Julia Roberts, Kamala Harris y el supremacismo demócrata
¿En qué siglo viven Julia y Kamala? ¿Creerán que están en Afganistán o Irán, donde las mujeres van con burkas, atadas a sus maridos y sin derecho ni siquiera a su propia voz? ¿Conocen Julia y Kamala las leyes que rigen en su país? ¿Considera Kamala que bajo su gobierno las mujeres tienen miedo a sus maridos y que desconocen sus derechos más elementales?
En los últimos estertores de la campaña presidencial, la vicepresidente Kamala Harris y el grupo Vote Common Good publicaron un anuncio estelarizado por la voz en off de Julia Roberts. El anuncio comienza con un matrimonio en un centro de votación. El matrimonio parece tener una buena relación, se sonríen y parecen ser dos ciudadanos libres que gozan de plenos derechos en el marco de una democracia. Al momento de separarse para ir cada uno a su urna, él le dice: -tu turno querida y ella se aleja. Entonces se escucha la voz de Julia Roberts que dice: "En el único lugar de América donde las mujeres aún tienen el derecho a elegir… Puedes votar como quieras". Sí, sí, dice Julia que es "el único lugar" y que en EEUU las mujeres no son libres de elegir cosas. Pero sigamos.
En la toma siguiente, la mujer ve a otra mujer votando frente a ella; no se conocen, pero intercambian una mirada cómplice en aparente clímax sororo. Ahí vuelve a arremeter la voz de Julia que parece explicarle a dos señoras de unos 50 años que: "puedes votar como quieras" y remata "y nadie nunca lo sabrá". En el plano siguiente vemos cómo la protagonista del anuncio pinta el cuadradito al lado del nombre de Harris. Terminado el acto eleccionario, su marido le pregunta: -¿Elegiste la opción correcta?, -Claro que sí, cariño, dice la esposa.
El anuncio concluye con la voz de Julia Roberts diciendo, "Recuerda, lo que ocurre en la cabina de votación se queda en la cabina de votación", animando a la esposa a mantener su voto en secreto frente al marido que, según Julia, Kamala y los que hicieron el anuncio, la obligaba a votar por Trump.
"Cuando los demócratas evalúan el dato de que las mujeres casadas votaron mayoritariamente a Trump en 2020 creen que es por miedo a sus maridos".
¿En serio? ¿En qué siglo viven Julia, Kamala y los publicistas de esta campaña? ¿Creerán que están en los albores del siglo XX? O, tal vez no sea una confusión anacrónica sino geográfica: ¿creerán que están en Afganistán o Irán, esos países tan fervientemente favorecidos por el Partido Demócrata en los que las mujeres van con burkas, atadas a sus maridos y sin derecho ni siquiera a su propia voz?
¿Conocen Julia y Kamala las leyes que rigen en su país? ¿No está ahora mismo Kamala gobernando el país? ¿Considera ella que bajo su gobierno las mujeres tienen miedo a sus maridos y que desconocen sus derechos más elementales como el de votar? ¿En qué burbuja supremacista viven Julia y Kamala?
Tres insultos en uno
En el anuncio compiten varios insultos al mismo tiempo. El primero y más evidente es el insulto que sostiene que las mujeres estadounidenses, habiendo vivido hasta la adultez en el país más libre del mundo, no saben que pueden votar lo que se les venga en ganas. Y que, para peor, desconocen que el voto es secreto. Parece que Julia y Kamala se creen más inteligentes que el resto de las norteamericanas, a las que tienen que recordarles las cosas más obvias.
El segundo insulto es hacia los maridos (los chicos también votan, genios publicistas), a los que Julia y Kamala tratan de opresores, de tal calibre que sus esposas no se atreven a contradecirlos ni para elegir un candidato. Ese señor afable que se ve en el anuncio, resulta que es un oscuro monstruo con el que la señora convive malamente y al que debe mentirle en una elección presidencial. Si esto es así, Julia y Kamala pensarán que esas esposas mienten también en todos los otros aspectos de la vida cotidiana. ¿Es el sueño americano un martirio para Julia y Kamala?
Esto nos lleva al tercer insulto, que es a la relación matrimonial. Si las señoras que se miran cómplices en el centro de votación son en realidad pobres oprimidas, por qué mostrar en el anuncio a la pareja sonriente y feliz. ¿Todos los matrimonios son una farsa? ¿Qué tipo de matrimonios tienen Julia y Kamala?
Por qué las mujeres votan republicano
Julia y Kamala tienen una muy pobre idea acerca de las mujeres, al punto de infantilizarlas, minimizarlas y desconocer sus luchas y logros. Julia y Kamala piensan que las mujeres tienen que fingir y ocultar lo que sienten y piensan: ¡Mujeres tontas dejen de confiar en sus maridos opresores, crean en nosotras y en nuestro superior entendimiento! Cuando los demócratas evalúan el dato de que las mujeres casadas votaron mayoritariamente a Trump en 2020 creen que es por miedo a sus maridos. Es un prejuicio perverso e inexacto sobre las razones por las cuales las mujeres podrían elegir a los republicanos. Pero el anuncio dice mucho sobre lo que el Partido Demócrata piensa de las mujeres, de los hombres, del matrimonio y de la política.
Los analistas suelen hablar de la brecha de género dado que representa una de las principales ventajas del Partido Demócrata. Las mujeres se han registrado y votado más que los hombres en todas las elecciones presidenciales desde 1980, y en todas las elecciones presidenciales desde 1996, la mayoría de las mujeres han preferido al candidato demócrata. La misma división que se manifiesta en el voto presidencial aparece en las encuestas sobre cuestiones como el control de armas, los derechos reproductivos, la asistencia social y las políticas de discriminación positiva, etc. Pero las mujeres casadas votan por los republicanos más que las mujeres solteras y esto es lo que perturba a Julia y Kamala y al Partido Demócrata.
"Es anticuado y machista que la campaña de Harris sostenga que su eventual llegada a la Casa Blanca representaría un enorme progreso debido a que… ¡es simplemente mujer!".
El complejo de superioridad de Julia y Kamala no les permite pensar que tal vez esa elección se relacione con la maduración socioeconómica y política de las casadas y con la forma en la que ciertas ideologías se relacionan con el hecho de tener mayores responsabilidades. Una de las principales preocupaciones de las personas casadas es el futuro de sus hijos. La gente se vuelve conservadora cuando tiene más para perder; por ejemplo el patrimonio, la herencia y la crianza de los hijos. Ideas como abrir la frontera sin control, desfinanciar a la policía y atacar el ahorro de las familias con impuestos no parecen ser ideas seductoras para quienes amen a sus hijos y velen por su seguridad y futuro. Los últimos 4 años con Kamala al frente de la Administración nacional han sido nefastos en esas áreas, una mujer no necesita a un marido para darse cuenta de que su familia está más insegura y pobre desde que Harris está en el gobierno.
Como cualquier ciudadano estadounidense, las mujeres han sido afectadas por las realidades económicas creadas por el régimen de Biden-Harris. Una encuesta de Independent Women's Voice muestra que más del 90% de las mujeres temen por su trabajo y su jubilación. La Oficina de Estadísticas Laborales informó que los mayores de 75 años son el segmento de la fuerza laboral que crece más rápido, los jubilados han tenido que volver a trabajar porque los ahorros que pensaban que serían suficientes para la jubilación han sido devorados por la inflación creciente. ¿Creerán Julia y Kamala que las mujeres son tan tontas que no relacionarán estos indicadores con el hecho de que Kamala es la vicepresidente en este momento?
Kamala Harris, adorno de la élite demócrata
Resulta extraño que políticos del Partido Demócrata, con matrimonios de larga duración como los Obama, los Biden, los Clinton o los Pelosi, no entiendan que la gente suele casarse con quienes comparten visiones políticas. ¿No es acaso lo mismo que les pasa a ellos? Los matrimonios en los que uno de los cónyuges es republicano y el otro demócrata son estadísticamente marginales. Según un estudio del Institute for Family Studies, representan sólo el 4% de los matrimonios. Lo común es tener matrimonios en los que ambos cónyuges tienen la misma identificación partidaria. No es miedo a los maridos, es comunión de ideas e intereses; estimadas Julia y Kamala.
Usar la bandera del feminismo y a la vez insultar a las mujeres como si fueran animalitos que desconocen sus derechos y temen a su amo es bien contradictorio, pero no llama la atención en Kamala. Después de todo, se trata de una mujer que sin experiencia en gestión, ni política exterior, ni en economía, ni en ningún otro rubro ha conseguido llegar a lo más alto del Poder por designio de la casta que maneja su partido. Son los dirigentes de ese partido quienes le dicen a los ciudadanos que a Kamala no se la debería juzgar por ningún fracaso del actual gobierno porque la pobre "no estaba en la sala". Kamala Harris es como una especie de adorno que se puede poner y sacar dependiendo de si se la puede hacer parte de los éxitos, pero es importante destacar que estuvo ausente de los fracasos. ¿Era o no un personaje importante en la gestión? ¿Tiene o no experiencia al timón?
Estas contradicciones que emergen de su perfil diseñado por la elite partidaria, hacen que Kamala esté dando marcha atrás en todas estas posiciones, pero que a la vez sostenga que es una persona de convicciones firmes. Un ir y venir permanente de argumentaciones que resultan una condena inmisericorde para una mujer que ni siquiera es capaz de articular una idea sin teleprompter.
Supremacistas, anticuados y machistas
Curiosamente, uno de los principales apoyos de Harris, Mark Cuban, insultó supremacistamente a las mujeres al afirmar que Donald Trump "nunca" está rodeado de mujeres fuertes e inteligentes. ¿Acaso la fuerza y la inteligencia son exclusivas del Partido Demócrata? Si las mujeres inteligentes y fuertes "nunca" están con los republicanos, entonces "siempre" están con los demócratas... Pero entonces, si son tan fuertes e inteligentes, ¿por qué deben ocultarle a sus maridos cómo votan y por qué necesitan que Julia Roberts les avise que pueden votar como quieran y que el voto es secreto?
El anuncio es por cierto condescendiente, machista y absurdamente anticuado. Como es anticuado y machista que la campaña de Kamala Harris esté cargada de clichés que sostienen que su eventual llegada a la Casa Blanca representaría un enorme progreso para Estados Unidos, debido a que… ¡es simplemente mujer! Toda esa narrativa es humillante para las mujeres.
Se trata de un supremacismo propio de quien se sabe en lo alto de la pirámide social y cree que quienes disienten con sus posturas son gente corrompida o manipulada, tan tonta y débil que no puede apreciar lo que es un matrimonio sano, libre y transparente… como el de los Clinton o como el que conforman Kamala y Doug Emhoff.