Voz media US Voz.us

Cómo algunos líderes árabes israelíes traicionan a su propio pueblo

Si la comunidad árabe israelí quiere asegurarse un futuro próspero, debe descartar a aquellos dirigentes extremistas que actúan contra sus propios intereses.

Knesset

Vista del Parlamento israelíRichard Gray/EMPICS/Cordon Press.

El grupo terrorista palestino Hamás, respaldado por Irán, lleva tiempo tratando de desencadenar una guerra civil entre los ciudadanos árabes y judíos de Israel. En los últimos años, ha hecho un llamamiento a los dos millones de ciudadanos árabes israelíes para que se rebelen contra su propio país y se unan a la yihad.

Los intentos de Hamás tuvieron un éxito parcial en mayo de 2021, cuando algunos árabes atacaron a sus vecinos judíos. Los asaltos se produjeron al mismo tiempo que una operación militar israelí en la Franja de Gaza en respuesta a cohetes terroristas lanzados contra Israel. Afortunadamente, la violencia terminó rápidamente.

Desde entonces, los ciudadanos árabes del Estado judío parecen haber reconsiderado el error que cometieron al hacer caso a los llamamientos de Hamás a levantarse contra su propio país. Tras el ataque del 7 de octubre de 2023, que se saldó con el asesinato de 1.200 israelíes y miles de heridos, los mismos no sólo se han abstenido de participar en actos violentos contra sus conciudadanos judíos, sino que han llegado a denunciar las atrocidades.

Coexistencia judeo-árabe en Israel

Una encuesta realizada tras la masacre del 7 de Octubre mostró que la mayoría de los ciudadanos árabes de Israel (68%) cree que el atentado no reflejó los valores de la sociedad árabe, el pueblo palestino y la nación islámica. El sondeo también reveló que el 86% apoya el voluntariado civil durante la actual guerra, y que el 70% se siente parte de Israel y sus problemas.

Al comentar los resultados de la encuesta, la profesora Mouna Maroun, vicepresidenta y decana de Investigación de la Universidad de Haifa y exjefa del Departamento de Neurobiología de Sagol, la primera mujer árabe en ocupar un alto cargo docente en ciencias naturales, dijo:

"Soy una árabe israelí... Estoy avergonzada. Y la culpa es de Hamás... Por el bien de la humanidad, imploro a la comunidad árabe que avance y comprenda con inteligencia y responsabilidad la narrativa judía, como nosotros llevamos 75 años pidiéndoles que comprendan la nuestra. Por primera vez, como minoría árabe se nos pide que nos paremos con empatía y entendamos la narrativa de la mayoría...

En la ciudad de Haifa, hay barrios mixtos y edificios de apartamentos mixtos. En la universidad, judíos y árabes aprenden y crecen juntos. Este es el paradigma que Israel debe reproducir para superar la tragedia del 7 de Octubre...

[Que los árabes se identifiquen con Israel] demuestra que la comunidad árabe de Israel aspira a integrarse más en la sociedad y distanciarse de actores de mala fe como Hamás...

Los árabes y los judíos israelíes son como la sal y la pimienta: ambos pertenecen a la misma mesa y una vez espolvoreados en un plato es casi imposible distinguirlos. Debemos abrazar y valorar nuestro destino común colaborando unos con otros, entablando un diálogo significativo y comprendiendo que, cuando se trata de coexistir y compartir la vida, no hay nada que temer".

Maroun no es la única árabe israelí que ocupa una posición de prestigio en universidades israelíes. En 2021, el Consejo Superior de la Universidad Hebrea de Jerusalén anunció que la profesora Mona Khoury-Kassabri había sido elegida vicepresidenta de Estrategia y Diversidad de la universidad. Era la primera vez que se nombraba a un miembro de la comunidad árabe para el alto cargo. "Me siento profundamente honrada de ser el primer árabe que ocupa el cargo de Vicepresidente de la Universidad Hebrea", dijo Khoury-Kassabri.

"Confío en que mi experiencia tanto dentro de las aulas como en puestos directivos de la universidad me servirá para promover los objetivos estratégicos y los valores de inclusión de esta gran institución".

A la par del ámbito educativo, el médico siempre ha servido de modelo de igualdad y coexistencia judeo-árabe. Pacientes judíos y árabes comparten a menudo la misma habitación en los hospitales, donde médicos y enfermeros judíos y árabes trabajan juntos.

El porcentaje de médicos árabes israelíes ha ido en aumento. A finales de 2021, constituían el 24% de los médicos israelíes de 67 años o menos. Ese mismo año, el 43% de las nuevas licencias para médicos se concedieron a profesionales árabes y drusos. Su proporción en otras profesiones sanitarias también es considerable.

"Aunque las actitudes de los árabes israelíes hacia Israel son alentadoras, algunos de sus dirigentes siguen actuando en contra de los intereses de su propio pueblo".

Según Fahima Abbas, investigadora del Adva Center, un think-tank progresista israelí que sigue la evolución social y económica:

"Los hospitales, lugares en los que tantas personas experimentan dolor y enfermedad, son también lugares de cooperación entre médicos judíos y árabes. Nos corresponde recordarlo y reforzar esa cooperación tanto en tiempos ordinarios como en situaciones de emergencia".

En 2022, el juez Khaled Khaled Kabub se convirtió en el primer musulmán nombrado para el Tribunal Supremo de Israel. Todos los anteriores jueces árabes israelíes en el tribunal de 15 miembros habían sido cristianos, otro ejemplo de cómo aquellos ciudadanos tienen acceso a altos cargos en el sector público.

En 2019, Samer Haj Yehia se convirtió en el primer árabe al frente de un gran banco en Israel cuando fue nombrado presidente del Consejo de Administración de Bank Leumi. Desde 1948, más de 80 ciudadanos árabes han sido elegidos miembros de la Knesset (parlamento) de Israel. En 2020, contaba con 17 miembros árabes de un total de 120.

La necesidad de un nuevo liderazgo

Una encuesta realizada por el Centro Moshe Dayan de la Universidad de Tel Aviv reveló que el 57% de los árabes israelíes cree que Hamás atacó intencionadamente a civiles, incluidos mujeres y niños, durante el ataque del 7 de Octubre. Al menos el 54% aprueba que los árabes israelíes participen en los esfuerzos por explicar al mundo la posición de Israel en la guerra. Otro 66% está a favor de que un partido árabe se una a la coalición de Gobierno en Israel.

El estudio fue iniciado por el Programa Konrad Adenauer para la Cooperación Judeo-Árabe, que forma parte del Centro Moshe Dayan de Estudios sobre Oriente Medio y África de la Universidad de Tel Aviv. El director del programa, Arik Rudnitzky, dijo que el análisis demuestra que los árabes israelíes se identifican más con Israel que en el pasado:

"La guerra con Hamás ha generado un cambio sin precedentes en las posiciones de los ciudadanos árabes de Israel. Se manifiesta en el hecho de que por primera vez, en contraste con todas las encuestas anteriores, la identidad cívica israelí desempeña un papel tan importante [para los árabes israelíes] como la identidad nacional árabe".

Aunque estas actitudes sean alentadoras, algunos de los dirigentes de la comunidad siguen actuando en contra de los intereses de su propio pueblo. Estos dirigentes, incluidos miembros actuales y antiguos de la Knesset, llevan mucho tiempo aprovechando el sistema democrático del país para dedicarse a la retórica antiisraelí.

"Hamás no distinguió el 7 de Octubre entre judíos y árabes, viejos y jóvenes, hombres y mujeres, blancos y negros".

Aquellos líderes harán lo que sea para captar la atención de los medios de comunicación, incluso si eso significa incitar el odio hacia Israel. Saben que cuando se ocupan de los problemas reales a los que se enfrentan sus electores árabes -como el desempleo y la pobreza- nadie escribe sobre ellos. Sin embargo, cuando hacen encendidas declaraciones contra el país, suelen ocupar titulares y portadas. Para ellos, "no importa lo que escriban sobre mí mientras escriban bien mi nombre".

Al dedicarse a la incitación antiisraelí, estos jefes árabes están causando un enorme daño a sus propios electores. Hacen que los árabes israelíes parezcan una "quinta columna", un enemigo interno. Están avivando el miedo y la desconfianza entre judíos y árabes dentro de las fronteras israelíes, mientras ignoran que la mayoría de los árabes israelíes dicen sentirse cómodos viviendo en el Estado judío.

El 7 de Octubre, Hamás no distinguió entre judíos y árabes, viejos y jóvenes, hombres y mujeres, blancos y negros. Al menos 23 ciudadanos árabes israelíes fueron asesinados por los terroristas durante el ataque de esa jornada o por ataques con cohetes en los días siguientes. La mayoría de las víctimas eran residentes beduinos que vivían en el sur de Israel. Además, Hamás secuestró a varios hombres y mujeres beduinos.

Al día siguiente de la masacre, el bloguero árabe israelí Nuseir Yassin, conocido popularmente como Nas Daily, publicó lo siguiente en X:

"Durante mucho tiempo luché con mi identidad: un niño palestino nacido en Israel. Es decir... qué cara**. Muchos de mis amigos se niegan hasta el día de hoy a decir la palabra 'Israel' y se llaman a sí mismos sólo 'palestinos'. Pero, desde que tenía 12 años, eso no tiene sentido para mí. Así que decidí mezclar las dos cosas y convertirme en 'palestino-israelí'. Pensé que este término reflejaba quién era yo. Primero palestino. Palestino primero, israelí después. Pero tras los últimos acontecimientos, empecé a reflexionar. Y a reflexionar. Y a reflexionar. Y entonces mis pensamientos se convirtieron en ira. Me di cuenta de que si Israel volvía a ser 'invadido' de esa manera, no estaríamos a salvo. Para un terrorista que invade Israel, todos los ciudadanos son objetivos.... Y yo no quiero vivir bajo un gobierno palestino. Lo que significa que sólo tengo un hogar, aunque no sea judío: Israel".

Si los árabes israelíes quieren asegurarse un futuro próspero para ellos y sus hijos, tienen que deshacerse de los líderes árabes extremistas que hablan y actúan en contra de sus propios intereses. Si estos dirigentes no están contentos de vivir en Israel, son bienvenidos a trasladarse a la Margen Occidental, a la Franja de Gaza o cualquier país árabe, donde echarán rápidamente de menos la democracia y la libertad de expresión.

Jaled Abu Toameh es un galardonado periodista árabe afincado en Jerusalén.

Gatestone Institute

tracking