A pocas semanas de retirarse Biden anuncia un costoso plan para triplicar la capacidad nuclear de EEUU
La propuesta fija como objetivo alcanzar 200 gigavatios para mediados de siglo, más del triple de la capacidad instalada en 2020.
La Administración Biden presentó este martes una ambiciosa hoja de ruta para triplicar la capacidad nuclear de Estados Unidos hacia 2050. Sin embargo, el elevado gasto que implica esta expansión podría generar inquietudes, tanto por su impacto en el presupuesto federal como por las dudas sobre su viabilidad económica.
Triplicar la capacidad nuclear: metas ambiciosas y costos elevados
El plan establece una meta de 200 gigavatios de nueva capacidad nuclear para mediados de siglo, un aumento significativo en comparación con los niveles de 2020. La estrategia contempla la construcción de nuevas plantas modulares, tanto grandes como pequeñas, así como mejoras en los reactores existentes y el reinicio de instalaciones desmanteladas. Para 2035, la hoja de ruta espera haber añadido 35 gigavatios, con una producción sostenida de 15 gigavatios anuales para 2040.
Aunque la administración defiende este proyecto como parte de su estrategia para alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050, el alto costo asociado podría generar escepticismo.
La reciente experiencia en Georgia, con la finalización del segundo de dos nuevos reactores nucleares, destaca los riesgos financieros de estos proyectos. Estos son los primeros reactores nucleares construidos en Estados Unidos en décadas y, aunque finalmente entraron en operación comercial este año, costó más de 30.000 millones de dólares (superando en más del doble su presupuesto original) y sufrió retrasos de varios años respecto a lo planeado.
El reto de financiar la expansión nuclear
El plan nuclear de Biden depende de la asignación de nuevos recursos presupuestarios, ya que las autoridades federales actuales no cuentan con los fondos suficientes para cubrir la expansión proyectada. La administración ha señalado que la iniciativa generará cientos de miles de empleos bien remunerados en la construcción y operación de las plantas, pero el costo de crearlas es considerable. Además, se necesitarán cadenas de suministro robustas para el combustible nuclear y componentes críticos, lo que podría incrementar aún más el gasto público.
El financiamiento es un tema delicado que deja al Congreso la responsabilidad de asignar los fondos necesarios, una tarea que podría enfrentar resistencia dada la preocupación por el creciente déficit y el impacto económico. Legisladores de ambos partidos han mostrado apoyo al despliegue de energía nuclear, pero el debate sobre cómo financiarlo persiste, especialmente en un contexto económico incierto.
Incertidumbre política y continuidad del plan
El anuncio de Biden se produce en un momento de transición política, con Donald Trump como presidente electo para 2025. Aunque Trump ha manifestado su apoyo a la construcción de nuevos reactores nucleares durante su campaña, existe incertidumbre sobre si su administración continuará con el objetivo de cero emisiones para 2050, un componente clave de la estrategia de Biden. Cualquier cambio en la política energética podría afectar la financiación y la implementación del proyecto a largo plazo.