Análisis
¿Es Henry Clay el referente histórico de Trump? El Sistema Americano y los aranceles
Con unos 200 años de diferencia, ambos utilizaron la misma práctica comercial. Uno con un enfoque más integral y otro con una idea más transaccional y táctica.

El presidente Trump y Henry Clay
“¿Estamos condenados a contemplar cómo nuestra industria languidece y decae cada vez más? Debemos naturalizar las industrias en nuestro país, y debemos naturalizarlas por el único medio que la sabiduría de las naciones ha descubierto hasta ahora que es eficaz: mediante una protección adecuada contra la influencia de los extranjeros, que de otro modo sería abrumadora". Aunque esta frase pareciera salida de la boca de Donald Trump en su reciente discurso durante el Liberation Day, resulta que estas palabras tienen casi 200 años de antigüedad. Fueron pronunciadas por Henry Clay, uno de los miembros del Congreso más influyentes del siglo XIX.
Clay, quien oficiara como secretario de Estado, senador e incluso presidente de la Cámara de Representantes, fue el creador de lo que se conoció como el Sistema Americano, un plan integral que contó con tres objetivos principales: relanzar la economía, el comercio y la infraestructura en todo el territorio nacional.
Aunque su plan fue craneado e implementado a medias en los años posteriores a la Guerra de 1812, la cual enfrentó a los incipientes Estados Unidos con el Reino Unido, volvió a cobrar relevancia el pasado miércoles 2 de abril, cuando el presidente Trump anunció los aranceles recíprocos.
A pesar de haber perdido tres elecciones presidenciales, el impacto y el carisma de Clay lo convirtieron en uno de los políticos más influyentes de su época, como así también en un personaje que muchos historiadores encontraron fascinante.


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"A veces era encantador, a veces impertinente; a veces suplicante, a veces despectivo; a veces moderado, a veces vehemente, era legendario, y si no lograba el asentimiento por la fuerza de sus opiniones, se lo ganaba con sus maneras cautivadoras y su seductora voz", escribió el historiador Merrill Peterson.
Incluso Abraham Lincoln describió a Clay como su "bello ideal de estadista".
Pese a que el presidente Trump no se caracterice por ser el más ideológico de todos, ha elogiado en reiteradas ocasiones al expresidente William McKinley por sus aranceles, incluso refiriéndose a la palabra "arancel" como "una de las más hermosas" que existen. En un repaso histórico sobre la política comercial de los Estados Unidos, puede que la obra de Clay tenga algo que ver con su estrategia arancelaria.
El Sistema Americano de Henry Clay
Hay una frase que asegura que "cada decisión es producto de su época". En este caso, el plan de Clay se pensó inmediatamente después de la guerra con los británicos. ¿Su objetivo principal? Terminar con la gran dependencia de Estados Unidos de las importaciones extranjeras, principalmente de las del Reino Unido, para forzar al país a depender más de sí mismo.
En esencia, el objetivo era convertir a un grupo de estados agrícolas divididos por zonas y fuertemente vinculados al coloso manufacturero británico, en una economía industrial, unificada y dinámica. Clay bautizó a su creación como el Sistema Americano y lo dividió en tres partes:
- Proteger a la industria nacional de los productos importados mediante la imposición de aranceles.
- Estimular la economía estableciendo el Segundo Banco de los Estados Unidos.
- Utilizar los ingresos de los aranceles para mejorar el sistema de transporte del país, incluyendo carreteras, puentes y canales. Facilitando así el acceso de agricultores y fabricantes a los mercados.
La idea de un segundo banco de alcance nacional era para facilitar el acceso a créditos y promover inversiones en un época de auge para las industrias. Aunque fue finalmente creado en 1816, el presidente Andrew Jackson lo terminaría eliminando décadas después.
Sobre el transporte y el acceso a los mercados, Estados Unidos estaba expandiéndose rápidamente al oeste, pero esta expansión requería caminos, canales y puentes, cuya construcción, según Clay, debería ser prioridad. Esta infraestructura conectaría entonces las nuevas regiones con los centros económicos del este, facilitando el comercio y la movilidad.
Si bien el plan nunca llegó a implementarse por completo, solo por partes y de forma alternada a lo largo de los años, Clay supervisó en la Cámara de Representantes la aprobación de aranceles.
Los aranceles de 1816: el inicio del proteccionismo en Estados Unidos
Históricamente, los aranceles tuvieron tres objetivos posibles: generar ingresos extra, reciprocidad y protección de industrias nacionales. Los aranceles de 1816, también llamados Aranceles Dallas por el entonces secretario del Tesoro Alexander J. Dallas, fueron los primeros aprobados por el Congreso con la función explícita de proteger los productos manufacturados estadounidenses de la competencia exterior.
Como durante la guerra surgieron muchas industrias nuevas, ahora estas corrían riesgo de ser destruidas por la avalancha de productos británicos que estaban ingresando al país, lo que puso a los nacionalistas de la época a la ofensiva.
Estos aranceles fueron aprobados con Clay como presidente de la Cámara y consistieron en un impuesto del 25% sobre todos los productos de lana y algodón importados a Estados Unidos desde el extranjero, lo que posteriormente contribuyó al superávit presupuestario. También incluyeron protecciones para el hierro, vidrio, papel y otras manufacturas. También contaron con el apoyo de muchos líderes del sur, entre ellos el futuro vicepresidente John C. Calhoun.

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"No es el libre comercio lo que recomiendan… es, en efecto, el sistema colonial británico… que nos reduciría nuevamente a la dependencia comercial de Gran Bretaña. (...) Desde el 4 de julio de 1789… la protección a la manufactura ha sido una piedra angular del sistema. Fue apoyada por Washington, Jefferson y Hamilton", aseguró Clay sobre estos aranceles en un famoso discurso que pronunció años después en 1832.
"La industria nacional nutriendo al comercio exterior, y el comercio exterior nutriendo a la industria nacional"
También con Clay como presidente de la Cámara, el Congreso aprobó los aranceles de 1824, en este caso a pesar de la oposición del sur. A diferencia de lo que ocurre en las películas, esta segunda entrega fue mucho más fuerte que la primera.
Fijó aranceles más altos para robustecer aún más la industria nacional, concretamente la lana, algodón, hierro, vidrio, papel, cuero y productos agrícolas procesados.
Clay no tuvo pudor al sacar pecho por los resultados de estos aranceles. "Si hubiera que elegir el período de siete años de mayor prosperidad... sería exactamente el período de siete años que siguió inmediatamente a la aprobación del arancel de 1824. (...) La industria nacional nutriendo al comercio exterior, y el comercio exterior, a su vez, nutriendo a la industria nacional", señaló en el citado discurso de 1832.
A diferencia de su predecesor, este proyecto no contó con la simpatía sureña, desde donde acusaban que beneficiaba al norte a sus expensas.


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Trump y Clayy, dos visiones arancelarias
A la hora de buscar similitudes entre el plan de Trump y el Sistema Americano de Clay, ambos impulsaron los aranceles alegando la necesidad de proteger la industria estadounidense, aunque el actual presidente esbozó además los otros dos argumentos: reciprocidad e ingresos.
Esta retórica les permitió lograr el apoyo de las zonas industriales del país. Así como Clay fue respaldado por el norte industrial y del oeste emergente, la retórica de Trump lo llevó a ganar la totalidad del Rust Belt en las elecciones presidenciales.
A su vez, más allá del contexto histórico de ambos, la principal diferencia tiene que ver con el enfoque arancelario. Mientras que la visión de Clay era más integral, ideológica y sistémica, la de Trump es más transaccional y táctica. Es decir, mientras que el exsenador de Kentucky empleó los aranceles con una visión romántica y desarrollista, Trump los empleó en su mayoría como parte de una estrategia de renegociación del orden comercial global.
¿Trump mencionó a Clay alguna vez?
En efecto, lo hizo el 20 de marzo de 2017 mientras daba un discurso en Louisville, Kentucky. El presidente republicano elogió su filosofía económica y lo describió como un adelantado a su tiempo, en lo que refiere prácticas comerciales.
"Henry Clay creía en lo que él llamaba el Sistema Americano, y propuso aranceles para proteger la industria americana y financiar la infraestructura americana. Como Henry Clay, queremos poner a trabajar a nuestra propia gente. Clay era un ferviente defensor de la industria manufacturera estadounidense. A principios de 1800, Clay dijo que el comercio debe ser justo, equitativo y recíproco. Boom", expresó Trump en aquella oportunidad.
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