Hamás utiliza a israelíes secuestrados como escudos humanos: ¿qué debería hacer Israel?
Según el Derecho internacional, Israel tiene derecho a preferir prevenir la muerte de sus propios civiles que la de los civiles del enemigo.
La largamente practicada estrategia de Hamás de utilizar a niños palestinos y otros civiles como escudos humanos plantea la importante y antigua cuestión moral de sopesar las vidas de los civiles enemigos frente a las vidas de los civiles y soldados propios. Incluso si algunos de los civiles palestinos no son del todo inocentes, y aun si sus muertes son involuntarias y daños colaterales de ataques a objetivos militares legítimos, resultan trágicas. Según el Derecho internacional, Israel tiene derecho a preferir prevenir la muerte de sus propios civiles que la de los civiles del enemigo.
No existe ningún cálculo moral de este tipo para medir el coste que supone para Israel provocar inadvertidamente la muerte de sus propios ciudadanos, que Hamas utiliza ilegal e inmoralmente como escudos humanos, en sus esfuerzos legítimos para impedir futuros ataques a sus civiles y los ataques en curso contra sus soldados . Se trata de una cuestión táctica más que moral, aunque contiene elementos de ambas. Pero implica decisiones complejas que sólo Israel tiene derecho, y de hecho está obligado, a tomar. Ni la legislación internacional ni las exigencias de moralidad universal tienen voz y voto aquí.
¿Cómo debería entonces Israel sopesar la vida de los rehenes frente a la de sus soldados y sus futuras víctimas civiles? No hay una respuesta clara que proporcionen la historia, la moral, las tácticas militares o cualquier otro conjunto de conocimientos y experiencia. Pero algunas generalizaciones pueden ser relevantes e instructivas.
La vida de los civiles se valoran más que la de los militares. Esto se debe a que entre los deberes del soldado se incluye arriesgar la vida en aras de proteger a los civiles. Puede que esto no sea tan obvio en una nación como Israel, con servicio militar obligatorio casi universal. Estas y otras microcuestiones no quitan valor a la macrocuestión de que, cuando hay que hacer una elección trágica entre la vida de un soldado y la de un civil, en igualdad de condiciones, se ha de optar por lo segundo.
Pero las circunstancias nunca son iguales, especialmente en la niebla de la guerra, o incluso en la planificación de la guerra desde un cuartel general alejado del campo de batalla. Las consideraciones tácticas y estratégicas pueden requerir el sacrificio de vidas civiles. La historia de lo que hizo Winston Churchill en el bombardeo alemán de Coventry, ya sea total o parcialmente cierta, ilustra el dilema.
Parafraseando a Isaac Rabin: Israel debería intentar negociar la libertad de los rehenes como si no hubiera una guerra sobre el terreno, y debería proseguir la guerra sobre el terreno como si no hubiera rehenes.
Los historiadores han debatido durante mucho tiempo sobre si Churchill estaba al tanto y se negó a advertir a los residentes de Coventry del bombardeo de la Luftwaffe, que finalmente causó la muerte de 507 civiles, porque tal advertencia habría revelado a los alemanes que los británicos habían descifrado su código Enigma, lo que habría causado la muerte de muchos soldados británicos que confiaban en la inteligencia obtenida con Enigma, que habría dejado de estar disponible si los enemigos hubieran sabido que estaba comprometida.
Por supuesto, cada muerte de civiles en Coventry fue enteramente culpa de los nazis, legal, moral y políticamente; del mismo modo que cada muerte de un rehén israelí utilizado como escudo humano sería culpa de Hamás, independientemente de quién disparase realmente el tiro mortal. Pero esto no resuelve el problema para los dirigentes políticos, generales y soldados israelíes acerca de cuánto riesgo deberían estar dispuestos a correr para sus propios rehenes civiles a fin de lograr sus objetivos militares legítimos.
Parafraseando a Isaac Rabin: Israel debería intentar negociar la libertad de los rehenes como si no hubiera una guerra sobre el terreno, y proseguir la guerra sobre el terreno como si no hubiera rehenes. Esto último es mucho más difícil de lograr que lo primero, porque el uso ilegal de rehenes civiles israelíes por parte de Hamás impone restricciones logísticas a las opciones militares disponibles.
La conclusión es que Israel debería verse libre de lograr cualquier equilibrio que le parezca apropiado. Por supuesto, hará todo lo posible para preservar las vidas de los rehenes, mientras que Hamás hará todo lo posible para utilizar a los rehenes como armas contra el Ejército israelí. No será fácil, pero ha de hacerse.