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ANÁLISIS

La encrucijada demócrata: hacerse los muertos o encontrar un 'antiTrump' que movilice al electorado

Dos meses después del regreso del republicano a la Casa Blanca, los líderes demócratas siguen desnortados, sin encontrar una estrategia capaz de frenar la avasalladora agenda del presidente. 

Kamala Harris da un discurso durante la Convención Demócrata.

Kamala Harris da un discurso durante la Convención Demócrata.AFP

Israel Duro
Publicado por

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Dos meses después del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, el Partido Demócrata aún deambula sin rumbo y desnortado, sin un líder claro o siquiera una estrategia común para hacer frente a la arrolladora imposición de la agenda del republicano. El desconcierto es tan grande, que las opciones pasan de un extremo al otro: del "hacerse los muertos" propuesto por el exasesor de Bill Clinton James Carville a encontrar un campeón sólido bajo el que reagruparse en una lucha sin cuartel contra la Administración conservadora.

Hasta el momento, la única estrategia que ha funcionado a los líderes demócratas para frenar a Trump ha sido la vía judicial, a través de demandas de activistas y los fiscales generales de los estados demócratas, con la neoyorquina Letitia James a la cabeza. Pero, sobre todo, los mayores éxitos los han cosechado de la mano de fallos de jueces designados por Barack Obama o Joe Biden (o quien manejara su autopen).

Los jueces designados por Obama y Biden, trinchera demócrata

No se trata de una acusación de lawfare lanzada por políticos republicanos o por el propio Trump -aunque también lo suscriben-. El propio Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado apuntó sin ambages en una entrevista en PBS News que estos 235 jueces son la verdadera trinchera demócrata contra la Administración.

"Sí, nuestra democracia está en riesgo porque Donald Trump demuestra que desea violar las leyes de muchas, muchas maneras diferentes. La buena noticia es que el año pasado pusimos en el banquillo a 235 jueces, jueces progresistas, jueces que no están bajo el control de Trump, y están fallando contra Trump una y otra vez. Y esperamos que los tribunales de apelación, cuando lleguen allí, y el Tribunal Supremo confirmen esas sentencias. Restituyeron el dinero a los NIH. Exigieron que 8.000 empleados, empleados federales, tuvieran que volver. Tenemos más de 100 demandas contra ellos, y estamos teniendo mucho éxito. Ahora mismo sólo estamos en los tribunales de primera instancia".

Fuego amigo contra Schumer

El propio Schumer ha sido víctima de la vorágine legislativa de Donald Trump y la falta de una estrategia común de su propio partido. Su decisión de facilitar la aprobación en la Cámara Alta de la resolución continua que evitó el cierre de Gobierno provocó una airada reacción por gran parte de sus compañeros de filas, incluyendo al líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries o la speaker emerita Nancy Pelosi, con llamadas incluso a que renunciara a su cargo por parte de algunos congresistas.

Schumer se negó a dimitir y repitió en innumerables ocasiones y platós que se vio obligado a elegir "el menor entre dos males" e hizo "lo que debía hacer". Para el líder de la minoría demócrata en el Senado, no había nada peor que permitir un cierre de Gobierno en manos de Trump y Musk.

Dejar que la Administración Trump caiga por sí misma

Una postura cercana a la propuesta por Carville en su polémico artículo de febrero en The New York Times, "Es hora de una audaz maniobra política, demócratas". En él, el que fuera asesor de Bill Clinton apuesta por no hacer nada y dejar que la Administración Trump caiga por sí mismo, algo que se producirá porque:

  1. "El Partido Republicano suele ser muy eficaz a la hora de hacer campaña y ganar elecciones, pero se le da fatal gobernar". 
  2. "El presidente Trump está empeñado en desmantelar el Gobierno federal. Para lograrlo, ha depositado su confianza en el gabinete más incompetente de la historia moderna".
  3. "No hay nada que los demócratas podamos hacer legítimamente para detenerlo, aunque quisiéramos". 

"Darse la vuelta y hacerse los muertos"

El que fuera asesor de Bill Clinton destacó la debilidad demócrata en estos momentos: "Sin un líder claro que exprese nuestra oposición y sin control en ninguna rama del Gobierno, es hora de que los demócratas se embarquen en la maniobra política más audaz de la historia de nuestro partido: darse la vuelta y hacerse los muertos". 

El objetivo de esta iniciativa no sería colaborar con la Administración Trump ni rendirse para que los republicanos se eternicen en la Casa Blanca, sino "Permitir que los republicanos se desmoronen bajo su propio peso y hacer que el pueblo estadounidense nos eche de menos. Solo hasta que la administración Trump haya entrado en una espiral hacia los 40 o 30 puntos en los porcentajes de aprobación pública en las encuestas, deberíamos hacer como una manada de hienas e ir a la yugular. Hasta entonces, pido una retirada política estratégica".

AOC, Newsom, Harris... 

No obstante, las encuestas de los principales medios de izquierda no cesan de mostrar el rechazo de los simpatizantes de izquierda a este tipo de políticas, y buscando un liderazgo fuerte que pueda enfrentarse como una voz autorizada a Trump aglutinando a todas las facciones demócratas detrás de él o ella. Los sondeos muestran que los votantes demócratas apuestan por políticos de perfil más a la izquierda, más agresivos, para representarles. Así, Alexandria Ocasio-Cortez llegó a liderar incluso las preferencias de los participantes de una encuesta de CNN.

Junto a ella suena con fuerza el gobernador de California, Gavin Newsom, que está dando pasos para postularse como candidato en 2028 con el lanzamiento de un podcast y ofreciendo un perfil mucho más moderado del que nos tiene acostumbrado. También la propia Kamala Harris aparece en las apuestas, junto con el que fuera secretario de Transporte con Biden, Pete Buttigieg.

Cory Booker: muchos demócratas ponen los ojos en el senador del discurso de 25 horas

Junto a ellos, ha irrumpido en el querer demócrata el senador Cory Booker y su discurso récord en la Cámara Alta para tratar de retrasar o bloquear la votación de varias leyes. Booker estuvo durante 25 horas y cinco minutos en el estrado haciendo un repaso de las medidas implementadas por la Administración Trump desde el 20 de enero y llamando a la resistencia frente al republicano. 

Curioso que un recurso como el filibusterismo -aunque en este caso no fue exactamente un ejemplo de esta maniobra puesto que no trató de bloquear una norma concreta-, haya sido la maniobra más efectiva -y aplaudida- de los legisladores demócratas desde la llegada al poder de Trump. No deja de ser paradójico que un movimiento tildado "racista" y "antidemocrático" por los demócratas en los últimos años -Obama O Harris propusieron eliminarlo- sea lo más notorio hasta la fecha del partido que se autoproclama "defensor de los valores democráticos".

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