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Trudeau, Biden y la UE marcan el rumbo de la creciente censura en Occidente

Los gobiernos de EEUU, Canadá y la organización supranacional del viejo continente aumentan movimientos y leyes para controlar el discurso que llega a la ciudadanía.

El primer ministro de Canadá, durante una videollamada.

Trudeau, durante una videoconferenciaCordon Press

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La censura, tradicionalmente asociada a dictaduras y el totalitarismo político, se está expandiendo de manera preocupante en las democracias occidentales. Y a la cabeza se encuentran los gobiernos de Joe Biden, Justin Trudeau y la Unión Europea, con movimientos y leyes que tratan de que los contenidos que no les convienen no lleguen a la ciudadanía. Siempre, por supuesto, bajo pretextos de defensa de grandes causas como la propia democracia o los niños.

Esta semana, Elon Musk denunció que la Comisión Europea, el poder ejecutivo de la alianza política del viejo continente, acusó a X de "falta de transparencia" y "engañar a los usuarios" como vendetta por la negativa del magnate a aceptar censurar ciertos discursos de manera discreta según lo requirieran los propios políticos europeos.

En un tuit, la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea responsable de la UE para la Era Digital y comisaria de Competencia, Margrethe Vestage, señalaba que el organismo podría llegar incluso a sancionar con fuertes multas a la red social por las infracciones detectadas.


​El Supremo avaló las 'instrucciones' de la Administración Biden a las RRSS

A pesar de ser el caso más cercano en el tiempo de intento de imponer un discurso único, silenciando a quienes discrepan de él, el de Europa no es el único. La pandemia del Covid fue un campo de pruebas estupendo para que los políticos, como Biden, acostumbraran a medios y, especialmente, a las redes sociales a publicar u ocultar publicaciones según sus indicaciones.

El interés de la Administración por Biden es tal que, pese a que el fallo vigente prohibía a los funcionarios o altos cargos presionar a las grandes plataformas para censurar discursos, reanudó los contactos con ellas durante la fase de argumentos orales en el Alto Tribunal.

Tras el fallo del Supremo, el Ejecutivo fichó a Andy Volosky el 8 de julio como director adjunto en la Oficina de Estrategia Digital. Precisamente la agencia desde la que salieron las órdenes a las plataformas de medios sociales sobre el trato a contenidos o personas cuyas ideas no gustan a la Casa Blanca, y las amenazas si se resistían o no eran suficientemente diligentes a la hora de aplicar las instrucciones así como por no dar un trato preferente al Presidente Biden.

Trudeau prepara "la pieza legislativa más orwelliana jamás promovida en Occidente"

Pero en cuanto a censura, Trudeau está dispuesto a dejar a sus colegas como amateurs. Su ley C-63, oficialmente redactada para proteger a los niños de los daños digitales y que se encuentra en tramitación en el Parlamento, prevé sancionar a personas que hayan pensado cometer un delito.

El contenido de la norma ha llevado al psicólogo Jordan Peterson a calificarla como "la pieza legislativa más orwelliana jamás promovida en Occidente". La norma además rompe con las tradiciones jurídicas al otorgar a la policía "el poder de buscar retroactivamente en Internet violaciones de 'discurso de odio' y arrestar a los infractores, incluso si el delito ocurrió antes de que existiera la ley".

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