Las ciudades demócratas, santuarios para los delincuentes

Las políticas de mano blanda contra el crimen llevadas a cabo por funcionarios demócratas tiene como resultado un incremento en la cantidad de delitos registrados. Ciudades como Nueva York, Chicago, Washington D.C. y San Francisco son una prueba de ello.

Cifras oficiales del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) evidencian que los robos en la ciudad han aumentado un 23,2% (respecto a 2021); las agresiones graves han subido un 21%; los grandes hurtos se han disparado un 30% y los robos de autos se han incrementado un impresionante 54,6%. Estos son sólo algunos de los datos que constatan la grave crisis de crimen y delincuencia a la que se enfrentan en su día a día los residentes del llamado 'santuario'.

Los neoyorquinos buscan las maneras de protegerse de los delincuentes. Por ejemplo, los propietarios de bodegas y tiendas están adquiriendo armas para su autodefensa. Según reveló The New York Post, la Asociación Nacional de Supermercados indicó que más del 25% de los dueños de bodegas de la ciudad han comprado algún arma este último año (en comparación con el 10% que lo estaba en 2019).

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Un estudio del Immigration Reform Law Institute (IRLI) mostró cómo las políticas progresistas de la Gran Manzana la han llevado a convertirse en la "ciudad santuario" más peligrosa de la nación. Fernando Mateo -miembro de la Asociación Bodega Unida- reafirmó esta teoría y explicó que parte del problema es que los malhechores confían en que no serán reprendidos legalmente:

La policía de Nueva York está haciendo su trabajo, vienen cuando los llamas y haces arrestos, pero esa persona generalmente se presenta en el escritorio y no sucederá nada porque los fiscales de distrito y los jueces no están dispuestos a procesar.

Las políticas de mano blanda contra el crimen tienen como resultado que los delincuentes sigan llevando a cabo los delitos. En todas las ciudades donde se ha reformado el sistema de justicia penal se ha visto un incremento en el número de robos y asesinatos. Todas estas ciudades (como Nueva York) tienen algo en común: son gobernadas por demócratas.

Washington D.C.

Esta situación de delincuencia desatada no se evidencia solo en NYC, el aumento vertiginoso de la delincuencia en Washington, DC, (otra ciudad santuario) no solo afecta a la población en general, sino que también está llegando a perjudicar a funcionarios y personas de alto perfil político.

Este año el representante Henry Cuellar fue secuestrado, un empleado del senador Rand Paul fue apuñalado, la representante Angie Craig también fue victima de un ataque y hasta el personal de seguridad de Naomi Biden -hijastra del presidente Joe Biden- fue agredido.

Los datos que reflejan el crecimiento de la ola de delincuencia en el Distrito son preocupantes. D.C. ha experimentado un "aumento del 30% en los delitos violentos" en 2023 respecto al año pasado. Por otro lado, los robos han aumentado un increible 61%.

La situación es tal, que la alcaldesa demócrata Muriel Bowser admitió que las medidas para reformar el sistema de justicia penal y todas las políticas que han sido aprobadas y respaldadas por el Consejo de D.C "han sido erróneas" (refiriéndose, entre otras cosas, a la "desfinanciación de la Policía"). Agregó que en general el "entorno político del Distrito no conduce a calles seguras".

Chicago

Chicago es otro 'santuario' que está en caos debido al crimen. La ciudad lidera -por undécimo año consecutivo- la clasificación de ciudades con el mayor número de homicidios de la nación, según reseñó el Daily Mail. Un reporte de la organización Wirepoints prevé que el total de delitos graves en 2023 rompa récords y "termine siendo, aproximadamente, un 60% mayor que en 2019". La ONG de Illinois elaboró el pronóstico a partir del número de actos delictivos registrados en la ciudad hasta noviembre de este año:

Los habitantes de Chicago serán víctimas de casi 80.000 delitos graves en 2023. Eso es aproximadamente 29.000 delitos más que en 2019, un aumento de casi el 60%. Y es un aumento del 18% respecto al año pasado.

La cantidad de robos también sigue siendo superior a los ejecutados en 2019 y 2022. Según el informe, "los delincuentes de Chicago comenzaron una ola de robos en junio de este año que no da señales de terminar". Expone que los hurtos se han incrementado más del 50% entre junio y octubre de este año (más de 1.200 denuncias fueron presentadas cada mes) y destaca que "los robos de vehículos a motor siguen representando la gran mayoría del aumento de delitos con respecto al año pasado":

Los robos de automóviles están impulsando el récord de crímenes en 2023 (...) hasta ahora los habitantes de Chicago han perdido más de 25.000 automóviles. Eso es un 56% más hasta la fecha que en 2022.

San Francisco

San Francisco es otra ciudad santuario donde la delincuencia no cesa, sino más bien incrementa. Los datos oficiales del Departamento de Policía muestran que los robos han disparado un 13% en comparación con el año pasado. Las cifras de hutros de vehículos también han aumentado un 6,8%.

El congresista Kevin Kiley declaró en redes sociales que el nivel de inseguridad en la ciudad es tal, que a los empleados públicos del Edificio Federal se les recomienda trabajar desde sus casas (teletrabajar) en vez de asistir físicamente a las instalaciones:

La delincuencia en San Francisco está tan fuera de control que se ha pedido a los empleados del Edificio Federal que se queden en casa. El edificio alberga la oficina de Nancy Pelosi, así como los Departamentos de Trabajo y de Salud y Servicios Humanos.

Kiley comentó en redes sociales que San Francisco se encuentra en un "colapso total" debido a las "políticas fallidas, políticas radicales y corrupción pública" aplicadas por los líderes de la ciudad:

Si California ofrece una vista previa de hacia dónde se dirige nuestro país, San Francisco ofrece una advertencia aún más clara (...) Aquí es donde las políticas fallidas, las políticas radicales y la corrupción pública se encuentran en su etapa más avanzada, y donde los residentes están huyendo más rápidamente.