MAGA contra Ucrania

Por lo que estamos viendo hasta ahora, Donald Trump no sólo quiere elevar a Rusia a la categoría de socio preferencial y estratégico. También parece dispuesto a humillar a Ucrania, o al menos a su presidente Volodimir Zelenski, y a tratarla como a un agresor derrotado.

Quien conociera sus comentarios públicos hacia el mandatario de Ucrania no podía esperar grandes simpatías después de su llegada a la Casa Blanca. Pero ni Vladimir Putin esperaba los niveles de hostilidad que Trump está mostrando por Zelenski.

Pueden encontrarse motivos para explicar la antipatía. El mandatario ucraniano ha sido durante estos tres años objeto de culto de la Administración demócrata, y lo sigue siendo de la élite europea que tanto ha despreciado al republicano.

Puede argumentarse que Zelenski no ha sabido cultivar al campo de la derecha. Pero pienso no tenía apenas margen para salirse del ring partidista en Europa y EEUU. Y apenas podía permitirse intentarlo: el poder, las armas y el dinero los tenían los globalistas.

¿Zelenski, dictador?

Trump lo ha llamado "dictador sin elecciones" por prolongar su mandato, que terminó en mayo, sin pasar por las urnas. Es la injusticia más flagrante que comete el presidente no sólo contra Ucrania.

La legislación ucraniana prohíbe ir a las urnas mientras esté vigente la ley marcial. Es posible cambiar la ley, pero ¿se puede votar con garantías cuando hay cientos de miles de votantes defendiendo 24/7 el frente, con millones de refugiados fuera del país y sin unas fronteras claras?

La inmensa mayoría de los ucranianos piensa que no. Casi nadie en Ucrania quiere elecciones en tiempo de guerra. Ni siquiera la oposición, que critica abiertamente a Zelenski en cada intervención en las redes, en cada discurso en el Parlamento.

Otra de las falsedades que se vierten desde MAGA contra Ucrania es que Kiev ha suprimido a la oposición. Zelenski ha prohibido a los partidos políticos cercanos al Kremlin. En uno de ellos mandaba el oligarca al que Putin quería instalar como presidente de la nación sometida que proyectaba. ¿Alguien cree que un país en guerra puede permitirse a un representante directo del enemigo haciendo política?

Zelenski está cometiendo abusos amparado en la ley marcial. Pero no ha suprimido la democracia ni ha recortado las libertades más allá de lo razonable en la situación dramática en la que se encuentra el país.

El riesgo de MAGA 2.0

También miente Trump con las cifras que ofrece sobre la ayuda de EEUU a Ucrania. Miente al culpar a Kiev de la guerra y sobre ese 4 por ciento de popularidad de Zelenski que nadie sabe de dónde saca.

En este desprecio cada vez más atrevido por la verdad está uno de los principales peligros del nuevo Trump desatado que estamos viendo. El de antes exageraba, pero no mentía. El de ahora no sólo infla los números o recurre a la hipérbole. Le da la vuelta a los hechos para dar impulso a sus fobias.

Independientemente de lo que se piense sobre Ucrania, no auguran nada bueno la arrogancia y la soberbia que están mostrando Trump y la otra gran figura de MAGA, Elon Musk.

Muchos ven en este momento sus intereses y simpatías alineados con los objetivos de MAGA. Pueden disfrutarlo ahora, pero que se olviden de un juicio justo si algún día ambas cosas divergen.