La reciente masacre cometida en Israel, por el grupo terrorista Hamás, es atroz. Es difícil siquiera mencionar la maldad con la que operan los terroristas palestinos, apuntando a población civil, yendo de casa en casa para asesinar, violando, decapitando, tomando rehenes israelíes y, también, asesinando a los propios civiles palestinos, niños y mujeres que son usados como escudos humanos.
En la mayoría de las guerras, los niños y las mujeres son puestos a salvo, escondidos en los lugares más seguros. Hamás hace exactamente lo contrario en la Franja de Gaza. Instala cuarteles militares cerca de guarderías, depósitos de armas en zonas llenas de apartamentos de civiles, tiene fábricas de armas en lugares densamente poblados, se han encontrado cohetes en el patio de escuelas, muchos de sus túneles están debajo de colegios, y sus líderes dan ruedas de prensas desde hospitales. El uso de civiles como escudos humanos es una de las principales tácticas de guerra de Hamás.
Hamás sabe que en el escenario actual las guerras no se ganan solo con soldados, de hecho, son conscientes de que su capacidad militar no lograría ganarle a Israel una guerra, pero tienen claro que las guerras en este momento se ganan con propaganda, con la opinión pública. Hamás quiere que haya niños y mujeres palestinos asesinados porque saben que la prensa internacional, así como algunos políticos sin vergüenza, van a salir a señalar a Israel de cometer crímenes de guerra.
Los civiles usados como escudos humanos son la forma de Hamás para socavar a Israel. Con el nivel de brutalidad con el que actúa ese grupo terrorista, es difícil entender cómo la prensa internacional y algunos líderes políticos (fundamentalmente de izquierda) voltean su cara para no mirar los crímenes de guerra cometidos por Hamás, y se enfocan en lo que ocurre en la franja de Gaza, con una mirada completamente errada o sesgada del asunto.
Cuando en medio de una guerra se ponen objetivos militares, como fábricas de armas y cohetes cerca a escuelas, edificios de civiles u hospitales, el culpable de la muerte de esos niños y esos civiles es quien pone a la población en la zona del objetivo militar. Israel ha desarrollado a niveles impresionantes su tecnología para evitar al máximo la muerte de civiles. Sus cohetes, a diferencia de los elaborados por Hamás, son extremadamente precisos; Israel avisa a la población antes de bombardear; utiliza técnicas como mandar mensajes, usar drones, disparar dispositivos que alertan para que salgan antes de una posible explosión. Pero es imposible que no haya muertes de inocentes cuando Hamás no solo pone sus objetivos militares en lugares llenos de población civil, sino que les impide salir de esos lugares cuando Israel alerta de un bombardeo.
Increíblemente, Hamás sabe que cuenta con buena parte de la prensa internacional, que olvida rápidamente que el grupo terrorista acaba de cometer atroces crímenes de guerra, y sale rápidamente a culpar a Israel de la muerte de niños palestinos. Y entonces, un grupo que parece ir en aumento, sale a pedir cese al fuego y a justificar violaciones, asesinatos a mujeres y a niños cometidos por los terroristas de Hamás, afirmando que Israel tiene sometido al pueblo palestino. La realidad es que Israel no manda en Gaza, lo hace Hamás. Israel no ataca a Gaza, en cambio, Hamás sí ataca constantemente a Israel.
Hamás dice abiertamente que su objetivo es desaparecer a Israel. Aún soportando ataques continuamente, la estrategia de Israel es defender sus fronteras y no exterminar a quienes quieren desaparecerlo. Hamás y sus aliados, incluyendo Irán, saben que militarmente no pueden ganar una guerra, pero aún más importante, saben que las guerras en estos tiempos se ganan con la opinión pública y, tristemente, saben también que cuentan con los medios de comunicación internacionales para que, aún después de haber cometido los peores crímenes, señalen a Israel como el asesino de los niños que Hamás puso en los objetivos militares, y exijan a Israel no defenderse y no buscar recuperar a su gente secuestrada.
