Un derrotado Biden estará en la APEC 2024 en Lima en su posible último viaje oficial al extranjero
El presidente mantendrá un papel secundario en el foro tras caer contundentemente en las elecciones y tras el megaproyecto que presentará China en Perú.
Este jueves, Joe Biden volará a Lima (Perú) para acudir al foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en el que los líderes de la región debatirán y propondrán medidas de aspecto comercial. El presidente tiene programada una reunión con su homóloga peruana, Dina Boluarte, en el que, probablemente, será su último viaje oficial al extranjero antes de que entregue el mando a Donald Trump en enero de 2025.
Su visita a Perú se produce pocos días después de sufrir una contundente derrota en las elecciones presidenciales: Biden no solo no perdió la Casa Blanca, también la mayoría en el Senado y no consiguió arrebatarle el poder a los republicanos en la Cámara de Representantes.
Este fracaso electoral será uno de los temas que los líderes de la región comentarán off the record durante el foro de APEC 2024. Biden tendrá que dar la cara ante sus homólogos cuando le pregunten por su descalabro, dando una imagen de un líder decaído de la principal economía del mundo.
Pero un derrotado Biden no será el único elemento que deje al presidente y a Estados Unidos como un actor secundario en el foro. China acude a Lima con una amplia delegación liderada por Xi Jinping para presentar un colosal proyecto que empezó a construir en 2021 a unas 50 millas de la capital peruana: el megapuerto de Chancay.
Estas instalaciones contarán, en principio, con cuatro atracaderos tras una inversión inicial de 1.300 millones de dólares. Al término de la obra, el puerto dispondrá de 15 muelles y el desembolso absoluto será de 3.500 millones de dólares. "Con este puerto, estamos mirando a toda la costa del Pacífico, desde Estados Unidos y Canadá hasta Chile. Se está transformando el negocio del transporte marítimo", dijo el ministro de Relaciones Exteriores peruano, Elmer Schialer, a Associated Press.
En los últimos años, China ha visto en Hispanoamérica una mina para invertir en proyectos y, así, expandir su influencia geopolítica y económica en la región. Tanto que, en las dos últimas décadas, sus exportaciones a los países de la región alcanzaron un valor de cerca de 500.000 millones de dólares.
Al margen de Perú -con el que firmó acuerdos económicos bajo la presidencia de Pedro Castillo-, el régimen comunista trató con Brasil, Chile, Uruguay y Argentina -con Alberto Fernández en la Casa Rosada- para convertirse en su primer socio comercial.