Los más y menos queridos del Gabinete
El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr, es el miembro del Gabinete mejor valorado por los estadounidenses, mientras que su homólogo de Estado, Marco Rubio, es quien más apoyos cosechó entre los senadores.

Los secretarios Robert F. Kennedy Jr (Salud) y Marco Rubio (Estado)
Tras una seguidilla de votos clave en el Senado, el organigrama del Gabinete se va llenando de nombres. Cuando cumple un mes de vida, la Administración Trump logró confirmar a 18 de los 22 nominados por el presidente. Cuatro más para el bingo.
Marco Rubio abrió la veda el mismo día de la inauguración de Trump, convirtiéndose en secretario de Estado gracias al voto unánime de la cámara. Al Departamento de Estado le siguieron el de Interior, Agricultura, Justicia... Y en las últimas horas, la Oficina Federal de Investigación (FBI). Kash Patel quedó al frente de la agencia por un ajustado margen.
Una vez en el cargo, los nominados asumen la misión de servir al presidente para aplicar su cartera en cada una de las carteras que encabezan. Si caen en desgracia a ojos del presidente, se unirán a la larga lista del ¡you're fired! (¡estás despedido!). Pero al mismo tiempo, deben velar por su popularidad ante la ciudadanía y la política. Para cumplir su mandato, y aspirar al Salón Oval en 2028.
Kennedy, 'favorito del pueblo'
La última encuesta de Harvard CAPS-Harris muestra a Robert F. Kennedy Jr como el nominado más popular entre el público estadounidense con un 44% de imagen favorable.
El sondeo publicado en enero preguntó, específicamente, por cada personaje y su cargo: "¿Está a favor o en contra de cada uno de los siguientes nombramientos de gabinete realizados por el presidente electo Trump?". Es decir, los consultados aplauden que el abogado ambientalista haya sido seleccionado específicamente para el puesto de secretario de Salud, elección que en principio pareció una de las más polémicas.
Aunque los encuestadores no indagaron en motivos, la promesa de Kennedy de Make America Healthy Again (Hacer a América Sana de Nuevo) puede explicar, en parte, esta posición favorable. Su imagen personal (considerando solo su figura, dejando de lado su cargo) puede arrojar otro poco de luz: un 45% de los americanos lo ve favorablemente, según revela otra sección del sondeo. (En aquella última se ubica, además, en el podio de figuras mejor valoradas, detrás de Barack Obama y Donald Trump).
Su carrera presidencial puede haber ayudado a avivar su popularidad, sobre todo considerando que ninguno de sus homólogos en el gabinete hizo campaña bajo su propio nombre. El Kennedy candidato gozó de altos índices de popularidad, aunque no haya despegado del tercer puesto.
Además, puede explicar por qué sólo el 21% de los americanos se encoge de hombros al ser preguntado sobre su idoneidad para el cargo. Desconocimiento que sí marca a otros elegidos: el caso más extremo es Lee Zeldin, sobre quien un 48% no sabe qué opinar. Cerca se ubican Kristi Noem, con un 41% de no sabe/no contesta, y Pete Hegseth, con un 37%.
Haber formado parte de ambos bandos políticos, pasando también una temporada como independiente, podría haber servido para granjearle apoyos más allá de las líneas partidistas. De hecho, es, según la misma encuesta, el nominado mejor valorado tanto por demócratas (23% apoya su elección) como por independientes (40%) y republicanos (aunque con su 67% Elon Musk lo supera por un punto, este último forma parte de la Administración pero no del Gabinete).
Que un nominado sea bien valorado por el ciudadano, sin embargo, no significa que lo mismo ocurra entre sus colegas políticos. Un buen caso es el de RFK Jr, a la cabeza de la opinión pública puertas afuera del Capitolio, pero a la cola puertas adentro.
Rubio, el favorito de los senadores
Marco Rubio no sólo fue el primero en obtener los más de 50 votos necesarios en el Senado, sino que también es el que logró la mejor marca: 99 votos a favor, cero en contra. El exsenador de raíces cubanas es, de momento, el único nominado en haber obtenido completo apoyo bipartidista en el pleno de la Cámara Alta.
Todos los nominados de Trump que se sometieron a la doble votación del Senado superaron ambas pruebas. Para que un nominado al Gabinete sea confirmado en el cargo debe superar una votación en una comisión pertinente y luego otra en el pleno. Para esto se someten a audiencias de confirmación, en las que deben responder preguntas de los senadores que luego les brindarán o rechazarán su voto.
Rubio, por ejemplo, debió primero someterse a las preguntas y votación de los miembros del Comité de Relaciones Exteriores, en una audiencia que superó con comodidad. Luego fue aprobado por una mayoría absoluta de senadores. No todos los caminos fueron tan cómodos.
Pete Hegseth navegó la confirmación más turbulenta: el vicepresidente JD Vance, como presidente del Senado, debió desempatar un equilibrado 50-50 de los legisladores. Tres republicanos se sumaron a todos los demócratas y a dos independientes para poner en riesgo el futuro del veterano de guerra como secretario de Defensa.
Lisa Murkowski (R-AL), Susan Collins (R-ME) y Mitch McConnell (R-KY) son los tres miembros del GOP que rechazaron a Hegseth. Aquellos cuestionaron su falta de credenciales al frente de equipos numerosos, así como de carácter, citando un pasado de consumo de alcohol, acusaciones de acoso sexual y sospechas de mala gestión financiera.
Aunque el ahora flamante secretario fue quien más votos negativos recibió del GOP, no fue el único. Kash Patel obtuvo dos. Se repitieron apellidos: Lisa Murkowski y Susan Collins. McConnell, por su parte, volvió a mostrarse díscolo con el GOP en dos ocasiones, votando "no" en solitario contra Gabbard y Kennedy Jr.
La fidelidad o quebranto con el partido es una señal clave para una Casa Blanca que goza de una mayoría de mínimos con la que intentar llevar adelante su agenda.
Pisando el acelerador en el Senado
Durante su primer mandato, el republicano logró dos confirmaciones en las primeras 24 horas (James Mattis, exsecretario de Defensa; John Kelly, exsecretario del DHS), superando la una de 2025 (Rubio). Sin embargo, en el cómputo global de Ballotpedia está aventajando su ritmo en 2017.
La velocidad de las confirmaciones responde a múltiples factores, entre ellos si el Gobierno de turno tiene mayoría, si la cartera a ocupar es más o menos polémica... Y la figura del propio candidato.
Mucho por delante
La aprobación de los altos cargos de la Administración fluctuará a medida que tomen decisiones al frente de las agencias.
Por ejemplo, un sondeo de mediados de febrero de la Universidad Marquette muestra a Marco Rubio mejorando levemente su imagen (+4%) en menos de un mes. Mientras que Kennedy empeora (-5%) y Pete Hegseth y Pam Bondi se matienen prácticamente iguales.
Aquellas fluctuaciones se produjeron en menos de un mes. ¿Cuántas pueden ocurrir en cuatro años?
La respuesta es clave para el éxito o fracaso del Gobierno, ya que el desempeño en los sondeos de sus brazos ejecutores es a la vez un diagnóstico de la popularidad de sus medidas como una herramienta para llevar a cabo su agenda. Y para los propios directores de las agencias, sobre todo si quieren posicionarse como posibles candidatos presidenciales.
El equipo de Gobierno cuenta con varios miembros rozando o debajo de los 50 años, y es visto como una cantera de donde podrían salir herederos del liderazgo del partido. Trump no puede presentarse en 2028. Se han empezado a oir rumores sobre quién será su heredero. La respuesta puede estar en el Gabinete.