SpaceX cancela el lanzamiento de la nave espacial Starship

Faltaban 40 segundos cuando se congeló la cuenta regresiva. Los 349 pies de acero inoxidable de la nave espacial Starship quedaron en tierra. El vehículo iba a comenzar una viaje piloto por la órbita terrestre, desde Texas a Hawái en menos de dos horas. “Queríamos ver fuego”, se sinceraron los voceros de la empresa tras destacar que el fallido lanzamiento había sido una buena oportunidad para probar los sistemas del cohete.

La ruta planeada por SpaceX hubiese llevado a la nave por la órbita terrestre desde Texas a Hawái, en una hora y media. Hubiese acabado cayendo en el mar, en dos etapas: primero el propulsor, en el Golfo de México y luego la nave, en el Pacífico. Ambos son reutilizables, aunque la empresa, de momento, asegura que no volvería a emplearlos.

Aunque este vuelo no hubiese llevado tripulación, Starship puede transportar hasta 100 personas, además de cargamento. Pero no solo: el equipo de Spacex asegura que también podrá usarse para trasladar satélites, desarrollar de una base en la Luna y -más cerca de casa- transportar pasajeros de un punto a otro de nuestro planeta.

Este intento de despegue forma parte un cronograma de pruebas que debería finalizar con la empresa alunizando a partir de 2025. Así, por lo menos, asegura el contrato que ha firmado con la NASA para transportar a tripulación de la agencia estatal. Antes, sin embargo, Starship ofrecerá vuelos privados alrededor de la Tierra e, incluso, la Luna.

Ni Musk ni su empresa han informado todavía cuándo será el próximo intento de despegue.

De Texas al espacio 

El intento de lanzamiento fue en el Distrito de Cameron, Texas. Allí se encuentra Starbase (“base de las estrellas”, en inglés), uno de los cuatro puertos espaciales de la compañía en Estados Unidos.

Desde el 2020, SpaceX realizó varios despegues desde este complejo que han demostrado, aseguran los de Musk, un “enfoque sin precedentes” para el aterrizaje de las naves.