Hipocresía: Petro dice en la ONU que millones de migrantes llegarán "al norte" por cuenta del cambio climático

La realidad es que la mayoría de los latinoamericanos migran hacia Estados Unidos huyendo del socialismo que defiende el mandatario colombiano.

Gustavo Petro ha dado su discurso hoy en la Asamblea número 78 de la ONU. Su intervención giró en torno a la migración, el cambio climático, la deuda de los países latinoamericanos con instituciones como el FMI, y las drogas. En una afirmación cargada de hipocresía, y que incluso puede ser tomada en tono de chantaje o amenaza, el presidente de Colombia insinuó que los migrantes que van al "norte" lo hacen por cuenta del cambio climático. 

"Hoy son decenas de millones, mañana, según la ciencia, en el año 2070 habrá alcanzado tres mil millones huyendo de sus lugares queridos porque serán inhabitables", aseguró el presidente izquierdista que en su historial tiene, entre otras cosas, el haber pertenecido a la guerrilla socialista del M-19. "El éxodo ha crecido en este año, mostrando cómo avanza la crisis de la vida", agregó.

Más preocupante aún fue su afirmación de que esos miles de millones de migrantes "desafiarán ejércitos y cambiarán la tierra". "Los pueblos irán hacia donde queda agua limpia", añadió.

Al presidente de Colombia hay que recordarle que el descomunal fenómeno migratorio que enfrenta hoy Estados Unidos en su frontera sur no ocurre porque Latinoamérica se esté poniendo muy caliente por cuenta de la contaminación, sino porque regímenes amigos del propio Petro, como los de Venezuela y Cuba, han llevado a países enteros a la miseria con sus políticas socialistas. Como consecuencia, la gente migra al norte en busca de las oportunidades que ofrece el capitalismo que Petro tanto desprecia.

De otro lado, es sumamente preocupante que el presidente del país por donde pasan millones de migrantes con rumbo a los Estados Unidos, afirme que esas caravanas humanas desafiarán ejércitos. Parece que Petro quiere utilizar la migración para presionar a Estados Unidos a perdonar la deuda que tienen los países de Latinoamérica con instituciones como el FMI. Esto no es nada nuevo, desde hace mucho tiempo la migración ha sido un arma poderosa y es un fenómeno que se ha instrumentalizado para conseguir diferentes objetivos.

Estados Unidos sufre por estos días una de sus más graves crisis migratorias y, de cara a unas elecciones presidenciales, ni siquiera a un gobierno alineado con la izquierda, como el de Joe Biden, le sonará bien que un presidente latinoamericano insinúe que millones de migrantes desafiarán ejércitos si no se condona deuda para trabajar en el "cambio climático".

Sumado a eso, Petro tocó otro de los temas fundamentales para este país: las drogas. Con su acostumbrada ligereza a la hora de hablar, el presidente de extrema izquierda aseguró que "por detener a campesinos, cultivadores cannabis y hoja de coca, entonces han pasado a las drogas de la muerte, el fentanilo".

Petro afirmó, además, que el fentanilo es la consecuencia de la prohibición de las drogas, insistiendo en su ya muy conocido discurso de que hay que finalizar la "guerra contra las drogas".

Si Petro tuviera alguna relevancia entre el público americano, bastante mal caerían sus palabras en medio de una población que por estos días enfrenta una gravísima crisis de drogas, de delincuencia y de problemas mentales derivados del consumo. Muy poca gracia le haría a millones de padres que luchan con las adicciones de sus hijos ver a un personaje como Petro describir la marihuana y la coca como algo inofensivo.

Lo que Petro ha hecho en la ONU es la vieja táctica de la izquierda de impulsar agendas basadas en diagnósticos completamente equivocados y en declaraciones que deberían dar vergüenza. Petro, como cualquier hispanoamericano, sabe que la migración hacia Estados Unidos no se debe al cambio climático, pero el mandatario miente para presionar su propuesta de condonación de deuda. De la misma forma que miente cuando habla del narcotráfico en Latinoamérica —un negocio íntimamente ligado al socialismo y a las narco-guerrillas—, explicándolo como un asunto de humildes cultivadores de plantas. Petro defiende el narcotráfico porque en Colombia, durante décadas, esa ha sido la fuente de financiamiento y de poder de los narcosocialistas