Trump, el "antisemita" más projudío y proisraelí del mundo
En lugar de ver antisemitas donde no los hay o de pedir soluciones delirantes para el conflicto en Medio Oriente, los demócratas deberían enfrentar a los enemigos de Occidente como se debe, o por lo menos no obstaculizar a aquellos que sí quieren hacerlo.
El expresidente Donald Trump ha vuelto a ser acusado de antisemita después de realizar contundentes expresiones projudías y proisraelíes. Sí, así de paradójico es el asunto, y lo digo en mi calidad de judío y sionista, además de haber vivido en Israel durante casi siete años de mi vida.
Las declaraciones se dieron en el programa de Sebastian Gorka, quien fuera parte de la Administración Trump y ahora presenta un espacio conservador en radio. Durante la entrevista, el expresidente apuntó contra Chuck Schumer, líder de la mayoría en el Senado, quien había pedido la destitución del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
¿Qué fue lo que dijo Trump que generó tanto revuelo? En primer lugar, sostuvo que los funcionarios demócratas "odian a Israel". En este caso, debo reconocer, el expresidente se equivocó parcialmente. Es cierto que el ala más izquierdista del Partido Demócrata odia al Estado judío, y seguramente a los judíos en general. Cualquier persona sensata puede distinguir a kilómetros de distancia el antisemitismo repulsivo de Ilhan Omar y Rashida Tlaib, o incluso la demonización de Israel por parte de AOC o Bernie Sanders. Sin embargo, no todos odian al Estado judío, aunque en muchas ocasiones sus opiniones estén cargadas de ignorancia o de oportunismo político. No obstante, acusar a Trump de antisemita por estas declaraciones es delirante. En todo caso, se le puede decir que ha exagerado, pero su intención es defender a los judíos y a Israel, no atacarlos.
Trump añadió que "cualquier judío que vote a los demócratas odia su religión. (...) Odian todo lo relacionado con Israel, y deberían avergonzarse de sí mismos porque Israel será destruido". Si bien el estilo del expresidente para criticar a sus adversarios no siempre lo comparto y por momentos exagera y es un tanto verborrágico e impulsivo, no está del todo errado. Trump entiende cómo se debe combatir al fundamentalismo islámico y entiende lo timorata y cobarde que es la comunidad internacional. Sabe que con el terrorismo no se negocia, al contrario, se lo extermina. Por lo tanto, cualquier miembro de mi colectividad, que sea progresista y culposo, debe entender que el islamista radical nunca lo verá como alguien que lo comprende, sino como una persona débil y fácil de someter. ¿Odian a Israel? No lo sé, algunos seguramente sí, pero la mayoría ha sufrido el lavado de cerebro típico de los medios y políticos de izquierda, que siguen con la tontería del ‘fuerte contra el débil’, cuando son los supuestos ‘débiles’ los que quieren someternos a sus caprichos totalitarios e intolerantes.
Trump también señaló que las declaraciones de Schumer sólo tienen un objetivo electoral. "No olviden que cuando ven esas marchas palestinas, hasta yo me asombro de cuánta gente participa en ellas. Y tipos como Schumer ven eso, y para él son votos. Creo que son votos más que nada porque él siempre fue pro-Israel. Ahora es muy antiisraelí", sostuvo. En este punto, el expresidente acierta en un 100%. La hipocresía demócrata los lleva a ser deshonestos y contradictorios. Saben que la relación entre Netanyahu y Trump siempre ha sido excelente. Es más, en el norte de Israel hay un poblado llamado Ramat Trump (Altos de Trump, en español), bautizado de esa manera en honor al expresidente por parte del primer ministro israelí. Y, seguramente, este sea el principal motivo por el cual Schumer ha pedido la destitución de Netanyahu.
¿Qué dijeron los demócratas sobre los dichos de Trump?
Tras las contundentes declaraciones de Trump, Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca, difundió rápidamente un comunicado para responder a las declaraciones del expresidente.
"El presidente Biden se ha puesto firme cuando se trata de la vil y desquiciada retórica antisemita. A medida que los crímenes antisemitas y los actos de odio han aumentado en todo el mundo -entre ellos el ataque más mortífero cometido contra el pueblo judío desde el Holocausto-, los líderes tienen la obligación de llamar al odio por lo que es y unir a los estadounidenses contra él", se lee en el comunicado.
"No hay justificación para difundir estereotipos tóxicos y falsos que amenazan a conciudadanos. Ninguna. Como dijo el presidente Biden, se sintió movido a presentarse a la presidencia cuando vio a los neonazis corear 'la misma bilis antisemita que se escuchaba en Alemania en los años 30' en Charlottesville. Nunca dará al odio ningún refugio seguro, tampoco hoy", sentenció Bates.
El comunicado de Bates es, en parte, acertado: hay que combatir el racismo donde esté y venga de donde venga. Sin embargo, lo que no queda claro es en qué parte de las declaraciones de Trump el vocero encuentra odio. ¿Será porque utilizó la palabra ‘judío’ para criticar a parte de la colectividad a la que pertenezco con orgullo? Yo comparto en gran parte el mensaje del expresidente, más allá de las salvedades expresadas anteriormente. Para defender a Israel y a mi comunidad es necesario también señalar los errores que se cometen dentro de ella. Uno puede afirmar, como yo mismo sostuve, que exagera o generaliza, o incluso se puede decir que no se está de acuerdo con su posición. Sin embargo, al acusarlo de antisemita cuando su clara intención es defender a los judíos y a Israel, uno tiende a sospechar que se trata de una maniobra política fuera de lugar.
En lugar de prestar demasiada atención a los dichos de Trump, los demócratas deberían centrarse en realmente buscar la paz en la región, la cual puede alcanzarse entendiendo la realidad en Medio Oriente. En lugar de ver antisemitas donde no los hay o de pedir soluciones fantasiosas y delirantes para el conflicto, tendrían que enfrentar a los enemigos de Occidente como se debe, o por lo menos no obstaculizar a aquellos que sí quieren hacerlo.