Los sindicatos pierden más de 200.000 afiliados desde 2019

Varias fundaciones denuncian abusos y juego sucio por parte de estas asociaciones para recuperar miembros.

Los principales sindicatos públicos perdieron más de 200.000 afiliados desde 2019.  Así lo recoge un informe que analiza el impacto de la sentencia del Tribunal Supremo por la que no se puede obligar a un empleado del Gobierno a afiliarse a un sindicato para mantener su puesto de trabajo.

El estudio, realizado por la Fundación Commonwealth,  constata que los cuatro mayores sindicatos públicos -AFT, AFSCME, NEA y SEIU- sufrieron la baja de casi 219.000 afiliados en apenas tres años. Sin embargo, el fallo Janus vs AFSCME no ha hecho sino acelerar un declive que ya venía sucediendo con anterioridad. "La decisión de Janus de poner fin al sindicalismo forzoso para los trabajadores del gobierno aceleró un descenso a largo plazo de la afiliación", se señala en el documento.

A pesar de tratarse de una cifra importante, se trata de un descenso inferior al que se preveía.

Abusos y juego sucio de los sindicatos

Los sindicatos se han visto obligados a buscar nuevas vías para convencer a los trabajadores a afiliarse. Para ello, "están llevando a cabo campañas muy agresivas"  que se han mostrado eficaces en Virginia y Colorado. Además, se están denunciando algunos casos de abusos o juego sucio por su parte, como denuncia . Max Nelsen, director de política laboral de la Freedom Foundation en declaraciones a Just the News:

Los sindicatos han hecho todo lo posible para instituir otras prácticas coercitivas y engañosas de cobro de cuotas, llegando incluso a falsificar las firmas de los empleados en los formularios de afiliación al sindicato. Desgraciadamente para ellos, sabemos por nuestras interacciones diarias con los empleados públicos que la gente está constantemente enfurecida por las prácticas prepotentes y poco éticas de los sindicatos y, como muestran los datos, les está costando miembros.

Ideología y apego al poder

Para Nelsen, "sería mejor para todos que los sindicatos gubernamentales se moderaran y trataran de persuadir a los empleados para que se afilien voluntariamente por sus méritos, pero han demostrado que son demasiado izquierdistas ideológicamente y están demasiado apegados a la política del poder como para cambiar de buena gana".

A esto se suma, según Freedom Foundation, otro problema: el sesgo ideológico de los sindicatos. Históricamente siempre han defendido y cooperado con las políticas demócratas. Esto le estaría costando también cuotas y poder llegar a trabajadores con otros intereses.