Preservando la inocencia de la niñez: la muñequita Lelé
La artista mexicana Gaby Cazares nos estimula a proteger la inocencia de los niños.
En pleno mes de la Hispanidad, la artista mexicana Gaby Cazares muestra a partir de este sábado, en la Galería Mansión Bravos de Saltillo (Coahuila, México), su nueva colección sobre la muñequita Lelé con el objetivo de recordarnos la importancia de proteger la inocencia de los niños.
Siendo abuela y maestra de arte –durante más de veinte años–, Cazares ha podido comprobar de primera mano la importancia que tiene que los niños puedan disfrutar de su inocencia, ingenuidad e imaginación de una manera sana y natural. Así fue que se inspiró en la muñequita Lelé para su nueva línea de dibujos.
La muñequita folclórica y artesanal fue creada a mano por una abuela indígena otomí, para que su nieta pudiera jugar. La primera fue de trapo y tela costal, hecha con dedicación, creatividad y tiempo… como lo necesitan los niños. Cada Lelé tiene un diseño especial, único y original.
Gabriela Cazares ha diseñado murales, caricaturas y rostros, pero ahora se vuelca en el estilo surrealista figurativo porque le da libertad a su creatividad.
Aunque la muñequita es de origen otomí, son varios los lugares de México, como Querétaro y Puebla, que se pelean por atribuirse la condición de pioneros en la distribución de Lelé… Muy parecido a como el bien y mal se pelean por la mente, los corazones y el alma de nuestros niños.
Originalidad es lo que quiere transmitir la artista mexicana en sus creaciones de esta donqú, "muñequita" en otomí, para comunicar y despertar en los padres la urgente necesidad de custodiar la identidad de sus hijos con debido discernimiento.
"Esta obra aboga por que no se abra una brecha generacional", nos cuenta Cazares. Muchas veces, a través de la tecnología, las ideologías divisivas que luchan contra la normalidad en los niños pueden robar poco a poco la autoridad y la responsabilidad a los padres.
Con sus obras inspiradoras, Gaby Cazares crea conciencia entre los padres, los abuelos, los tíos y los educadores, animándolos a proteger la niñez de los menores preservando lo más preciado, esos años cruciales de la vida en los que deben estar libres de adoctrinamiento, manipulación y perversidad.