos naturales en Ucrania se asegurará de poner en marcha los proyectos necesarios, con el consiguiente beneficio para la economía ucraniana. La construcción de carreteras desde las minas a los puertos, y la mejora de los puertos, cuyos dividendos también contribuirán al fondo, son sólo algunos de los beneficios asociados que traerá la materialización del proyecto.

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Hay quien considera que Ucrania podría sacar muchos más beneficios de no estar obligada a inyectar automáticamente la mitad de lo que gane de las nuevas explotaciones de recursos, pero ¿quién sabe cuánto tardaría Ucrania en poner en marcha esos proyectos sin las urgencias que ahora le impondrá EE.UU?
Un país de la OTAN y la UE, Rumanía, sigue sin explotar ingentes reservas de gas debido a la falta de seguridad jurídica y otros problemas que ahuyentan la inversión a largo plazo extranjera. Ucrania tiene esos mismos problemas y la amenaza directa rusa, por lo que es difícil imaginar una forma más efectiva de impulsar esas grandes inversiones que el acuerdo que debe firmarse hoy.
Como ha dicho el propio Trump, la explotación de recursos naturales y todas las inversiones asociadas por parte de empresas de EE.UU. llenarán Ucrania de trabajadores estadounidenses. Junto con los beneficios que espera sacar EE.UU. de su inversión allí es la mejor garantía posible para que Washington mantenga a raya el apetito por Ucrania de Moscú.
En la estrategia que plantea Trump, lo más difícil de todo parece convencer a Rusia de que acepte tropas extranjeras para hacer cumplir el acuerdo de paz que se firme. Trump es optimista sobre ello, y hay que confiar en que pueda imponerle esa concesión a Putin.
También es necesario que a Ucrania se le permita mantener un Ejército fuerte a prueba de nuevas amenazas rusas a corto y a medio plazo cuando se haya retirado el contingente militar europeo (y turco) que velaría en un primer momento por el cumplimiento del acuerdo. Es otro de los puntos que Trump debe ser capaz de imponerle a Putin.
Al lograr eliminar las cláusulas más desfavorables del acuerdo que prácticamente le obligaba a firmar EE.UU., Zelenski ha conseguido una gran victoria. El presidente ucraniano es el primer mandatario internacional que hace ceder a Trump en una negociación desde que volvió como un vendaval a la Casa Blanca.
La firma del acuerdo también es un triunfo para Trump, que tiene las manos más libres para decidir su política sobre Ucrania al procurarse el argumento del interés económico propio. Cada vez que alguien de MAGA le pregunte qué gana EE.UU. de apoyar a Ucrania Trump va a sacar el papel para contestarle: pingües beneficios en uranio, aluminio, litio, petróleo, gas y tierras raras.
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