Con muchas críticas republicanas, avanzó al Senado el proyecto de reforma ética de la Corte Suprema

El Comité Judicial votó 11-10 para avanzar la legislación que crearía un código de conducta al pleno de la Cámara.

El Senado votó para avanzar al pleno la bautizada Ley de Ética, Recusación y Transparencia del Tribunal Supremo (SCERT), la cual realizaría varias cambios relacionados con las normas éticas, los requisitos de divulgación financiera y los requisitos de recusación que se aplican a los jueces de la Corte Suprema de Justicia (SCOTUS). La legislación cuenta con el apoyo de los demócratas y la oposición de los republicanos, que ya vislumbraron que no tiene muchas chances de convertirse en ley.

El Comité Judicial del Senado votó 11-10 para que el proyecto llegue a la Cámara Alta, donde se espera un fuerte debate partidista. El autor principal del texto es Sheldon Whitehouse (D-RI), quien ya cuenta con 26 copatrocinadores, todos ellos demócratas.

¿Qué haría la SCERT?

En concreto, la legislación adoptaría un código de conducta para los jueces de la Corte Suprema mediante nuevos procedimientos para recibir e investigar denuncias de mala conducta judicial. Además, adoptaría reglas que regulen los obsequios, viajes e ingresos recibidos tanto por los magistrados como por los secretarios judiciales, por lo menos al mismo nivel que las que rigen para el Senado y la Cámara de Representantes.

Quizás uno de los puntos más delicados y que divide a los partidos es la ampliación de las circunstancias por las que un juez pueda ser recusado de su cargo.

Para disuadir sus efectos, los republicanos del Comité Judicial presentaron unas 61 enmiendas, pero finalmente doce de ellas fueron votadas.

"Este asunto está tan muerto como el pollo frito en el Senado"

La legislación recibió muchas críticas por parte de los legisladores del GOP. Sin ir más lejos, Lindsey Graham (R-SC), miembro de mayor rango en el panel, afirmó que esta busca destruir a la Corte Suprema en respuesta a la seguidilla de jueces republicanos nombrados por Donald Trump. "Lo que intenta no es mejorar el tribunal, sino destruirlo tal y como existe", sentenció.

En la misma línea se expresó el senador John Kennedy (R-LA). Fiel a su estilo ocurrente e histriónico, vaticinó que la ley no tiene chance alguna de ser aprobada: "No tienen los votos. Esto está tan muerto como el pollo frito en el Senado".

"Esta legislación está destinada a ser una máquina de matar tribunales. Permitiría a cualquier loco de América con sombrero de papel de aluminio cuyo propio perro piense que está completamente loco presentar una moción para recusar a un juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos", agregó el republicano que ganó la reelección en las elecciones del 2022.

Los demócratas se apalancan en la falta de confianza en la Corte

Del otro lado del pasillo, los senadores demócratas defendieron el Proyecto de Ley de Whitehouse. Uno de ellos fue Dick Durbin (D-IL), quien recordó que hace 11 años le recomendó sin éxito a John Roberts (presidente del máximo tribunal) adoptar un código de conducta permanente.

"Lamentablemente, no aceptó mi sugerencia. Desde entonces, a medida que han surgido más y más historias de faltas éticas de los jueces, la confianza del pueblo estadounidense en el Tribunal Supremo ha caído a mínimos históricos", manifestó para justificar la legislación.

"Algunos han sugerido que los demócratas persiguen la reforma ética del Tribunal Supremo para atacar a la actual mayoría de derechas del tribunal. Nada más lejos de la realidad. Las reformas que proponemos se aplicarían por igual a todos los jueces", agregó en referencia a las declaraciones de Graham.